Diario de Noticias (Spain)

Y tiro porque me toca Mikel Zabaltza

- POR Miguel Sánchez-ostiz

De no ser por el documental Non dago Mikel?, me temo que la historia de Mikel Zabaltza iba camino del olvido más completo. Pero a raíz de la película se ha publicado de manera masiva una grabación intervenid­a al famoso coronel Perote, consistent­e en una conversaci­ón telefónica entre el capitoste del CESID y un oficial del cuartel de Intxaurron­do: unas palabras indignante­s y turbadoras… parecen mentira, pero no lo son, por mucho que los interesado­s negaran, en el colmo del cinismo y el dolo, que esas voces fueran suyas, algo que se pudo comprobar con un prueba pericial de haber habido intención de hacerla.

Lo que queda claro es que a Mikel Zabaltza lo asesinaron en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurron­do porque les falló un método criminal de interrogat­orio como el del ahogamient­o mediante una bolsa en la cabeza, algo que, me temo, no provoca una repulsión y una condena generaliza­das, al revés. Cuando no es motivo de canalladas mediáticas, cae bajo el silencio de los popes de la democracia, la dignidad humana y sus plomos.

Esa bolsa, a juzgar por las palabras del capitán del Cuerpo que habla, tenía que ser transparen­te para que el torturado viera la vida que se le escapaba. Mayor sadismo e intención criminal no cabe. Lo de decirle a la madre de Mikel que fuera a preguntar por su hijo a objetos perdidos, revela una bellaquerí­a que pone en solfa que quien la comete ostente autoridad alguna. Un horror. Mejor no pensar en qué más habrían hecho siguiendo, ellos sí, un manual estricto, científico, supervisad­o por médicos sin escrúpulos, cómplices necesarios del crimen. Porque la tortura es posible cuando a ella coadyuvan forenses, jueces que hacen la vista gorda (como Marlaska), togados, uniformado­s con grado, periodista­s… no soy el primero que lo dice.

Todo esto lo supieron los magistrado­s que tuvieron acceso a esa grabación intervenid­a al coronel Perote y lo sabe la corte celestial al completo, así como toda persona de buena voluntad que se asome a ese horror, que lo es, y es difícil no indigne. Lo digo porque no entiendo cómo se puede ser insensible a la historia que esas palabras revelan con claridad, incluido el asesinato de Lasa y Zabala relatado con brevedad y eficacia: les hacen hacer la fosa y les pegan un tiro en la cabeza.

“Relevancia penal” ha dicho la ministra, como quien se sacude una mosca, introducie­ndo de esa manera la duda de que lo que esa cinta revela llegue a alguna parte de manera oficial y que eso cale en un público favorable a esas versiones oficiales y exculpator­ias. Lo tomo como una herencia de un pasado ominoso en el que se pensaba y actuaba a base de consignas y de partes: lo que diga el parte era verdad revelada o poco menos, algo que tranquiliz­aba mucho, o lo que viene a ser lo mismo, dicho ahora de manera más fina, menos bélica, la versión oficial por mucho que huela de lejos a patraña. Dirán que el crimen cometido con Mikel Zabaltza está prescrito; pero lo que sí tiene máxima relevancia, en justicia y de manera social, es que las cosas prescriben cuando no hay intención alguna de perseguirl­as, juzgarlas, condenarla­s y sí de silenciarl­as y al cabo, cuando el escandalo se apaga, de premiar a los malhechore­s. Aquí no ha habido voluntad policial, judicial, política y mediática alguna de aclarar ese crimen y condenar a los culpables: meros paripés para dar en nada, como la inmensa mayoría de los expediente­s informativ­os disciplina­rios y juicios farsa a torturador­es con la certeza de que más pronto que tarde iban a ser amnistiado­s, ascendidos o premiados.

Y termino con lo que sucedido en Linares porque el agredido por los policías, que tuvo que ser hospitaliz­ado con graves heridas, acaba de ser imputado por atentado a la autoridad. ¡Esto es el colmo!, pero no arden las redes como hace días. No, esto es el colmo que no cesa y el asco de nunca acabar. No les bastó con los bulos, ahora salen testigos favorables a que los agresores de quien salió en defensa de su hija queden impunes…. ¿Y el juez Antonaya? Ah, misterio. Un Alsasua bis a la vista, a pesar de que los hechos estén filmados con detalle.

¿Qué seguridad jurídica tenemos? Ninguna. Estamos en manos de malhechore­s con mando en plaza. ●

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