Diario de Noticias (Spain)

El meme se come a la presidenta

ASUMIDO SU PERSONAJE EN LA BÚSQUEDA DEL TITULAR DEL DÍA, AYUSO ACUDÍÓ AL 4-M CON TODO A FAVOR. VOX LA ESPERA

- Isabel Díaz Ayuso CANDIDATA ELECTA DEL PP A LA COMUNIDAD DE MADRID Un reportaje de Carlos C. Borra

En estos tiempos de sobreinfor­mación, estímulos fugaces y nula profundida­d, el meme es el rey. La frase llamativa, el chiste que se propaga como la pólvora y que debe ser sustituido por otro con igual rapidez. En este terreno, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz

Ayuso, es la reina, de una forma además totalmente consciente. Asumido su personaje, se ha lanzado a una cacería del titular del día que la ha erigido en protagonis­ta absoluta de la campaña electoral.

Resulta imposible glosar aquí todas las perlas que ha ido lanzando desde que se inició la carrera hacia las urnas. Tan solo citar, a modo de resumen, la cara de estupefacc­ión y risa apenas contenida de Carlos Alsina cuando su entrevista­da afirmó que “en Madrid puedes cambiar de pareja y no volver a encontrárt­ela nunca más”, y la de Mónica López tras escuchar que “no descarto pactar ni con UPYD”.

El mensaje principal de su campaña ha sido la reivindica­ción de la libertad, ya sea contra el socialismo o el comunismo, pescando así en el transversa­l caladero de hiperfatig­ados por la pandemia. La libertad de Ayuso son las hordas de franceses que acuden a la capital del Estado para desfasar. La cultura del terraceo, las cañitas y la tapa, la sublimació­n del nacionalis­mo madrileño, patentado y servido en bandeja de plata. “Aunque madrugue y sufra, por las tardes compro donde quiero, consumo donde me dé la gana. Y si voy a misa, a los toros o a la última discoteca lo hago porque me da la gana”, dice Ayuso. Una forma de vida de 24 horas non stop donde no queda claro dónde empieza la libertad del otro. Esta estrategia se atribuye a su jefe de gabinete desde enero de 2020, Miguel Ángel Rodríguez, máximo exponente del aznarismo.

Todo esto le va a salir a cuenta a la candidata a la reelección. Ayuso gana en todos los frentes, todo le beneficia: las encuestas –se dijo que ella sola pasaría a toda la izquierda y así sucedió–, la polarizaci­ón de la campaña tras la multiplica­ción de cartas amenazante­s y hasta su ridiculiza­ción diaria en programas como El Intermedio. Ella es inmune a todo, nada a favor de corriente y la única previsión que manejaba era salir del 4-M como triunfador­a absoluta.

Se trata además del típico caso en el que un dirigente político se impone a su propio partido, lo fagocita y las siglas acaban siendo lo de menos. El éxito de Ayuso abarca desde votantes tradiciona­les de la izquierda hasta seguidores de Vox. Estas elecciones trasciende­n el ámbito autonómico, por eso ha confrontad­o directamen­te en campaña contra el presidente español, Pedro Sánchez, que se apeó pronto del ring. Mientras, el líder del PP, Pablo Casado, hará sus propias cábalas sobre el alcance de los resultados de la jornada electoral de ayer.

SUMAR CON VOX Los datos más llamativos de su biografía y trayectori­a son ya conocidos: Isabel Natividad Díaz Ayuso nació el mismo día y el mismo año que su antagonist­a natural en estas elecciones, el líder de Unidas Podemos, Pablo Manuel Iglesias, el 17 de octubre de 1978. Licenciada en periodismo, llevó las redes sociales de la expresiden­ta madrileña Esperanza Aguirre y escribió tuits en nombre de Pecas, el perro de la exlideresa. Su devoción por Depeche Mode, indudable síntoma de buen gusto, está grabada a tinta en su piel con un tatuaje. Y su designació­n como cabeza de lista en las pasadas elecciones de 2019 fue una apuesta personal de Pablo Casado, que presidía Nuevas Generacion­es en Madrid cuando Ayuso se afilió al PP, en 2005.

Hay quien vio precipitac­ión en la presidenta madrileña a la hora de apretar el botón del pánico, demoler su gobierno de coalición con Ciudadanos y convocar elecciones anticipada­s por la amenaza de unas mociones de censura en Murcia y Castilla y León que quedaron finalmente en papel mojado. Pero la convivenci­a con el partido naranja era asfixiante, con el vicepresid­ente Ignacio Aguado siguiendo una hoja de ruta alternativ­a. Ayuso tiene ahora la oportunida­d de ganar sus primeras elecciones –en los comicios de 2019 quedó en segundo lugar con 30 escaños

La libertad de Ayuso son las hordas de franceses que acuden a la capital española para desfasar, la cultura del terraceo, las cañitas y la tapa

frente a los 37 del PSOE, aunque pudo sumar con Cs y Vox–. Consumada la desaparici­ón de la formación de Inés Arrimadas de la Asamblea de Madrid, los planes de Ayuso pasaban por sumar con Vox. Es probable que no haga ni falta. Nadie duda de que la tibieza de la ultraderec­ha a la hora de condenar las amenazas en campaña no será un impediment­o a la hora de rubricar esta alianza. ●

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Foto: Efe Ayuso con su versión Funko Pop, de plástico y encapsulad­a.

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