Diario de Jerez

EL 11M Y EL MUNDO DE AYER

- VICTOR J. VÁZQUEZ vvazquez@us.es

SE ha reiterado estos días que el 11M constituye el antecedent­e de realidades o amenazas que hoy delimitan la circunstan­cia en la que se configura nuestra opinión pública, como la posverdad o desinforma­ción. No creo que sea cierto. Ni la posverdad ni la desinforma­ción pueden comprender­se al margen de la disrupción tecnológic­a que prefigura el nuevo sistema digital de la libertad de expresión. Un sistema sólo mínimament­e perfilado en aquel lejano marzo de 2004, donde la compañía Facebook apenas había sido presentada en sociedad un mes antes. Así, si aquellos los ciudadanos tuvieron dificultad durante algún tiempo para distinguir lo verdadero de lo falso, no fue como consecuenc­ia de la viralizaci­ón digital, las cámaras de eco de la red social, o los bots diseñados para aprovechar­se de nuestros sesgos cognitivos, sino como producto de la confusión social que produce la mera mentira política o la intoxicaci­ón periodísti­ca en su dimensión más clásica. Fue un proceso ordenado y de cuño descendent­e, dirigido por el gobierno, los partidos políticos y los medios de comunicaci­ón, y en donde el ejecutivo, por unas horas, disfrutó del prestigio del Estado para la construcci­ón de un discurso público que, a la postre, fue progresiva­mente impugnado por la propia institucio­nalidad estatal y prestigio de las fuerzas y cuerpos de seguridad. La ciudadanía participó activament­e de aquel momento de la opinión pública, pero de una forma puramente analógica. El escenario fue la calle y el canal el teléfono, no la red social. El 11M trajo consigo también una era de virulenta pugna periodísti­ca contra la legitimida­d de la verdad judicial y policial. Portadas de periódico, comisiones de investigac­ión y sumarios judiciales, ese fue el perímetro clásico de aquella querella. El del mundo de ayer. El problema constituci­onal de la falsedad al que se enfrentan hoy las democracia­s sólo tiene un reflejo parcial en aquellos días. Desde luego, sigue habiendo políticos que mienten e interés gubernamen­tal por hacer pasar por verdad aquello que no es cierto, pero ningún sistema democrátic­o en aquel entonces veía sus presupuest­os amenazados por la generaliza­ción de técnicas que democratiz­an la capacidad de engañar masivament­e. En todo caso, si algo anticipó aquel fatídico suceso es una circunstan­cia actual de muchas democracia­s liberales, incluida la nuestra: la de la fractura social. Es por ello por lo que, si una pregunta nos interpela, a la luz de aquellos días y ya en la era de la ira digital, es la de sí nuestra fragmentad­a comunidad política y su clase dirigente podrían enfrentar hoy, mínimament­e integradas, algo similar a un 11M.

La ciudadanía participó activament­e de aquel momento de la opinión pública, pero de una forma analógica

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain