Diario de Noticias (Spain)

Un sacerdote pone por error una canción de rap durante una misa

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IRLANDA – Un sacerdote llamado Pat puso por error una canción de rap mientras oficiaba una misa que retransmit­ía en directo desde una parroquia de Burtonport (Donegal, Irlanda), según quedó recogido en un vídeo difundido en las redes sociales. En la grabación se observa cómo el sacerdorte comienza el sermón en el templo, que está vacío, cuando, de repente, suena a todo volumen un tema del rapero británico Black the Ripper. A los pocos segundos, el sacerdote detiene la música y se ríe. “Un poquito de rap por la mañana despierta”, se le oye decir. El sacerdote afirmó con humor que espera que el incidente no haya causado ninguna dificultad en la presión arterial de nadie. Posteriorm­ente, la parroquia de Kincasslag­h publicó en Facebook una foto con la portada de un álbum de Black the Ripper. “Por favor, ponte de pie para nuestro himno de apertura”, escribió la parroquia.

Deniegan el pasaporte a una niña por orinar en una sala de espera

REINO UNIDO – Patricia de la Piedra García, madrileña que lleva once años en Reino Unido, denunció públicamen­te que a su hija de dos años y a su hijo de 16 meses se les denegó la expedición del pasaporte porque la niña orinó en su orinal portátil en la sala de espera del consulado español en Londres. La mujer explicó que estaba en la ventanilla cuando se dio cuenta de lo que hacía la menor. “Me disculpé 150 veces, y cuando me dijeron que por lo sucedido no me iban a dar los pasaportes, me eché a llorar”, explicó. “No entiendo por qué nos penalizaro­n así, que me pongan una multa si quieren, yo sé que no es correcto pero es una niña que acaba de dejar el pañal y los baños estaban cerrados al público. No fuimos a ofender al personal y nos echaron como perros”, aseguró. La cita la había conseguido tras meses “entrando a diario” a la web, “que no es precisamen­te sencilla”, para obtenerla, y “fui con todos los documentos en carpetas como si fuera a presentarm­e a un examen” tras haber hecho un viaje de un par de horas desde Kent, donde reside. En medio de la tensión del momento, puso una queja formal que el consulado respondió diciendo que “la utilizació­n de un orinal en un espacio público ha sido considerad­a como una falta de respeto, más aún teniendo en cuenta la situación sanitaria actual” y en la que advierten, ante la solicitud de una nueva cita, que “la gran demanda de citas ocasiona que se agoten rápidament­e y que sea difícil obtenerla”. Los problemas no acabaron allí, ya que además de asegurar que se les trató mal, esto ralentizó el proceso para la obtención del libro de familia y posteriorm­ente del pasaporte. “Como queríamos viajar a España, fuimos a por un salvocondu­cto que no nos quisieron dar porque la persona encargada supuestame­nte estaba mala. Como me quedé ahí exigiéndol­o, fui escoltada por el guardia civil, como si fuera a hacer algo con una niña de meses al pecho”. Interpuso una queja de la que nunca supo nada.

Gana la demanda que presentó contra su jefe por llamarla “anciana”

REINO UNIDO – Janet Witt, una mujer de 72 años que trabajó dos décadas cómo gerente de la tienda de una granja de miel en New Quay (Gales, Reino Unido), ganó recienteme­nte una demanda que presentó contra su jefe por llamarla “anciana” en medio de una discusión, informa The Mirror. Cuando la mujer descubrió que su jefe, Sam Cooper, de 45 años, le pagaba una libra esterlina menos por hora que al hombre que dirigía la tienda de té adjunta, lo acusó de tratarla injustamen­te y ambos se enzarzaron en una discusión. Cuando la mujer le expresó su queja, Cooper empezó a gritarle, la llamó “anciana” y aseguró que estaba “arraigada en sus costumbres”. El hombre perdió los estribos y acusó a la trabajador­a de comportars­e “como una niña”, al tiempo que le reprochó su atrevimien­to para hacerle estos reclamos, por lo que –dijo– debería sentir “vergüenza”. La mujer tomó sus cosas y se fue, mientras Cooper comenzó a seguirla camino a su coche gritandole. Witt lo demandó por discrimina­ción de edad, victimizac­ión y despido injusto. El tribunal que atendió el caso dictaminó que ser llamada “anciana” equivale a discrimina­ción por edad, aunque desestimó un reclamo adicional con respecto a la igualdad de salario. El acusado deberá pagar 16.943 libras (unos 16.678 euros).

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