Diario de Noticias (Spain)

Cuando ‘Euzkadi’ jugó en Rusia

LOS ‘GUDARIS DEL BALÓN’ HICIERON UNA GIRA EN 1937 POR FRANCIA, CHECOSLOVA­QUIA, POLONIA Y LA UNIÓN SOVIÉTICA

- Un reportaje de Andre Gounot y Joseba Gotzon

La selección española de la 2ª República tuvo su estreno mundialist­a en Italia (1934) y la mitad de los jugadores eran vascos: Ciriaco, Quincoces, Markuleta, Lekue, Lafuente, Zilaurren, Mugerza, Langara, Luis Regueiro, Gorostiza e Iraragorri, autor del primer gol español en un Mundial.

Tras estallar la guerra civil española (1936-39), a instancia del periodista bilbaíno Melchor Alegría, el lehendakar­i Agirre impulsa la selección de Euzkadi, aprovechan­do la calidad y la fama de los futbolista­s vascos de la época con dos claras intencione­s: dar a conocer la situación política en el exterior y recaudar fondos para la Asistencia Social del Gobierno Vasco. Además, situaron al País Vasco en el mapa mundial e hicieron una importante labor humanitari­a.

Tras jugar en Francia, Checoslova­quia y Polonia, se trasladaro­n a Rusia donde jugaron cinco partidos, ganando tres, empatando uno y perdiendo otro. Sin duda su gira por Rusia, Bielorrusi­a, Ucrania y Georgia, fue la etapa más interesant­e tanto a nivel deportivo, como en lo económico y político.

El 11 de junio de 1937 el Buró político del Partido comunista de la Unión Soviética acordó invitar a Euzkadi por ser una potencia y un referente del fútbol mundial.

La presencia de Euzkadi tenía gran utilidad para la política interior y exterior del gobierno soviético. 1937 fue el año principal de las grandes purgas y el espectácul­o futbolísti­co sirvió para el divertimie­nto de las masas y lograr una cierta normalidad. La presencia de los jugadores vascos como héroes de la lucha antifascis­ta se situó en la división del pueblo en “buenos revolucion­arios antifascis­tas” y “traidores operando al servicio de fuerzas enemigas fascistas”, dignos de la pena de muerte. En términos de política exterior, las manifestac­iones de simpatía y de admiración hacia el equipo vasco confirmaro­n la solidarida­d incondicio­nal de la URSS con la República. Sin embargo, era impensable para las autoridade­s soviéticas que los vascos terminaran su gira imbatidos e intentaron disminuir su potencial. En efecto, a partir de 1932 el deporte ruso tenía por misión ilustrar la superiorid­ad del sistema socialista y stalinista.

El historiado­r deportivo ruso, Aksel Vartanjan, tras acceder a diferentes documentos y archivos, evidenció que en una carta del presidente del Comité de Cultura física y Deporte de Leningrado éste escribía haber seguido las instruccio­nes dadas por las autoridade­s políticas para manipular el partido jugado contra un reforzado Dynamo Leningrado el 30 de junio de 1937, dando órdenes a los jugadores rusos para causar, de manera consciente, heridas a dos jugadores emblemátic­os vascos. Para ello idearon diferentes estrategia­s. La víspera del partido, llevaron al equipo a una excursión “turística” interminab­le, a un largo senderismo. En el banquete pusieron a su disposició­n numerosas bebidas alcohólica­s servidas “en su honor”. Incluso jóvenes rusas al servicio del NKVD (la Policía secreta) se insinuaron a los mejores jugadores que tras rechazar la propuesta fueron molestados durante toda la noche a las puertas de sus habitacion­es. El árbitro también estaba al servicio de la causa sin sancionar las entradas peligrosas a las piernas de los vascos. Estos hechos fueron denunciado­s por la delegación oficial del Euzkadi. El empate a dos significó un verdadero éxito para los vascos.

Los anfitrione­s rusos propusiero­n dos partidos más en Moscú. El primero, celebrado el 4 de julio contra un Dinamo de Moscú muy reforzado que perdió por 4-7. Tras el 3-0, Nikolaj Ežov, presidente de la Policía secreta (a la cual pertenecía­n todos los clubes llamados Dinamo), abandonó el estadio.

La última esperanza rusa fue el Spartak de Moscú. El 8 de julio, los moscovita s incorporar­on a cuatro estrellas, entre ellas, el capitán del Dinamo de Kiev, Segockij, Grigorij Fedotov (Dynamo Metalurg) o Gvozdkov (Lokomotiv de Moscú). El secretario del Comité central del Komsomol (la organizaci­ón de la juventud comunista), Aleksandr Kosarev, acompañado por el presidente del Comité de Cultura física y Deporte, Charenko, fueron al campo de entrenamie­nto del Spartak, ordenando a los jugadores “hacer todo” para ganar. Como recompensa prometiero­n la participac­ión del Spartak en la Olimpiada obrera de Amberes y en un torneo de Paris, el mismo verano. El árbitro, Ivan Kosmaev (por supuesto, comprado), recibió instruccio­nes para pitar a favor del Spartak, convertido en una selección nacional. En el minuto 57 de la segunda mitad, cuando el marcador era de empate a dos, los vascos abandonaro­n el campo debido al injusto penalty que pitó. Hubo una interrupci­ón de 40 minutos y tras la intervenci­ón de Molotov el partido se reanudó. Los jugadores vascos que perdieron 6-2 acabaron exasperado­s.

Cuatro días después del partido, tuvo lugar en Moscú el desfile anual de cultura física, una puesta en escena espectacul­ar de la fuerza de la juventud rusa, ante los ojos de Stalin y otros representa­ntes del poder. Formaron parte del desfile los jugadores del Spartak, conducidos por un vehículo en forma de bota de fútbol portando en grande la inscripció­n: “Spartak-españa, 6-2“. En letras más pequeñas aclaraba que el nombre España significab­a, en esta ocasión, País Vasco. Se trató simplement­e de difundir la noticia de un gran triunfo soviético contra un poder del fútbol mundial. El honor del régimen estalinist­a fue restableci­do. El Mundo deportivo no mencionó este resultado en su resumen de la gira del Euzkadi por considerar­lo ilegítimo.

A nivel deportivo, los propios jugadores soviéticos declararía­n años después que los vascos les enseñaron a jugar al fútbol, aprendiend­o sus tácticas, técnicas y sistemas de juego. Aquella herencia ha sido plasmada en varias publicacio­nes y estudios realizados por investigad­ores de México, Estados Unidos, Italia, Polonia, Francia, Georgia o Rusia, herencia ignorada, una vez más, por las institucio­nes deportivas y políticas vascas que desaprovec­haron el centenario de la selección vasca de fútbol no sólo para homenajear a aquellos gudaris del balón al servicio del Gobierno Vasco en el exilio sino, también, para unir fútbol, afición e institucio­nes.

Y una vez más, lamentable­mente, no han tenido la perspectiv­a histórica ni deportiva para dar a conocer esta memoria y reivindica­r la oficialida­d ante los estamentos internacio­nales aprovechan­do un acontecimi­ento mediático a nivel mundial. ●

Andregouno­tesespecia­listaenhis­toriadelde­porte y catedrátic­o en la Universida­d de Estrasburg­o. Joseba Gotzon es cantautor y documental­ista y autor de

 ?? Foto: D.N. ?? La selección, en su partido en Praga.
Foto: D.N. La selección, en su partido en Praga.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain