Clonar, morir

JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDO

(JURASSIC WORLD: FALLEN KINGDOM)

Dirección: J.A. Bayona. Guión: Colin Trevorrow, Derek Connolly (Personajes: Michael Crichton). Intérpretes: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, James Cromwell. País: EEUU. 2018. Duración: 128 minutos.

La decisión final, la mano que pulsa el botón rojo que abre las puertas al infierno del porvenir, la asume alguien no alumbrado por mujer alguna. Bandear campanas que remiten a Shakespeare al hablar de esta película puede parecer excesivo. Pero evocar a las brujas de Macbeth y sus profecías no acaba siendo tan peregrino cuando se deletrea lo que el filme de J.A. Bayona almacena en su guión. Más allá de la hojarasca escópica de la acción por la acción, se agita en El reino caído una indisimulada ambición simbólica. Al fin y al cabo, ¿no es en el misterio que envuelve el origen y el final de los dinosaurios donde descansa su innegable magnetismo para la población, sea esta infantil o adulta? En cuanto a Bayona (me) sucede que sin interesar(me) de verdad ninguna de sus películas, con cada nueva entrega consigue, si no captar la emoción y el interés, sí ganarse el respeto por su capacidad de resolver lo que está muy lejos de la mayoría. De hecho, tras este filme, no hay director nacido en España que haya contado con un presupuesto así en toda la historia. Con él, Bayona cierra –habrá más entregas porque el negocio lo justifica– la epopeya que inició Spielberg en 1993.

En aquel momento, Bayona acababa de cumplir 18 años. Veinticuatro años después, aquel adolescente barcelonés ya dirige la nave estrella del imperio Spielberg. Era inconcebible.

Hoy hay unanimidad en afirmar que esta quinta entrega no supera a la primera pero mejora a las otras tres. Y aunque eso no es decir mucho porque el primer Parque jurásico tampoco era excepcional, sí avala su competencia. No era cine grande, pero partía de una idea fascinante. A ella regresa Bayona para darle una vuelta de tuerca plena de solvencia. Solo en los minutos finales se aprecia alguna torpe grosería técnica. Bayona clona un filme que hacía de la clonación un augurio distópico y reaccionario con respecto a la ciencia. Luego mezcla, con ingenio, aventuras y paradojas que confirman lo ya sabido. Es posible que Bayona jamás haga una obra maestra pero, como profesional, Hollywood no lo soltará de su nómina. ●