Colaboracionistas
Escribía hace unos días la compañera de redacción en Tudela Nieves Arigita acerca de la tristeza que sentía porque el Ayuntamiento de Cortes, en manos de UPN e independientes, no retirase su apoyo a un Festival –el Holika– que va a tener lugar el día 30 y en el que está previsto que actúe un tal Kidd Keo, que es uno de estos hectoplasmas que triunfan ahora con letras tal que Préndelo, bótalo, puta (smoke that), mira como el Keo lo disfruta (de a cuatro), ponte a cuatro, bájalo y chupa (boom!), no en la boca, dámelo en la nuca (guarra) y chúpala, puta para aquí y para allá y voy a follarme a esa puta, voy a meterla en la tum- ba. Pues semejante escombro artístico va a actuar –y cobrar– en el campo municipal de fútbol de Cortes, cedido para la ocasión por la máxima institución local, el Ayuntamiento. Bueno, artistas mierdosos ha habido toda la vida: machistas declarados en sus letras, conniventes con violencias varias, etc, etc, etc. Pero, en el caso que nos ocupa, la exhibición impúdica de ese machismo francamente peligroso alcanza cotas pocas veces vistas y, por tanto, lo lógico sería actuar en consecuencia. Es una vergüenza supina que desde UPN en Cortes lo único que se haya dicho es que el Festival cuenta con un punto de información sobre violencia de género cuando tienes de cabeza de cartel a un mindundi echando eso por la boca. Si hay entes privados que le quieren pagar al tipo, que lo hagan, pero que se busquen la vida para encontrar un recinto y que artistas como este vomiten su mierda sin apoyo público de ninguna clase. Esto no es censura, es simplemente no colaborar con basura de este calibre o de calibres similares. Una cosa es que el nivel artístico de la presente década esté en parte –en determinados estilos musicales de moda– volviendo al medievo y otra diferente que en el 2018 los entes públicos ayuden a que esto sea así o miren para otro lado. ●