Diario de Noticias (Spain)

El mito del infierno fiscal navarro

Las Cámaras de Comercio y el Colegio de Economista­s han situado a Navarra como la segunda comunidad con menor presión fiscal de España. Hacienda Foral debe mejorar la recaudació­n e IRPF y Sociedades para acercarse a Europa.

- Un análisis de Juan Ángel Monreal

Los mitos quedan definidos en el diccionari­o como “historias fabulosas de tradición oral”. Dicho de otro modo, narracione­s fantástica­s, que poco o nada tienen que ver con la realidad y que no resisten el rigor de la letra escrita. Algo así sucede con el término “infierno fiscal navarro”, acuñado inicialmen­te por Yolanda Barcina en 2013 cuando el Parlamento de Navarra comenzó a legislar en su contra y que, desde entonces, ha seguido en boca de los portavoces políticos y empresaria­les conservado­res de la Comunidad Foral.

Poco importaba que los datos no sujetaran esta afirmación. Que, año tras año, Navarra recaudase menos que las regiones comparable­s, que la media española o que, por supuesto, que la inmensa mayoría de los países europeos. Ahí se mantuvo una definición que, en realidad, únicamente respondía al interés de unos pocos, aquellos con rentas especialme­nte altas o con patrimonio­s de varios millones de euros. En Navarra, por ejemplo, solo 2.400 personas (apenas el 0,4% de la población) declaran patrimonio­s de más de 1,5 millones de euros.

Un grupo tan influyente como reducido, que desde la pasada crisis ha visto cómo se frenaba la política de rebajas fiscales iniciada a finales de los años 90, que se había acostumbra­do a pagar cada vez un poquito menos y que, además, miraba a Madrid con envidia. Gobernada por el PP de manera ininterrum­pida –Tamayazo de 2003 mediante– durante un cuarto de siglo, ha suprimido los Impuestos de Patrimonio y Sucesiones, que afectan casi de forma significat­iva al 5% más rico de la población.

Las Cámaras de Comercio y el Consejo de Economista­s, poco dudosas ideológica­mente, han publicado esta semana un informe que pone algunos números a esta realidad. Y que confirma que Navarra es la comunidad autónoma que, tras Canarias, menos recauda en IRPF, Sucesiones y Patrimonio en función de su PIB (un 8,41%). Es, por tanto, el segundo territorio con menor presión fiscal y, también, aquel en el que el esfuerzo fiscal, un concepto mucho menos medible, resulta también inferior. Y la segunda comunidad en la que menos se ha incrementa­do la presión fiscal desde 2008.

Aumentar ingresos La clave está en las clases medias

El dato tiene dos lecturas. Por un lado invalida los argumentos de formacione­s y grupos de presión conservado­res, que acusan al Gobierno de Navarra de desincenti­var la llegada de empresas o la atracción de capitales. Pero, por otro lado parece apuntalar a quienes defienden, por ejemplo desde los sindicatos o formacione­s políticas de izquierda, que la fiscalidad navarra resulta demasiado laxa.

Las cosas no son tan sencillas ni admiten lecturas tan simples. Y para ello conviene mirar alrededor. ¿Pagan los ricos en Navarra? Pagan. El Impuesto de Patrimonio da fe de ello. Nacido como una figura transitori­a al comienzo de la democracia, sigue en vigor en la actualidad, a diferencia de lo que ha sucedido en buena parte de Europa, donde se ha ido eliminando. En Francia, por ejemplo, fue sustituido en 2018 por un gravamen sobre las propiedade­s inmobiliar­ias. El tributo sigue en vigor en Noruega, Lietcheste­in y Suiza, donde tiene carácter federal. En Países bajos ha sido incluido como parte del Impuesto sobre la Renta.

Pese a ello, España y Navarra se encuentran muy lejos de ingresar en la misma medida que los países con mayor renta de Europa y de otros muchos que parecen disponer sistemas fiscales más eficientes. Según los datos de 2019, los últimos comparable­s y que, además, no registran el impacto excepciona­l de la pandemia, España recaudó en 2019 un 35,4% de su PIB sumando todos los impuestos y las cotizacion­es sociales que pagan empresas, trabajador­es y hogares. Son seis puntos menos que la media europea.

La misma suma deja la capacidad recaudator­ia de Navarra en un 33,2%, ocho puntos y medio menos que Alemania, 15 puntos menos que Francia y 10,4 puntos menos que Italia. Cuando los gobiernos de estos dos países anuncian que quieren rebajar su presión fiscal, tal y como ha anunciado Draghi o ha defendido Macron, parecen disponer de cierto margen para hacerlo.

Descontado por tanto el Impuesto de Patrimonio, la brecha de recaudació­n hay que buscarla en otros tributos. Y el único modo de medirlo es que el que proporcion­a Eurostat, que calcula la recaudació­n total de cada tributo en función del PIB de cada país. Ahí aparecen las pistas. Navarra recauda menos que la media europea en casi todos los impuestos. Y conseguir reducir esta brecha pasa, en buena medida, por ensanchar lo que aportan las clases medias.

200 millones menos Sociedades, un impuesto desguazado

Resulta llamativa, por ejemplo, la diferencia en el Impuesto de Sociedades, que garantiza en casi toda Europa unos ingresos muy homogéneos, en torno al 2,7% del PIB, y que en Navarra se queda, sin embargo, en un 1,3%, claramente por debajo de la media española. Lograr que este impuesto ingrese al menos en esa cantidad garantizar­ía a Navarra unos 200 millones de euros más al año, una cifra nada despreciab­le para unos ingresos totales que, antes de despeñarse por la pandemia, no llegaban a los 4.000 millones.

Este tributo, sin embargo, ha perdido en Navarra buena parte de su capacidad recaudator­ia por diversos motivos. Por un lado, lado hay que tener en cuenta el punto de partida: la realidad de 2007, con el boom inmobiliar­io y los beneficios empresaria­les disparados, no ha vuelto a repetirse. Junto a ello, la incorporac­ión progresiva de beneficios fiscales ha ido reduciendo las bases imponibles, del mismo modo que la com

pensación de las pérdidas declaradas. Y, junto a ello, el propio tejido empresaria­l navarro, compuesto sobre todo por pymes, disfruta de unos tipos reales más que competitiv­os.

IRPF Bajos salarios, tejido económico con poco valor y fraude fiscal

Pero Sociedades solo explica una parte muy reducida de la brecha fiscal. Más importanci­a tiene el IRPF, que aportaba en 2019 el 7,2% del PIB de Navarra, una cifra similar a la española (7,4%) pero muy inferior a la media europea (9,2%). Alcanzar ese guarismo supondría elevar en 400 millones la recaudació­n anual. Y aunque los tipos medios navarros y españoles son, según el último informe de la OCDE, ligerament­e inferiores a la media de los países desarrolla­dos para casi todos los tipos de renta, la explicació­n a la brecha fiscal no se encuentra ahí.

Son los bajos salarios, producto de un tejido económico carente en ocasiones de suficiente valor añadido y acentuados por la devaluació­n de 2012; las reducidas bases imponibles de miles de autónomos y algunos beneficios fiscales en vías de supresión, como el de los planes de pensiones privados, los que explican el diferencia­l, que también se aprecia en las cotizacion­es sociales.

Todo ello supone que, por comparació­n, las administra­ciones públicas presenten cierto raquitismo financiero; contrasta con una mayoría de votantes que se define como de centro-izquierda, ayuda a explica el perenne recurso a la deuda para cuadrar las cuentas y supone que, en un año como 2020, España disponga de menos colchón financiero para rescatar su economía. ●

 ?? Fuente: Eurostat, Nastat y elaboració­n propia. ??
Fuente: Eurostat, Nastat y elaboració­n propia.
 ??  ?? Edificio de Hacienda Foral de Navarra en Pamplona.
Edificio de Hacienda Foral de Navarra en Pamplona.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain