Los detenidos, miembros de una familia de cazadores de Muniáin de la Solana
Llevan dos décadas de residencia en la localidad de Tierra Estella, donde están impactados por la tragedia
CÁSEDA – “Muy sorprendidos” se mostraron ayer los vecinos de Muniáin de la Solana cuando a lo largo de la tarde se fueron enterando poco a poco del triste suceso que protagonizaron tres vecinos del municipio, componentes de la única familia de etnia gitana que reside en el lugar. Según explicaron, la familia de los detenidos lleva afincada en la localidad al menos veinte años, cuando al parecer una entidad social les cedió una vivienda. La familia está formada por el matrimonio (Juan Carlos Jiménez y su mujer) y sus cinco hijos, una mujer y cuatro varones, dos de ellos al parecer implicados también en el suceso (Juan Carlos, el mayor, y Emilio, el tercero en edad tras la chica). “Son una familia a la que se puede calificar como normal, que se relaciona en el pueblo y con el resto de vecinos. De hecho, el hijo mayor sale con los chavales de su edad en cuadrilla. Alguna vez han tenido algún pequeño conflicto con los vecinos, por bobadas como le puede pasar a cualquiera, pero de ahí a esto que ha pasado... Jamás lo hubiéramos imaginado”, comentaban, temerosos de que pueda haber consecuencias en el pueblo. Sí comentaron que la única hija de la familia, Amparo, se había casado “hace dos años” con un chico de Cáseda (hijo de Fermín y hermano de José Antonio y Cristian, los fallecidos), donde residían juntos. Al parecer, los vecinos de Muniáin se habían percatado ya que hace unos diez días la mujer había regresado a casa de sus padres. La familia, que se dedica principalmente a la chatarra, es muy aficionada a la caza y, de hecho, el padre, Juan Carlos, fue guarda del coto de la localidad hace algunos años.