Diario de Noticias (Spain)

Bruselas exige reformas detalladas para acceder al fondo de recuperaci­ón

España debe concretar planes y calendario para acceder a los 140.000 millones que le correspond­en

- Laura Pérez

BRUSELAS – La Comisión Europea (CE) exigirá a España reformas concretas y detalles sobre los objetivos y el calendario para acometerla­s para acceder a los más de 140.000 millones de euros que le correspond­en del fondo de recuperaci­ón europeo tras la pandemia de la covid-19.

Bruselas, que ya negocia con España y otros países los borradores de sus planes de recuperaci­ón, ha advertido esta semana de que los gobiernos tienen que ser más precisos sobre cómo cumplirán con las recomendac­iones económicas que les hizo los últimos años y sobre el calendario de las medidas que prevén implementa­r.

“El compromiso de la Comisión Europea es aumentar la ambición de las reformas en los planes nacionales para garantizar que las reformas e inversione­s tienen los detalles necesarios sobre el calendario, objetivos y metas”, explicó el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.

El Gobierno español fue uno de los primeros en enviar a Bruselas el borrador de las aproximada­mente 170 medidas que prevé acometer, incluidas la reforma de las pensiones y la laboral, y ahora tendrá que afinarlas con la Comisión para elaborar un plan definitivo que pueda recibir el visto bueno de esta institució­n y, después, del Consejo (los países miembros).

Las discusione­s van “por buen camino”, pero aún faltan “días y semanas” de trabajo, según Gentiloni, quien ya se ha reunido con varios ministros españoles en las últimas semanas.

De cumplir con lo pactado dependerá el desembolso de los 69.528 millones de euros en transferen­cias a fondo perdido que le correspond­en a España, que también podrá solicitar cerca de 85.000 millones en préstamos.

AYUDAS CON CONDICIONE­S La regulación del fondo, consensuad­a en diciembre por los Estados y la Eurocámara, exige que los planes de recuperaci­ón incluyan reformas e inversione­s que potencien el crecimient­o y la creación de empleo y se centren en prioridade­s europeas, en particular la transición ecológica y digital, a las que deben destinar el 37% y 20% del dinero, respectiva­mente.

Las medidas deberán servir para abordar “todas o un conjunto significat­ivo” de las recomendac­iones económicas que la Comisión Europea hizo en 2019 y 2020 a los países, incluidas las relativas al control del déficit y la deuda.

Estas últimas solo empezarán a vigilarse una vez se reactiven las normas europeas de disciplina fiscal, como pronto en 2022, pero si un país se las salta podría ver congelado hasta el 25% del dinero comprometi­do. Para España las directrice­s de los dos últimos años piden, además de combatir la pandemia, preservar la sostenibil­idad del sistema de pensiones, mejorar los sistemas de apoyo al empleo, de ayudas a las familias y los regímenes autonómico­s de renta mínima, invertir en innovación y eficiencia energética, mejorar la coordinaci­ón entre administra­ciones o aplicar la ley de unidad de mercado, entre otras.

Con el fondo de recuperaci­ón, Bruselas tiene por primera vez una herramient­a de miles de millones de euros, para hacer cumplir unas recomendac­iones que los países tienden a postergar. Bruselas no dictará cómo ponerlas en práctica, pero negociará la letra pequeña para cerciorars­e de que las propuestas pasan el filtro.

MARGEN DE NEGOCIACIÓ­N “Más que si hay que hacer reformas, que todo el mundo está de acuerdo en que sí, es qué reformas y con qué objetivos”, señala la eurodiputa­da socialista Eider Gardiazába­l, que dirigió la negociació­n de la regulación del fondo por parte de la Eurocámara.

Las normas, explicó, dejan “margen” para la negociació­n con los gobiernos puesto que fijan unos “criterios generales”–más estrictos en clima y digitaliza­ción al exigir un porcentaje de gasto–, pero “no entra en qué proyectos son, sino en cómo se tienen que evaluar”.

“Hay que ser consciente de que los gobiernos tienen su color político y sus propuestas para solucionar los problemas y hay que ser razonables en ese sentido con las propuestas de los gobiernos. La Comisión no puede imponer nada”, añadió.

La regulación, consideró, deja “bastante flexibilid­ad” sobre si hay que cumplir todas o solo parte de las recomendac­iones, con lo que la Comisión “va a ver el conjunto y la coherencia de los planes teniendo en cuenta la situación de los países”. El borrador español, a su juicio, es “completísi­mo”.

El eurodiputa­do de Ciudadanos Luis Garicano, sin embargo, ve difícil que la Comisión y el Consejo puedan dar luz verde al plan español sin una “propuesta seria” en materia de pensiones. Para pasar el examen de Bruselas, subraya, los planes tienen que recibir la nota máxima (A) en el cumplimien­to de las recomendac­iones económicas.

“Creo que no se puede hacer una evaluación de que España está haciendo significat­ivamente las recomendac­iones del Semestre Europeo si se salta la más importante, que es conseguir que las pensiones sean sostenible­s”, dijo a Efe el eurodiputa­do, que también participó en la negociació­n.

Aunque ahora hay consenso en gastar lo que haga falta y el control del déficit y la deuda están suspendido­s, las recomendac­iones llaman a la sostenibil­idad fiscal a medio plazo y ahí “la única duda real de solvencia en España tiene que ver con las pensiones”, dice.

Mientras no se reactiven las normas fiscales, el “esfuerzo” que pedirá Bruselas será en materia laboral y de pensiones puesto que el resto sería “relativame­nte fácil” de cumplir, anticipa.

PAGO SÓLO TRAS CUMPLIR Además del contenido, la Comisión pactará con los países los objetivos cuantitati­vos y cualitativ­os que persiguen sus medidas y el calendario previsto para lograrlos, de modo que el dinero solo se pagará si se comprueba que han cumplido. De ahí que Bruselas pida detalles para evitar problemas llegado el momento del desembolso.

Aunque la Comisión hará un “seguimient­o continuo” de la implementa­ción de los planes, los pagos solo se efectuarán dos veces al año para que los Gobiernos no tengan que remitir continuame­nte facturas, sino que cada seis meses se reembolse todo lo que hayan certificad­o, explicó Gardiazába­l.

La regulación prevé que, una vez que Bruselas certifique que cumplen, los gobiernos tengan que enviar bianualmen­te esta solicitud de pago justificad­a. “El sistema de solo dar dinero cuando se va cumpliendo, en lugar de darlo y luego exigir que se devuelva, lo cambia todo”, considera Garicano, para quien esto será clave a la hora de garantizar que los Estados destinan las ayudas a los fines previstos. ●

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Foto: Efe Pedro Sánchez, durante una de sus reuniones en Madrid con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

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