La extraña deuda feriante juvenil de Bertín con Lolita
En la primera gala de Tu cara me suena la cantante Lolita, jurado del programa y que siempre tiene una “aneeécdota” que contar, aportó un recuerdo feriante en el que son razonables los protagonistas de la historia pero no la cuantía que manejaban. Se supone que nunca pudo ser tanto dinero, como le observaban los compañeros en el plató.
La anécdota de Lolita se refiere a su adolescencia, antes que se convirtiera con 18 años en una fulgurante estrella con Amor, amor, en 1976. Seis años antes de lanzar ese primer disco le prestó el dinero que llevaba para disfrutar en la Feria de Sevilla para ayudar a un amigo, Bertín Osborne, que por entonces, estaba internado en el colegio de Campillos, conocido centro de enseñanza que cerró sus puertas hace unos meses.
Lolita, que según el contexto de su anécdota, sería en el año 1970. Ella tenía 12 años y el jerezano, 16. El joven estudiante estaba muy preocupado en la plaza de Cuba, porque debía regresar a Campilllos en lo que habría sido una escapada para estar en la feria y volver antes del lunes por la mañana. Lolita ayudó para que se buscara un autobús, tal vez un taxi, y le prestó, nada menos, que las 10.000 pesetas que llevaba en el bolsillo, y que le dio su padre Antonio González El Pescadilla (no Pescaílla) para que se divirtiera con sus amigas en el real que entonces aún se celebraba en el Prado de San Sebastián. Bertín, según su amiga Lolita, nunca le reintegró aquel abultado dinero feriante.
La hija de Lola Flores, no obstante, se quedaba dudando sobre si en 1970 podía manejar tan alegremente 10.000 pesetas. Al cambio directo de hoy serían 60 euros, lo que ya es respetable pese a la inflación, pero al cambio del poder adquisitivo serían más de 1.200 euros. En 1970 el salario mínimo rondaba las 3.500 pesetas y un coche utilitario, unas 80,000. Si es por los precios de la Feria, si Lolita llevaba encima 10.000 pesetas tenía de sobra. Los cacharritos costaban 10 pesetas y la media botella, 40.