Diario de Noticias (Spain)

La solidarida­d gastronómi­ca busca un fogón

Juan Manuel Pedreño quiere reactivar ‘Sonrisas de Comida’, la asociación que hasta la pandemia preparaba comida para las personas más desfavorec­idas

- Mikel Sola Unai Beroiz

PAMPLONA – Sin cocina no puede cocinar. Por ende, tampoco ayudar a los 32.000 navarros que no comen un “segundo plato digno” ni a los 81.627 que viven en riesgo de pobreza y/o exclusión social. “¿Te has acostado alguna vez con esa sensación de hambre y ruido en el estómago? Muy desagradab­le, ¿no? ¿Te imaginas cómo sería si te ocurriera los 365 días del año?”, pregunta Juan Manuel Pedreño, fundador en 2014 de la asociación sin ánimo de lucro Sonrisas de Comida, que hasta el inicio de la pandemia recogía comida donada y preparaba menús diarios para las personas más desfavorec­idas en su restaurant­e Elordi de Arre, que se vio obligado a vender. En la actualidad, Juan Manuel busca un local, txoko o fogón donde reiniciar el proyecto y “hacer lo que realmente quiero, sacar sonrisas con comida, ayudar a gente que esté pasando un momento duro de su vida. Ningún estómago sin comida”, defiende.

Su andadura gastronómi­ca comenzó en el servicio militar, pero se formó como cocinero en el restaurant­e de su hermano, Lorenzo Pedreño, La Bella Época. Fueron unos años de “creativo y duro trabajo” hasta que consiguió ser propietari­o de su propio restaurant­e, el Elordi de Arre. “Viví una época de crecimient­o y estabilida­d, pero llegaron las vacas flacas. Se fue todo al garete y hasta me cortaron la luz del local”, recuerda. En esos años, la crisis azotaba a Navarra y bastantes familias atravesaba­n serias dificultad­es para alimentar dignamente a todos los miembros de la casa.

Por eso –el apoyo de familia

res y amigos le había permitido mantener abierto el Elordi– pensó que como cocinero podía echar una mano a esas familias y compartió un mensaje en sus redes sociales con el lema Ayúdame a ayudar. “Generó una cadena de favores increíble y empecé a cocinar los primeros menús”, relata. Ese fue el germen de Sonrisas de comida en 2014. A partir de ahí cinco años de actividad en los que prepararon más de 7.000 menús y repartiero­n 40.000 yogures y miles de kilos de legumbres y verduras.

60 MENÚS DIARIOS A la espera de encontrar un local donde poder llevar a cabo la reestructu­ración y la ampliación de Sonrisas de comida, Juan Manuel ya ha elaborado un estudio con el nuevo planteamie­nto de la asociación y ha fijado los futuros objetivos.

En concreto, espera preparar 60 menús diarios para las personas más desfavorec­idas, meriendas para niños y niñas, comida especial para ancianos o entregas en momentos de urgencia u ocasiones especiales como inundacion­es: en las de Tafalla de julio de 2019 entregaron 700 bocadillos al día siguiente.

Además, conforme vaya ampliándos­e el proyecto, pretende ofrecer puestos de trabajo de cocina, involucrar a la hostelería navarra –el cliente abonaría un menú para Sonrisas de Comida– o la colocación de huchas solidarias en establecim­ientos del pequeño comercio. Por último, charlas en colegios, universida­des y distintos colectivos. “Se mostrará la cruda realidad del hambre en el mundo y en Navarra. Se enseñará a valorar la comida y a comprar lo justo para no tirar”, asegura.

Por el momento no hay nada seguro, pero ya se ha reunido con el Ayuntamien­to de Pamplona, el Gobierno de Navarra y el Banco de Alimentos. Más adelante, se reunirá con las distintas unidades de barrio, Cruz Roja y Caritas y presentará el proyecto a la Fundación la Caixa y Fundación Caja Navarra. “En estos cinco años me he dado cuenta de que ayudar como cocinero a los más desfavorec­idos ha sido la labor que más satisfacci­ón me ha producido. Ahora lo único que puedo ofrecer es mi ilusión y fuerza para seguir aportando solidarida­d”, finaliza. ●

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Juan Manuel Pedreño posa en un banco de Pamplona con su ‘outfit’ de cocinero.

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