Mujer rara, mujer bella
La fotógrafa M Van Koekje se fija en su propia intimidad para convertir a la figura femenina en un icono reivindicativo del rechazo y la exclusión.
La Real Academia Española define el adjetivo “rara” como lo que es poco común o frecuente, escaso en su clase o especie, y la sociedad lo asocia a algo negativo. A fin de cuentas, ser rara o raro implica ser diferente, ¿y acaso ser distinto al resto no es lo más bello de cada individuo? Es el planteamiento de M Van Koekje (nombre artístico de Maite Artajo), quien con su fotografía se ha atrevido a mostrar a la mujer como un icono reivindicativo del rechazo y de la exclusión, experiencias que ella misma ha vivido a lo largo de su vida y que ahora nos acerca con sus fotografías. Su trabajo, en el que la luz toman especial protagonismo, se puede visitar en la Casa de Cultura del Valle de Aranguren, donde permanecerá hasta el 21 de noviembre.
Rara, nombre que recibe la muestra, nació hace ahora tres años, cuando la fotógrafa decidió centrarse en la figura femenina y realizar una pequeña introspección sobre sus propias vivencias y su vida en general. “Creía que era el momento de hacer algo de este estilo, con el auge de movimientos feministas y las reflexiones sobre qué supone realmente ser una mujer”, apunta. Para llevarlo a cabo, consideró que la mejor manera de plasmar a la mujer era a través de la fotografía analógica, donde no se permiten los “retoques y se contemplar la belleza y la forma en su estado más puro, de una manera natural y real”.
Las chicas fotografiadas son, según describe M Van Koekje (Pamplona, 1988), “un poco diferentes”, aunque el significado de “rara” en esta exposición va más allá de lo puramente físico. “Quería mostrar situaciones en las que una mujer puede sentirse rara”, explica. Para ello, planteó a las protagonistas de la muestra una series de preguntas, tales como “¿alguna vez te has sentido rara? ¿Cuándo?” o “¿crees que sentirse rara puede llegar a ser un sentimiento positivo?”, cuyas respuestas exhibe en la exposición. Contestaciones como “sentirse rara es un sentimiento con el que vivimos todos los días” o “como gorda de toda la vida, me he sentido casi obligada a pedir perdón por ser feliz a pesar de ello, por no querer vestir con sacos o
“La fotografía analógica permite contemplar la belleza y la forma en su estado más puro y natural” M VAN KOEKJE Fotógrafa
por pasarme la dieta por el higo” llenan de más fuerza, si es posible, las imágenes de M Van Koekje.
Que la serie se encuentre plagada de luces rosáceas y turquesas no es casualidad. Es, precisamente, la peculiar manera de iluminar los espacios que tiene esta artista y que le permite transformar facciones y deformar figuras a su libre albedrío. “Intento ubicar a la mujer en un contexto más preparado o teatral y la iluminación y los colores son muy importantes en este aspecto”, destaca la fotógrafa, a quien le resulta muy cómodo trabajar en escenarios interiores, donde se generan “momentos más íntimos”.
Para M Van Koekje, uno de los factores clave de esta exposición es el inclusivo. “Hay personas muy diferentes expuestas en un mismo espacio y aquí se deja bien claro que todas tienen cabida; la que tiene un cuerpo esbelto pero se siente diferente por otras cosas, la que es más ancha, la que tiene unas facciones diferentes o la que es transexual”, sostiene. “Aquí todas somos normales, guapas; somos iguales, dentro de nuestras diferentes”, añade, y se alegra de la buena aceptación que ha tenido su exposición desde que se inauguró el pasado 26 de octubre.
La artista se permite un momento de reflexión para admitir que toda la vida se ha sentido rara. “Pero es que todos nos hemos sentido raros en algún momento –afirma–. Te planteas qué es lo normal y qué no lo es, y finalmente llegas a la conclusión de que cada persona es muy diferente y no hay nada malo en ello, sino todo lo contrario”. ●