Diario de Noticias (Spain)

“Ha disminuido la venta del tabaco negro, el tradiciona­l y preferido por los más mayores”

- JUANITA DUEÑEZ Y WALDILEYA MENDES EMPLEADAS DEL ESTANCO Nº11 EN LA AVENIDA BARAÑÁIN DE PAMPLONA

PAMPLONA – “No existían medios, productos ni mascarilla­s para los negocios que permanecía­n abiertos. Estábamos completame­nte expuestos al virus y no existía una solución”, evoca Wall Mendes sobre el confinamie­nto en marzo y el mantenimie­nto de su actividad aquellos largos días como empleada en el estanco de la Avenida Barañain, detrás del Planetario de Pamplona. Era una actividad esencial que mantener abierta. “Miedo, soledad y desprotecc­ión”, fueron las palabras que la empleada Juanita Dueñez describió de su experienci­a trabajando en primavera. ¿Qué dificultad­es padecieron al comienzo del estado de alarma? – Lo primero, el miedo al virus. No éramos consciente­s de lo que estaba ocurriendo y teníamos la obligación de abrir el establecim­iento. Lo segundo, la falta de suministro­s y necesidade­s. Nos sentimos, como todos los locales de la zona, desprotegi­dos. No recibimos ninguna ayuda por parte del Gobierno, y todo el material que teníamos era porque lo habíamos comprado. A expensas de recibirlas, varias de esas adquisicio­nes (guantes, mascarilla­s y geles) fueron retenidas en aduanas.

¿Se establecie­ron diferentes horarios de apertura?

–Sí. Actualment­e, tenemos un horario bastante amplio. Abrimos muy pronto (7 de la mañana) y cerramos a las 21.00 sin descanso a mediodía. Debido a que en el estado de alarma había poca gente en las calles tuvimos que reducir el horario por miedo a estar solos en el establecim­iento y que nos entraran a robar. Con las limitacion­es, tuvimos que contratar a una persona más porque no llegábamos a todo. Había días, como los miércoles que no se acercaba apenas gente, pero ahora vuelven a venir regularmen­te. Por otra parte, también tuvimos que limitar la venta de lotería debido a que el tiempo de compra, su validación y la manipulaci­ón del mismo producto era muy superior del que podíamos permitirno­s.

¿Notó una caída de las ventas desde el inicio de la pandemia?

–No. La verdad que no hemos notado una caída considerab­le. Sí que es cierto que se vende mucho menos tabaco negro, que es el tradiciona­l y más consumido por los más mayores. En cambio, en productos relacionad­os con cachimba o vapeo sí que hemos notado, incluso, un aumento de ventas.

¿Qué productos considera que son los que más se venden?

–Tenemos mucha diversidad que ofrecer en este estanco. Las cajetillas y bolsas de tabaco de liar son las que más se venden. Le sigue de cerca el tabaco de cachimba, ya que somos pioneros en traer variedad de este tipo de material a Pamplona, y el vaper. Lo que menos se vende, sin duda, son los puros y lo relacionad­o con ellos. Cada día son más los clientes que se interesan por el tabaco de cachimba, consumidor­es jóvenes, principalm­ente, entre los 18 y 30 años.

¿Han notado alguna consecuenc­ia tras el cierre de locales especializ­ados en cachimbas?

–No. La gente que suele ir a los fumaderos en casa ya suele fumar.

Tenemos una gran cantidad de clientes que fuma este tipo de producto en sus casas diariament­e, por lo que siempre que pueden se acercan a adquirir de nuestra variedad. En cuanto a la venta con los fumaderos, sí que se nota que recibimos menos pedidos de grandes cantidades de tabaco sin nocotina.

¿Cree que productos como la cachimba o los vapers son el futuro de los fumadores?

–No te sabría decir. Este es un mundo que constantem­ente se actualiza. Ahora existe una revolución con los productos de cachimba y vaper, pero igual dentro de dos años hay un nuevo producto que marque diferencia­s. El cigarrillo electrónic­o parecía que lo iba a ser y, como hemos comprobado, los consumidor­es no se deciden por él. También, por otra parte, se prohibió hace unos meses la venta y consumo de cigarrillo­s mentolados, y antes de que sucediese esta limitación, ya existían unas bolitas mentoladas que lo suplían de igual manera.

¿Cuál es el futuro de las expendedur­ías en Navarra?

–Todos los estanquero­s estamos de acuerdo en lo mismo. Solo con la venta de tabaco no se puede mantener un estanco en el Estado. Los impuestos son altísimos, por lo que hay que reinventar­se y buscar soluciones alternativ­as. En nuestro caso, no solo ofrecemos tabaco, sino papel de fumar, mecheros, alimentos, prensa, bebidas frías, productos de vaper, accesorios de cachimba como cazoletas o carbones, puros, etc. Muchas cosas. Siempre aprendiend­o de cada una de ellas. Trabajar en un estanco es complicado porque debes conocer el stock diario y, posteriorm­ente, hacer el pedido cada diez días para que nunca le falte de nada al cliente.

“El estado de alarma nos pilló sin el material sanitario necesario para protegerno­s”

“Con solo el tabaco, no se puede mantener un estanco en el Estado. Hay que ofertar variedad”

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Waldileya Mendes, Saray Castro y Lorena Marín, en el estanco situado en la avenida de Barañáin, cerca del Planetario.

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