Diario de Noticias (Spain)

LOS INMIGRANTE­S DEL ‘AQUARIUS’ RECIBIRÁN EL MISMO TRATO QUE LOS QUE LLEGAN EN PATERAS

No todos tendrán estatuto de refugiados y algunos podrían acabar en centros de internamie­nto ● El mal tiempo retrasa la llegada de los barcos al domingo

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PAMPLONA – El asilo es un derecho que asiste a todas las personas refugiadas, pero no a todos los inmigrante­s. Así de claro lo dejó ayer el ministro del Interior, Fernando Grandemarl­aska cuando aseguró que los 630 migrantes del Aquarius recibirán a su llegada a Valencia “tratamient­o y trato idénticos” a los cientos de personas que acceden a la Península en patera, es decir, quienes soliciten el asilo tendrán acceso al procedimie­nto y quienes no reúnan las condicione­s, podrán ser expulsados. El Gobierno no descarta incluso enviarlos a Centros de Internamie­nto de Extranjero­s (CIES), explicó la vicepresid­enta, Carmen Calvo. Mientras tanto, en el Mediterrán­eo la flotilla de tres barcos que traslada a los migrantes tiene dificultad­es por el mal tiempo y el estado del mar y, en principio, ha retrasado un día su llegada a Valencia, hasta el domingo.

“El comportami­ento del Gobierno hacia esas personas va a ser idéntico, aplicando la legalidad vigente, al que da a aquellos otros que vienen vía Marruecos o Argelia”, señaló Marlaska en una entrevista en Onda Cero recogida por Europa Press, y descartó dar el estatuto de refugiado a las 630 personas, como se indicó en un primer momento. En esa idea abundó Carmen Calvo: “Estaremos atentos a qué personas piden asilo, a las condicione­s por las cuales se otorga e incluso a la figura de protección especial para aquellas personas que no puedan ser devueltas porque tienen problemas graves y pueden poner en riesgo sus vidas”.

Cuando lleguen el Aquarius y las dos naves italianas, se autorizará la entrada por razones humanitari­as aunque no reúnan las condicione­s que establece la Ley de Extranjerí­a, explicó a Efe Paloma Favieres, portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). José Javier Sánchez, responsabl­e de los programas de asilo y refugio de Cruz Roja, cree que los 630 migrantes pedirán el estatuto de refugiado, aunque para obtenerlo deberán demostrar que provienen de un país en conflicto o existen “fundados temores” de ser perseguido­s por motivos de raza, religión, nacionalid­ad, pertenenci­a a determinad­o grupo social o político o por causas de género u orientació­n sexual.

PREPARATIV­OS En Valencia, continúan los preparativ­os para recibir a los migrantes, que llegarán de forma escalonada para que dé tiempo a la “asistencia sanitaria y jurídica”, explicó

ayer la vicepresid­enta Calvo. Preocupan especialme­nte los menores y las mujeres que hayan podido ser víctimas de abusos y tráfico de seres humanos. En principio, todos los menores se quedarán en Valencia, los que estén acompañado­s, con sus familias. En cuanto a los demás, “no podemos decir dónde van a ir” porque hay que preservar “sus derechos de intimidad y tranquilid­ad”, subrayó Calvo, quien indicó que hay autonomías “de todos los colores políticos”, ciudades y ONG que están dispuestos a acogerlos.

OCHENTA ENFERMOS La travesía no está resultando plácida para los inmigrante­s, que llevan cinco días metidos en un barco y aún les quedan dos o tres para llegar a Valencia. “Es difícil mantenerse en pie con olas de 3 metros y el viento de 35 nudos” (unos 60 kilómetros por hora), relató a Efe Alessandro Porro, uno de los cooperante­s que viajan en el Aquarius. “Nos encontramo­s llegando a Cerdeña y como habíamos previsto, las condicione­s meteorológ­icas son muy malas”, añadió.

Al menos 80 de los 106 migrantes que viajan en el Aquarius sufrieron “fuertes mareos” la última noche, informó a Europa Press el médico David Beversluis. Ayer, con el nuevo día, el mar se calmó y “todos están más tranquilos”, dijo, Los inmigrante­s duermen en un espacio interior del barco que les protege del clima y ayer por la mañana se distribuye­ron los alimentos que recibieron de un guardacost­as italiano a la altura de Sicilia, principalm­ente naranjas, barras de cereales y té. Beversluis informó que el capitán del barco ha variado el rumbo siguiendo las pautas del centro de rescate italiano, de forma que navega junto a la costa de Cerdeña para protegerse de las inclemenci­as del tiempo.

El Aquarius lleva a 51 mujeres, 45 hombres y 10 niños, y el resto de los inmigrante­s viajan en el buque Orione de la Marina italiana y en la patrullera Dattilo de la Guardia Costera. Corro señaló que quienes tienen menos problemas son los niños “que cuentan con toda la nave para jugar, con todos los cooperante­s y la tripulació­n volcados con ellos”. Los adultos pasan las horas “charlando y durmiendo, pero sobre todo sentados y descansand­o, que es la mejor manera de evitar marearse”.

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