El fuego arrasa con todo
Varios incendios calcinaron el fin de semana casi 1.000 hctáreas en Baztan. La fuerza del viento echó por tierra el esfuerzo de profesionales y voluntarios, que trabajaron día y noche
El pasado fin de semana Baztan vivió una pesadilla. Pesadilla provocada por diferentes incendios que han calcinado casi 1.000 hectáreas de monte. El calvario comenzó el viernes, al anochecer. Cerca del Parque Natural de Bertiz se generó un incendio al que, inmediatamente, siguió otro surgido entre Arizkun y Erratzu, entre Otxasko y Gorostapolo. Sin que se lograra extinguir éste, la madrugada del sábado, otro foco se cernía sobre Alkurruntz, y por si no era suficiente, el sábado por la tarde otros dos incendios atacaron Gorospil e Itzulegi.
Juan Kruz Iriarte, concejal de montes del Ayuntamiento de Baztan y guarda forestal del Gobierno de Navarra, vivió muy de cerca toda la vorágine de las llamas. El viernes tenía día libre, pero tan prontocomo conoció el incendio de Bertiz, se acercó a ayudar, al igual que otros compañeros. Los bomberos se hicieron cargo de la situación, y con mucho esfuerzo pudieron controlar el incendio, aunque los daños fueron considerables. Tras el nuevo foco de Arizkun, tuvo que ponerse en el papel de concejal de Montes del Ayuntamiento, y entre todos pusieron en marcha un dispositivo para intentar frenar el fuego. Las llamadas a la ciudadanía tuvieron muy buena respuesta y fueron muchos los vecinos que se acercaron a ayudar, “algo que hay que remarcar”, según Iriarte, “la implicación de la gente ha sido ejemplar”. También los guardas forestales del Ayuntamiento dejaron sus trabajos y se afanaron en tratar de controlar el fuego, “era imposible. Además los bomberos estaban en el incendio de Bertiz y tuvieron que venir refuerzos del parque de Cordovilla, pero la tarea era muy difícil debido al fuerte viento que hacía inútil el esfuerzo de bomberos y voluntarios”. Al amanecer el panorama era desolador, a la impotencia de no poder hacer prácticamente nada ante la fuerza del viento, se unió otra llamada que anunciaba otro incendio en Alkurruntz. “Eran momentos muy difíciles, de mucha tensión”, comenta Iriarte.
Cerca de Gorostapolo había vecinos, guardas, y varios bomberos que estaban fuera de servicio y se acercaron a ayudar, pero no había suficientes medios para hacer frente al fuego. Entretanto, se inició otro incendio en Bera, un incendio mayor que requirió a todos los efectivos, por lo que no había suficiente gente para retener todos los focos activos. En esas, el Ayuntamiento alertó a la ciudadanía de que no había bomberos para poder cubrir otras emergencias que pudieran surgir, además del fuego. Hubo