Sangüesa conoce los recursos y acciones del Instituto Navarro de la Memoria
Álvaro Baraibar, director general de Paz y Convivencia, acercó la intensa labor
“Es voluntad de este Gobierno invertir los medios para recuperar todo lo que se pueda”
ÁLVARO BARAIBAR Director general de Paz y Convivencia
SANGÜESA/ZANGOZA – El director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, Álvaro Baraibar, presentó ayer en Sangüesa el Instituto Navarro de la Memoria, el organismo público de gestión de políticas públicas de memoria del Gobierno foral y el sentido de las mismas.
En una completa exposición en solitario (excusó la ausencia de la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo) acercó la labor y el compromiso de la institución que responde, según apuntó, al deber de integrar en la propia estructura del Gobierno un organismo para la memoria de todas las víctimas, con dos objetivos fundamentales: construir y avanzar en la convivencia “pacífica, justa y verdadera”, y preservar la memoria, “desde la perspectiva de los derechos huma- nos, el respeto y fomento de la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, así como de una cultura de paz”.
El Instituto de la Memoria viene a coordinar las políticas públicas en memoria histórica y reciente, y a dar un nuevo impulso en la preservación del patrimonio de la memoria y a divulgarla. Para ello se ha dotado de herramientas que en el marco de la histórica mencionó: la Biblioteca Especializada en Memoria y Derechos Humanos, dotada de una importante colección y que ya está funcionando dentro de la red de bibliotecas, el Centro de Documentación de la Memoria (recuperación de testimonios , exposiciones y recopilación de documentación para trasladar al ámbito escolar) y a campañas de sensibilización.
En cuanto a las líneas de trabajo llevadas a cabo, Baraibar citó la labor hecha para preservar los Lugares de Memoria (resignificados con valores positivos y de paz por medio de acuerdos de colaboración con la sociedad Aranzadi y la UPNA), retirada de la simbología, espacios públicos libres de elementos de exaltación), escuelas de memoria y actos institucionales de reconocimiento.
Desde la perspectiva de la memoria reciente, señaló la colocación de las placas en memoria (en Sangüesa se colocó la primera), con la colaboración de familias y Ayuntamientos, “siempre que sea reparadora”, matizó. Además, la presencia institucional en actos de reconocimiento a víctimas del terrorismo y la organización de jornadas de convivencia, “con espíritu positivo de construir”, recalcó.
A estas actuaciones se añade la elaboración de informes sobre víctimas mortales y heridos en atentados terroristas, y a casos no esclarecidos. El resumen del trabajo del Instituto se completa con la respuesta a víctimas de grupos de extrema derecha. Labor con perspectiva de los derechos humanos y voluntad institucional para recuperar la memoria. ●