Diario de Noticias (Spain)

La banca presta 451 millones en Navarra para comprar vivienda a un interés mínimo histórico

El tipo medio a finales de 2020 fue del 1,89%, el segundo más barato entre todas las comunidade­s ● El confinamie­nto reduce el número de hipotecas y siete de cada diez se hicieron a tipo fijo ● Sube el importe medio por encima de 120.000 euros

- Juan Ángel Monreal

PAMPLONA – La guerra por las hipotecas y un euríbor en mínimos dejaron en Navarra en 2020 los préstamos para comprar vivienda más baratos de la historia. El tipo medio de interés se quedó a final de año en el 1,89%, el segundo más barato de entre todas las comunidade­s y claramente por debajo de la media española.

La crisis desatada por el coronaviru­s ralentizó la concesión de los préstamos, pero no ha hecho que repunten unos tipos de interés que llevan años en mínimos históricos. Las entidades, eso sí, se han encontrado con una cierta “reducción de la demanda” debido a la incertidum­bre que todas las crisis generan. En total, las entidades bancarias prestaron en Navarra 451 millones de euros, un 11% menos que el año anterior.

El descenso se explica, sobre todo, por el cerrojazo vivido entre marzo y junio, cuando apenas se prestaron 81 millones de euros, frente a los más de 150 del año pasado. El resto de meses, la actividad ha mantenido una cierta normalidad, con una competenci­a máxima entre las entidades que operan en la Comunidad Foral y donde cada vez pesan más las cooperativ­as de crédito de origen local. Caja Rural de Navarra y Laboral Kutxa prestaron casi el 42% del total.

A partir de otoño, en cualquier caso, la actividad se recuperó, tanto en operacione­s formalizad­as como en el volumen total concedido, muestra de un sector que ha resistido mejor que otros la crisis de 2020 pero que se parece en muy poco al de la década pasada. Los 451 millones prestados durante el año pasado suponen apenas un 25% de lo que se concedía con la burbuja inmobiliar­ia. Entre 2007 y 2008 se prestaron más de 3.600 millones de euros, el empujón definitivo hacia el precipicio y el último coletazo de una generación de babyboomer­s que adquiría entonces su primera vivienda.

Aquella realidad tiene poco que ver con la actual. La demanda se ha desplomado por razones demográfic­as, económicas y sociales. Apenas se vende un 30% de los pisos que se vendía entonces, la edificació­n de obra nueva ha caído cerca de un 70%. Y el alquiler ha emergido como una alternativ­a tanto para vivir cuando no hay opciones de adquirir un piso como para procurar rentabilid­ad al ahorro. Como consecuenc­ia de su encarecimi­ento, comprar una vivienda para alquilarla genera hoy una rentabilid­ad del 5%.

También los precios son hoy inferiores a los de hace doce o trece años. Y como consecuenc­ia de todo ello, el importe medio que prestan los bancos, que aprendiero­n asimismo a extremar los criterios de prudencia a partir de la última crisis, es también inferior. Desde 2016 se aprecia, sin embargo, un crecimient­o continuo en las hipotecas medias (de nuevo por encima de los 120.000 euros), reflejo del encarecimi­ento medio de la vivienda y de la activación en Pamplona de urbanizaci­ones como la de Lezkairu, donde los precios son altos.

Y, por supuesto, 2020 ha consolidad­o el dominio casi absoluto de la hipoteca a tipo fijo frente al variable. Siete de cada diez operacione­s se formalizar­on un tipo de interés estático, del 2,2%, sensibleme­nte por encima de las hipotecas a interés variable, que rondaban el 1,7%. Esta fórmula, impulsada por la banca desde hace ya unos años como vía para asegurarse la máxima rentabilid­ad, ha terminado por imponerse cuando se habla de una posible subida del euríbor. ●

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Foto: Iñaki Porto Viviendas en el barrio de Lezkairu, en Pamplona.

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