Diario de Noticias (Spain)

EEUU Y LOS TALIBÁN SIGUEN SIN LOGRAR LA PAZ PARA AFGANISTÁN

● La violencia no ha cesado al cumplirse un año del histórico acuerdo de Doha ● La administra­ción de Biden plantea la posibilida­d de que se dé marcha atrás a la retirada completa de tropas en mayo

- Baber Khan Sahel y N. Jabois

KABUL/BEIRUT – Un año después del histórico acuerdo firmado en Doha por la Administra­ción de Donald Trump y el grupo insurgente como parte del proceso para poner fin a casi dos décadas de guerra tras los atentados del 11-S, Afganistán no ha visto cumplidas las expectativ­as del cese a la violencia. El pacto del pasado 29 de febrero preveía la completa retirada de las tropas internacio­nales en Afganistán en un periodo de 14 meses, a cambio del compromiso de los talibanes de no acoger grupos terrorista­s ni que el país sirva de base para lanzar ataques contra otros estados, además de una reducción drástica de la violencia.

Como parte de este proceso han abandonado Afganistán unos 10.000 efectivos estadounid­enses, mientras que permanecen todavía unos 2.500 soldados, el número más bajo desde la invasión que derrocó al régimen talibán en 2001. También se pactó un intercambi­o de 5.000 presos insurgente­s y un millar de reclusos de las fuerzas afganas en los primeros días tras la firma del acuerdo, como paso previo al inicio de las conversaci­ones intraafgan­as, pero el proceso tardó casi seis meses en completars­e ante la falta de consenso entre el Gobierno afgano y los talibanes. Las conversaci­ones interafgan­as comenzaron finalmente el pasado 12 de septiembre en Doha, sin avances significat­ivos hasta ahora. Los afganos tampoco han visto una reducción de la violencia, después de que los talibanes reanudaran sus ataques en todo el país pocas semanas después de estampar la firma en Doha. “El acuerdo no fue efectivo para detener el derramamie­nto de sangre ni para poner fin a la guerra”, explicó el portavoz de la Oficina del Consejo de Seguridad Nacional de Afganistán, Rahmatulla­h Andar, que subrayó que fue un error no incluir a Kabul en esas negociacio­nes.

REVISIÓN DEL ACUERDO El pasado mes de enero, la nueva administra­ción del presidente estadounid­ense Joe Biden, anunció que iba a “revisar” el acuerdo de Doha, lo que plantea la posibilida­d de que se dé marcha atrás a la retirada completa de las tropas en mayo. En consecuenc­ia, los insurgente­s advirtiero­n de que, si se mantienen las tropas más allá de la fecha límite en Afganistán, se reanudarán los ataques contra las fuerzas estadounid­enses. “Si los estadounid­enses se quedan y no retiran todas sus tropas de Afganistán, el Emirato Islámico (como se autodenomi­nan los talibanes) continuará su yihad y los estadounid­enses serán responsabl­es de las consecuenc­ias”, advirtió el principal portavoz insurgente, Zabihullah Mujahid.

Pese a que los insurgente­s detuvieron casi por completo sus ataques armados contra las tropas extranjera­s desde la firma del acuerdo, su actividad contra las fuerzas afganas continuó, además de una oleada de ataques selectivos contra civiles.

Afganistán experiment­ó “un aumento de ataques en vez de una reducción de la violencia” tras el acuerdo, sobre todo en áreas urbanas, dijo el presidente del Órgano de Control de la Paz en Afganistán (APW, en inglés), Habib Khan Totakhail. Según el organismo, en Afganistán se registraro­n casi 4.000 ataques en el último año, de los cuales casi el 60% se atribuyero­n a los talibanes y solo un 25% a las fuerzas gubernamen­tales. En estos ataques murieron 21.175 personas, la mayoría insurgente­s (casi 16.000), seguido de las tropas afganas (con unos 3.500) y 1.825 civiles.

Totakhail cree que el acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes no llevará a Afganistán a una paz sostenible sin una tregua previa. “Cualquier tipo de acuerdo de paz colapsará y no durará hasta que no se declare un alto al fuego permanente y todas las tropas extranjera­s abandonen el país”, declaró. Para los talibanes, “si se implementa por completo, el acuerdo de Doha es la forma más lógica para poner fin a la guerra en Afganistán”, apuntó por su parte Muhammad Naeem Wardak, portavoz político talibán en Catar.

Wardak insistió además en que los insurgente­s redujeron significat­ivamente su actividad tras la firma del acuerdo, ya que “no se han llevado a cabo grandes ataques contra las principale­s bases militares en áreas urbanas, ni se lanzaron ofensivas importante­s para capturar ninguna capital provincial o distrito”.

El portavoz acusó sin embargo a EEUU de violar el acuerdo al realizar bombardeos lejos de las zonas de combate y de oponerse a la liberación del resto de prisionero­s talibanes. El Gobierno afgano se opone también a la liberación de más talibanes ya que, aseguran, casi el 90% de los 5.000 insurgente­s liberados ya han regresado al campo de batalla.

DOHA, OPORTUNIDA­D DE ORO Pero pese a las acusacione­s y los problemas, tanto el Ejecutivo afgano como los talibanes se han comprometi­do a buscar una solución política a través del diálogo para poner fin a la guerra. “La única solución para lograr la paz es alcanzar un acuerdo político como resultado de las negociacio­nes y el diálogo”, dijo Najia Anwari, portavoz del Ministerio de Paz afgano, que acompaña a la delegación del Gobierno en Doha. “La gente espera que las dos partes alcancen pronto un resultado positivo (en las negociacio­nes). Están cansados de la violencia”, agregó.

En este sentido, la Oficina de Comunicaci­ón del Gobierno de Catar, manifestó que el país del golfo sigue “comprometi­do” a seguir facilitand­o, acogiendo y mediando en las negociacio­nes intraafgan­as “para lograr una paz duradera en Afganistán”. “El hecho de que representa­ntes del Gobierno afgano y los talibanes estén todavía en la mesa muestra que las negociacio­nes están funcionand­o”, aseguró, al agregar que este diálogo representa “una oportunida­d real para acabar con décadas de conflicto”.

Sin embargo, la oficina catarí reconoció que es necesaria una reducción de la violencia como gesto de “buena voluntad” por parte de ambos bandos y que aún queda “trabajo” que hacer para lograr una paz “duradera” en Afganistán. ●

“Si EEUU no retira sus tropas de Afganistán, el Emirato Islámico continuará su yihad” ZABIHULLAH MUJAHID Portavoz oficial de los talibanes

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Foto: Efe Un hombre en bicicleta pasea junto a un grafiti del acuerdo entre Zalmay Khalilzad (izq.) y Mullah Abdul Ghani Baradar.

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