Otros 32 meses de prisión para el histórico estafador de Indaux
Urrutia, de 77 años, condenado por cobrar 45.000 € de comisión por la compra irreal de una bodega y una nave
PAMPLONA – El encabezado de la sentencia declara insolvente a Pedro José Urrutia Urrutia, de 77 años, cuestión harto sorprendente para un hombre que acumula más de 20 condenas por estafa y que huyó a Costa Rica tras haber desfalcado 18 millones de euros de la empresa guipuzcoana Indaux, de Getaria. Ahora, acude a los juicios vestido con chándal de Armani desde su chalet en Sant Cugat, tiene un coche de alta gama y, al parecer, algún interés en adquirir un buen refugio cerca de su lugar de nacimiento, Doneztebe. Como quiera que sea, y como sus versiones exculpatorias en los tribunales es difícil que cuelen a estas alturas, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado a Urrutia a otros 32 meses de prisión (dos años y ocho meses), pena que le llevaría a la cárcel en caso de ser confirmada en instancias superiores. El delito cometido es de nuevo una estafa, en esta ocasión contra unos bodegueros navarros que querían vender su explotación, y a los que estafó 45.000 euros, que les pidió por adelantado porque supuestamente para traer el dinero que decía tener en Costa Rica y Panamá necesitaba dar fe de que detrás había un negocio jurídico real (para ello firmaba un contrato) y así enviar a uno de sus supuestos socios para que trajera el dinero desde aquel destino. La misma artimaña utilizó para estafar con 9.000 euros al propietario de otra nave de Mutilva que también la tenía a la venta. En ambas operaciones fraudulentas se demostró que la única finalidad de los encausados era obtener el dinero de otras personas sin que se realizara actividad alguna por parte de ellos para transferir a España el dinero que constituía el precio de la venta proyectado (1,5 millones de euros en el caso de la bodega y 400.000 euros en la nave) que aparentemente se encontraba en el extranjero.
A Urrutia se le aplica la agravante de multirreincidencia y la atenuante de dilaciones indebidas. El otro acusado en la causa, que hacía las veces de chófer, aunque él quiso elevarse a la categoría de comisionista inmobiliario, fue condenado a 18 meses de prisión porque se le aplica también la atenuante de reparación del daño.
La Sala enfatiza que la versión exculpatoria de Urrutia “no le ofrece ninguna credibilidad”y que las alegaciones tendentes a erradicar su conducta del proceso penal “solo constituyen un estéril esfuerzo que en modo alguno encuentran el necesario apoyo acreditativo en el presente ámbito de enjuiciamiento”. Tampoco admite el tribunal que su intervención se circunscribiera a la persona que se limitaba a presentar a los clientes al otro acusado, que era el interesado en la compra. El otro era su chófer. Mal negocio.