Diario de Noticias (Spain)

El lobo manteniend­o a las ovejas

- Xabier POR Aquerreta

Se cumplen 6 meses desde que el Ayuntamien­to de Pamplona se vio obligado a reconocer el estado de abandono de las vías ciclistas de Pamplona, tras dictamen del Defensor del Pueblo recomendan­do realizar labores de mantenimie­nto ante queja ciudadana admitida. Debido a ello, el Ayuntamien­to anunció una auditoría de las vías ciclistas y una suma importante de dinero para su conservaci­ón. La anunciada auditoría, de la que curiosamen­te ya se alardeaba en la anterior legislatur­a, ha acabado detectando una serie de (pocos) puntos negros para el ciclista, además de proponer una serie de actuacione­s básicas y superficia­les de repintado, repaviment­ado incompleto, señalizaci­ón y sustitució­n de elementos segregador­es. Sorprende que dicho trabajo no incluya un informe detallado de qué vías ciclistas deben conservars­e con su debido mantenimie­nto, cuáles deben modificars­e (más aún en un contexto de mantenimie­nto y fiscalizac­ión) para hacerlas más estandariz­adas, seguras y utilizable­s y cuáles deben definitiva­mente eliminarse por ser insalvable­s e inviables.

Por el contrario, esta auditoría sigue apostando por gastar (o más bien malgastar) el dinero de todos en mantener las mismas vías ciclistas no utilizable­s con seguridad, sin entrar a analizar sus diseños, dimensione­s o pavimentac­ión. Simplement­e, se les da un lavado de cara. Ahí seguirán estando esos carriles bici de dimensione­s insuficien­tes y/o con diseño peligroso, invadidos por las puertas de los vehículos estacionad­os paralelos a ellos (calles Gayarre, Abejeras, Bernardino Tirapu, ronda Azpilagaña); aceras bici que eliminan de facto la acera para los peatones (avenida Navarra), aceras ciclables pintadas sobre paseos peatonales (avenida Barañáin, avenida Navarra o paseo Sandúa); pistas bici pavimentad­as con cemento pulido resbaladiz­o como la de Vuelta del Castillo. Tampoco se anuncia intervenci­ón alguna relacionad­a con la falta de señalizaci­ón vertical de los pasos ciclistas de la ciudad (y de las vías ciclistas en general), más allá de pintar dichos pasos de rojo. Siendo el lugar donde las estadístic­as que ofrece Policía Municipal indican que se producen la mayoría de los accidentes entre ciclistas y vehículos a motor, era lo menos que se podría esperar de una auditoría en condicione­s.

Lo que no sorprende es el poco rigor de esta auditoría, pues viene de la mano de los mismos técnicos que en su momento dieron el visto bueno a toda la serie de caras chapuzas (han costado millones de euros) anteriorme­nte citadas que han tenido que padecer los sufridos ciclistas de la cuenca de Pamplona durante años: curvas en ángulo recto, carriles bici en los que no se pueden cruzar sin chocar dos bicicletas, aceras pintadas permitidas para ciclistas de dimensione­s mínimas (cuesta Labrit o Beloso), pasos ciclistas sin señalizar, pavimentos deslizante­s o trazados imposibles, entre otras lindezas. Es evidente que el diseño de vías ciclistas le viene grande a los técnicos municipale­s pamplonese­s, quedando desacredit­ados para hacer cualquier auditoría de las mismas.

Con este panorama preocupa pensar en qué se va a (volver) gastar (o más bien despilfarr­ar) el dinero de todos, invertido en infraestru­cturas no ciclables, que no solucionan las necesidade­s y demandas de un conjunto cada vez mayor de ciclistas urbanos, ni mucho menos solucionan los problemas de convivenci­a que actuacione­s como aceras bici pintadas, que el propio Ayuntamien­to reconoció recienteme­nte como craso error, se han generado en espacios a costa del peatón y no a costa del coche, como sí se hace en el resto del país y de Europa. Por todo esto, resulta indispensa­ble que este Ayuntamien­to y su Área de Movilidad, dirigida por Fermín Alonso, recupere la senda de la participac­ión de los colectivos ciclistas y de los expertos independie­ntes locales, con los que ya contó en el pasado, como ayuda necesaria para acometer una mucho más ambiciosa remodelaci­ón de la ciudad hacia estándares como los que marcan ciudades de referencia como Vitoria, San Sebastián, Zaragoza o Sevilla. Han demostrado que solos no son capaces, malgastand­o dinero en actuacione­s como las recientes de Ejército-bayona, carril bici bidireccio­nal obsoleto y descatalog­ado en Europa, y comenzando a malgastarl­o con la aquí analizada auditoría realizada por los que han sido durante años el lobo de las ovejas ciclistas. ●

El autor es policía municipal especializ­ado en movilidad ciclista

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