Diario de Noticias (Spain)

8 DE CADA 10 PERSONAS AFECTADAS POR COVID PERSISTENT­E SON MUJERES

● De ellas, la mitad tiene una edad comprendid­a entre los 36 y los 50 años ● La duración media de las secuelas, que pueden ser hasta 200 diferentes, es de unos seis meses

- Jon Viedma Carrera Oskar Montero

PAMPLONA – Entre oleada y oleada de casos, la covid-19 deja un reguero de contagios acumulados –ya son más de 45.000 en Navarra– de los que muchos quedan con secuelas. La mayor parte de ellas empeoran la calidad de vida y algunas incluso llegan a incapacita­r para realizar muchas tareas de la labor cotidiana que se realizaban sin problemas antes de la aparición del bicho. Estas dolencias son la llamada covid persistent­e o long covid, de la que la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la plataforma de afectados Long covid acts presentaro­n una encuesta el pasado noviembre. En total, 1.834 personas –17 de ellas en Navarra– contestaro­n. Los resultados: el 79% de las personas afectadas son mujeres, la mitad de ellas entre 36 y 50 años, que presentan hasta 200 secuelas diferentes y cuya duración media es de algo más de seis meses.

UNA AMALGAMA DE SÍNTOMAS Un virus que ha puesto en jaque a la comunidad científica en su fase de infección no iba a ser mucho más sencillo en cuanto a las secuelas se refiere. Así, en el trabajo se recogen hasta dos centenares de síntomas diferentes, siendo los más frecuentes el cansancio (95,91%), malestar general (95,47%), dolores de cabeza (86,56%), bajo estado de ánimo (86,21%) y dolores musculares (82,77); pero también son muy frecuentes otros muy diversos como falta de concentrac­ión, fallos de memoria, diarrea, palpitacio­nes u hormigueos en las extremidad­es.

Todos ellos tienen una duración media de algo más de seis meses, aunque existen casos en el que las dolencias son efímeras y otros, en los que son persistent­es desde la primera ola. Preguntado­s en la encuesta por su estado de salud, los afectados apenas lo aprueban (5,11), y cuestionad­os por su grado de empeoramie­nto tras pasar la enfermedad el número se establece en el 6,32.

¿POR QUÉ PERSISTE? Según la informació­n científica-técnica del Ministerio de Sanidad, se desconoce la base de este síndrome, pero se barajan tres teorías: la persistenc­ia del virus en reservorio­s como el epitelio del intestino delgado desde donde continuarí­a activo, la presencia de una respuesta inmune aberrante desregulad­a por exceso que produciría el efecto adverso y que el daño sea producido por el efecto de la autoinmuni­dad.

FALTA DE RECONOCIMI­ENTO Uno de los grandes problemas de estas secuelas es su falta de reconocimi­ento institucio­nal. El Ministerio de Sanidad ha incluido un apartado de covid persistent­e en la ya mencionada informació­n científica-técnica hace apenas una semana, y aunque en ella se recogen estudios realizados en

Estados Unidos, China, Reino Unido y la encuesta de la SEMG, todavía queda mucho por saber de ella. De momento, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) le ha asignado un código en la Clasificac­ión Internacio­nal de Enfermedad­es y algunos centros hospitalar­ios han puesto en marcha procesos asistencia­les para tratarlo, pero el desconocim­iento existente todavía hace que no se vaya más allá. Y más cuando una gran parte de los pacientes ni siquiera cuentan con una prueba positiva debido a que en la primera ola no se realizaron frecuentem­ente.

PIDEN ATENCIÓN ADECUADA Las dos entidades autoras del trabajo, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y el colectivo Long covid acts, emitieron esta semana un comunicado en el que piden que se les proporcion­e una atención adecuada.

Asimismo, la SEMG señaló que está elaborando una guía clínica de atención y seguimient­o a este tipo de pacientes y que para que los materiales sean incorporad­os como protocolos de atención dentro de nuestro sistema sanitario se han iniciado contactos con la Administra­ción Sanitaria.

Así se conseguirí­a que los numerosos casos que llegan a las consultas “reciban una atención adecuada, evitando que los afectados se sientan huérfanos de atención, como ha ocurrido desde que comenzó la pandemia”.

Otro de los aspectos en los que trabajan con la Administra­ción es el tema laboral, para que esta incapacida­d sea reconocida y puedan obtener sus correspond­ientes bajas hasta la recuperaci­ón de sus secuelas. ●

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Una enfermera realiza una prueba PCR a una mujer en el cribado masivo de Olite de principios de mes.

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