En letras mayúsculas
Me levanto el otro día de la cama, me voy a trabajar como un campeón y cuando vuelvo a casa a las 14:00 horas me entero que el gobierno de este país ha cambiado por completo. Al ex presidente le pusieron el camión de mudanzas en la Moncloa y a partir de ese momento el caseto pasó a ser de los Sánchez, ¡toma ya! Desde mi punto de vista, quizá bastante apolítico, uno de los aciertos del tema ha sido hacer ese cambio de gobierno sin tener que aguantar esas campañas electorales tan largas y aburridas. Recojo la política en un cajón cerrado de mi mesa y me centro en el fútbol que sin duda me gusta mucho más, pero que sin duda también tiene algo de política entre gol y gol.
Este martes saltó la noticia que ha conmocionado el país casi más que cuando la Moncloa cambió de inquilinos, el Real Madrid comunicaba que el seleccionador de España sería su próximo entrenador. Miles de opiniones desde ese día hasta hoy, estoy seguro que quien está leyendo esto, tiene la suya propia. Imposible no opinar.
A nadie le habrá gustado la forma en que se ha fichado a este entrenador y a nadie se le escapa que no es la mejor forma de entrar en el mundial. Veremos desde hoy si esos jugadores son capaces de ser ellos mismos porque si no los portugueses nos pasarán por encima. Apuesten si se atreven. Yo no tengo miedo pero sí dudas.
A su vez pasaba por allí Fernando Hierro y sin comerlo ni beberlo le han dado una selección favorita para ganar, pero que gane o pierda será culpa de Florentino, de Lopetegui o de Maxim Huerta posiblemente. Pobre Hierro, pensará Urdangarin allá donde esté.
A veces el fútbol es como la política o a veces la política es como el fútbol, aunque realmente aquí lo curioso es este país y sus andanzas.
Iniesta quizá sea la persona que hoy nos haga olvidar algunas cosas y sepa darnos una alegría que a otros les cuesta más.
Si quieren saber lo que pienso junten las letras mayúsculas que empiezan las 16 frases de esta charla y mi resumen estará hecho…. Gracias y suerte. ●
El autor es técnico deportivo superior