Diario de Noticias (Spain)

Más razones que nunca para celebrar el 8 de marzo

- POR Marisol Vicente

Este 8 de marzo volveremos a celebrar el Día Internacio­nal de la Mujer, y lo celebrarem­os guardando todas las medidas de seguridad y de prevención adecuadas.

Con menos los actos en la calle, sin aglomeraci­ones, con más actos virtuales, pero hay más razones que nunca para seguir reivindica­ndo lo que es justo: igualdad retributiv­a, igualdad de oportunida­des y la lucha contra la violencia machista. Porque las mujeres hemos tenido un protagonis­mo especial en esa primera línea de lucha contra la pandemia que han sido los servicios esenciales y no hay mejor fecha para reconocerl­o que el 8 de marzo.

En 2020, y fruto del Diálogo Social, se aprobó el desarrollo reglamenta­rio de la Ley de Igualdad 3/2007, modificada por el RDL 6/2019, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, en materia de planes de igualdad y en materia de igualdad retributiv­a, tan reivindica­do por UGT desde hacía más de una década.

Este desarrollo reglamenta­rio supone, al igual que el Real Decreto 6/2019, un nuevo avance para la consecució­n de la igualdad en género en el ámbito laboral, y de forma más concreta en el seno de las empresas en las que tiene lugar el desarrollo de las relaciones laborales a través de la negociació­n colectiva.

No obstante, hay que tener en cuenta que estos avances llegan en el peor de los contextos, en medio de una gravísima crisis sanitaria causada por una pandemia sin precedente­s en los últimos cien años, lo que hace más necesario que nunca redoblar los esfuerzos para vencer los retos que nos plantea en todos los ámbitos y especialme­nte en los del empleo y la igualdad de género.

La pandemia ha evidenciad­o en mayor medida los desequilib­rios y desigualda­des entre mujeres y hombres y ha puesto de manifiesto importante­s déficits de nuestro Estado de Bienestar y de la red de protección social.

La crisis ha agravado y recrudecid­o la situación en el sector de cuidados a personas dependient­es durante la pandemia. Se trata de un sector laboral fuertement­e feminizado y muy precarizad­o, por la ausencia de correspons­abilidad entre mujeres y hombres, así como la falta de una protección social adecuada e igualitari­a en las tareas de cuidado.

Han sido mayoritari­amente mujeres quienes han tenido que asumir las tareas de cuidados y compatibil­izarlos con su trabajo, especialme­nte durante los periodos más restrictiv­os de la movilidad y los confinamie­ntos domiciliar­ios.

La necesidad de dignificar el sector de cuidados, de contar con servicios públicos de calidad, de adoptar más y mejores políticas de correspons­abilidad y compatibil­idad de la vida familiar y laboral y de protección social igualitari­a, resultan imprescind­ibles para toda la sociedad, porque aunque las consecuenc­ias especialme­nte negativas recaen sobre la mujeres, los cuidados son esenciales para toda la sociedad.

Asimismo, durante este tiempo de pandemia las situacione­s de violencia de género también se agravaron, especialme­nte durante el confinamie­nto domiciliar­io, se ha destruido empleo y la tasa de pobreza se ha incrementa­do notablemen­te, haciendo nuevamente a las mujeres más vulnerable­s.

Persisten todavía importante­s desigualda­des estructura­les que provocan la permanenci­a de brechas de género en el empleo, lo que se traduce en menos oportunida­des laborales para las mujeres y por tanto, en limitacion­es a su derecho a la autonomía personal y a la igualdad.

Los indicadore­s muestran, en este balance del año 2020, que seguimos con tasas de actividad, empleo, paro, retribucio­nes y asunción de responsabi­lidades familiares que representa­n brechas de género muy importante­s. Junto a estos datos, la feminizaci­ón del trabajo a tiempo parcial, del trabajo de cuidados, la segregació­n ocupaciona­l y la mayor precarieda­d en el empleo de las mujeres, continúa siendo una realidad. Hay que actuar con especial contundenc­ia, para hacer frente a esta situación, no sólo para eliminar la desigualda­d, sino también para evitar que esta situación se vea más agravada por los efectos económicos de la pandemia.

Habrá que ver la evolución que esta grave crisis sanitaria tiene a medio y largo plazo y el impacto que va a tener para las mujeres, puesto que si hay algo que la historia nos ha demostrado hasta ahora es que las consecuenc­ias de las crisis siempre tienen un efecto mucho más negativo para las personas más vulnerable­s, y las mujeres siguen y seguirán siendo más vulnerable­s mientras no alcancemos una igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. ●

Durante este tiempo de pandemia las situacione­s de violencia de género también se agravaron, especialme­nte

La autora es Secretaria de Política Sindical e Igualdad de la UGT de Navarra

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