LOS FINALISTAS SE HUMANIZAN
PAREJAS ELEZKANO II Y ZABALETA, DESCONOCIDOS, CAEN ANTE EZKURDIA Y TOLOSA, EN UN ENCUENTRO SIN NADA EN JUEGO
PAMPLONA – Danel Elezkano y José Javier Zabaleta son humanos. El rodillo epatante de los dos primeros partidos de la liguilla de semifinales del Parejas, en los que dejaron en siete a Altuna Iii-mariezkurrena II y en ocho a Peña Ii-albisu, se encasquilló en la última cita antes de la final del próximo domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao. No hubo dinamita del guardaespaldas de Sakana y los latigazos de brillo del vizcaíno fueron cuando el intrascendente duelo ya estaba desnivelado y rumbo a un epílogo inopinado en el Labrit. De las manos del zaratamoztarra se trazaron brochazos de maquillaje que queda muy bien en el luminoso pero no curan las sensaciones.
Bien es cierto que era un compromiso sin tensión, aunque también suponía la última prueba para coger confianza de cara a la decisiva cita por el cetro. Pues bien, Joseba Ezkurdia, que acaba sin resultados sobresalientes pero con grandes sensaciones su tránsito por el Parejas, viento en popa en dirección al Manomanista, y Xabier Tolosa –sustituto de Ladis Galarza– destrozaron los pronósticos. Los finalistas, lejos de su mejor versión, tropezaron. Los de Aspe hicieron su peor partido en todo el campeonato. Una mala tarde.
Xabier Tolosa cerró un envite completo y fue capaz de frenar los pelotazos de gloria de Zabaleta. Su zurda funcionó. Esperaba al Leviatán, pero el de Anoeta no sufrió en aguas peligrosas. Más todavía acompañado por un Ezkurdia mayúsculo en el sacrificio y la solidaridad. El de Arbizu fue el mejor pelotari del cuarteto en un partido que no pasará a la historia: se cruzaron 321 pelotazos en 46:17 minutos de juego para un 22-13.
Sin el perfil abrumador del martillo de José Javier, lo que dificulta el dechado de técnica de Elezkano II, los colorados comprobaron desde los primeros compases que, a pesar del 0-2 inicial, sus arcas se llenaban fácil. Ezkurdia-tolosa reinaron desde el abrazo en el tercer cartón. Mandaron 7-3, 125, 15-6, 17-8 y 20-9. Después, Danel trató de cambiar el signo desde el funambulismo y Joseba cometió su único error. Fue un espejismo (20-13). No había agua en el desierto para los finalistas. Tampoco había nada en juego: toca cambiar el chip. ●