El Sevilla, a la séptima final
● El conjunto nervionense tumba a la Juventus y se jugará un nuevo título europeo en esta ocasión frente a la Roma ● Vlahovic adelantó a los visitantes y Suso y Lamela remontaron
El Sevilla ganó por 2-1 a la Juventus y en otra noche mágica en el Ramón Sánchez-Pizjuán agrandó su historia al acceder a la final de Budapest de la Liga Europa. Lamela culminó la remontada en la prórroga y prolongó su mística con una competición de la que es el rey con seis títulos y buscará el séptimo frente a la Roma de José Mourinho.
El choque comenzó con mucha intensidad, con el Sevilla concentradísimo y volcado en el área bianconera. El equipo español presionó muy arriba y robó muchos balones, lo que fue una pesadilla para la escuadra visitante hasta que despertó a la media hora de juego con contras peligrosas, ataques rápidos y ocasiones claras, como también las tuvieron los andaluces.
Tras un aviso de Gatti en su especialidad a balón parado, un testarazo tras un córner que paró, providencial, Bono y luego de Di María en un error en una mano a mano avisaron a los sevillistas, que respondieron con buenas opciones de gol por medio de Ocampos, con un cabezazo en plancha que salvó en la misma línea Szczesny, y en un tiro de Acuña que despejó con su manopla el meta polaco.
El Sevilla, eléctrico y con mucho ritmo, tuvo más el control y buscó el gol en una volea alta de Rakitic, tras un pase de un gran Óliver Torres, que hilvanó jugadas y aportó mucho en ataque. Pero la Juventus no se amilanó y el joven Moise Kean mandó un tiro cruzado a la cepa del poste pasada la media hora. La recta final del primer tiempo, con Leandro Paredes en el campo tras sustituir al lesionado Fagioli, fue movida. Primero se anuló un gol a Rabiot, por un fuera de juego previo de su asistente, Locatelli, que confirmó el VAR, y después por un posible penalti de Danilo sobre Óliver Torres en el tiempo que también se chequeó, aunque minutos después se refrendó la decisión inicial del árbitro de que no hubo nada punible.
En la reanudación, el partido fue más de ida y vuelta, de muchas alternativas y con ocasiones por ambos bandos, de Acuña, Badé en semifallo o un hiperactivo Bryan Gil para los locales que solventó bien Szczesny, muy seguro y sobrio siempre, y por dos veces de Rabiot más un cabezazo de Bremer para al Juventus que salió fuera de milagro.
El marcador se movió tras un fallo defensivo local, con un mal bote que se comió el galo Badé y que aprovechó Vlahovic, recién salido al campo, para hacer el 0-1 en el minuto 65. Pero el Sevilla no perdió nunca la fe y Suso aprovechó una pérdida de Chiesa cerca del área para empatar ocho minutos después con un golazo con la zurda desde la frontal del área.
De ahí hasta los 90 minutos, Allegri refrescó a su equipo con Kostic y Miretti por Iling-Junior y Locatelli, pero fue el Sevilla el que estuvo más cerca del gol en una falta directa de Suso o un testarazo de En-Nesyri ante los que se lució Szczesny.
Este viento a favor de un gran Sevilla, ambicioso y persistente en sus llegadas con un fútbol de garra e intensidad, se prolongó en la prórroga. Aunque Chiesa estuvo a punto de aprovechar un error atrás que corrigió Bono con una parada en dos tiempos, fue el argentino Lamela, que había entrado por Ocampos, quien multiplicó la euforia a Nervión al marcar el 2-1 con un certero cabezazo en el quinto minuto del tiempo extra tras un excepcional centro de un excelente Bryan Gil.
Con más cambios por el enorme desgaste físico en ambos equipos, al entrar los argentinos Montiel y Papu Gómez por dos canteranos sevillistas que lo dieron todo, Bryan Gil y Navas, y en la Juve el delantero polaco Milik por Cuadrado, los italianos atacaron a la desesperada en la segunda parte de la prórroga, pero Kostic no atinó con un zurdazo ni luego Chiesa ni Paredes ante un Sevilla que defendió con uñas y dientes para meterse en la séptima final de su torneo fetiche.
Jesús Navas
Futbolista del Sevilla
El coraje, la garra..., esto es una locura, pero ahí estamos otra vez, en una final”
Lamela
Jugador del Sevilla
Tuvimos una temporada difícil al principio y ahora estamos en una final; grité el gol como nunca”