Félix Leiza Ordoqui, fallece “el bajo más alto” en Elizondo
A los 91 años de edad se nos ha ido silenciosamente, con la gran afición que tenía por el canto, Félix Leiza Ordoqui, miembro fundador de la Agrupación Coral de Elizondo e inolvidable portero del Club Deportivo Baztan en aquellos tiempos gloriosos del fútbol de rústicos borceguíes y balones de correa al que de forma amistosa decíamos “el bajo más alto” por su elevada estatura. En los últimos tiempos vivía retirado, en particular desde la pérdida de su esposa, Maritxu Oteiza (30 de enero de 2017), que le afectó de forma muy sensible como si entendiera que su vida sin ella ya no tenía razón de ser.
En 1942 se incorporó captado por el fundador y hasta 2002 director Juan Eraso Olaetxea a la Agrupación Coral de Elizondo, donde destacó siempre por su excepcional voz de bajo, siendo como era y con diferencia el más alto de los coralistas, y con la que compartió los grandes triunfos de Llangollen (País de Gales), cuando en 1952 ganaron dos primeros premios (un logro que continúa sin ser igualado) en el Eistedffod Musical International (un oficioso campeonato del mundo de agrupaciones corales); en el Vaticano (Festival Internacional de Roma de Polifonía Vocal Clásica, 1953), donde obtuvo el primer premio de música madrigalista y el segundo en coros mixtos, entre otros y en las decenas de conciertos que llevaron al coro por toda Europa y España.
Fue un gran portero del Club Deportivo Baztan, con el que jugando el Campeonato del Bidasoa (Copa Frontera) sufrió en Irún la rotura de la tibia y el peroné que acabó con su carrera deportiva, según nos recordaba ayer mismo el musicólogo e historiador baztandarra José (Pepe) Fernández D’arlas desde Baztangoa, la villa de Hondarribia donde reside. Fue en esa casa, casualmente, donde con ocasión de la reparación de un magnetófono (Félix era técni- co electrónico, de familia) que aquel le pidió tuvo lugar una curiosa anécdota. Solucionada la avería, Pepe F. D’arlas le invitó a escuchar la grabación de un coro efectuada la Semana de Música Religiosa de Cuenca, y cuenta que Félix admirado comentó: “¿Estos cantan mejor que nosotros, eh?”, hasta que Pepe le aclaró: “¡Pero si sois vosotros!”, con la justificada carcajada de ambos. Se nos fue ayer, pero su recuerdo y su voz inigualable se quedan entre nosotros para siempre. Que la tierra le sea leve.