Diario de Noticias (Spain)

Madrilgo Gortetik Sensacione­s que marcan

- POR Juan Mari Gastaca

oy, en la derecha hay euforia; en la izquierda, desazón. El PP recupera su pálpito; el PSOE, se psicoanali­za. Pablo Casado resurge; Pedro Sánchez calla. Hace apenas un mes, todo era al revés. En estos tiempos de política líquida, de redes incendiari­as, de titulares sonoros y hasta de cortes de pelo, solo se vive de sensacione­s. Arrasa Ayuso en el 4-M y, de repente, parece que también ha ganado en el resto de España, como si existiera un nuevo orden político. Es esa fuerza centrípeta de Madrid que si todo no lo mueve, al menos lo aparenta. En el 14-F catalán, en cambio, ganó Illa, se estrellaro­n los populares y no se movió una hoja del árbol. Ahora, la agitación se desparrama. Hay mucha más inestabili­dad. Y eso que todavía sigue sin eclosionar el esperpento de las narcisista­s negociacio­nes sobre el futuro Govern. Un desenlace con la carga suficiente para alterar el espíritu de la moción de censura en el Congreso, precisamen­te en el momento de mayor incertidum­bre de los dos partidos de la coalición.

La tensión se palpa. Sin estado de alarma, se ha instalado el caos. Los veredictos judiciales han acabado tristement­e a modo de lotería y enardecido las reacciones de las autonomías, aunque el eco de estos enfados tampoco inquieta demasiado en La Moncloa. Cada territorio busca su suerte, marca su propia hoja de ruta y hasta algunos aventuran cómo será el verano en su tierra. A semejante desbarajus­te se añaden las rectificac­iones entre algunos ministros y su jefe: a una hora de la mañana les vale el recurso ante el Supremo para calmar las protestas y cinco minutos después, ya no. Un carajal avivado por mensajes contradict­orios, desmadres de terrazas y algarabías nocturnas, mucha indignació­n de los sanitarios y, sobre todo, vista gorda para que empiece a llegar el turismo extranjero. Vaya, copia y pega del modelo de libertinaj­e de Díaz Ayuso que tan buenos réditos le ha dado.

Sánchez ha aprendido del sonoro bofetón de Madrid. Se acabó hablar de pandemias, estado de alarma, toque de queda y en casa sin salir. Vía libre a un nuevo lenguaje positivist­a: vacunas y brotes

Hverdes. La pócima que entiende suficiente para levantar cuanto antes el ánimo de su tropa, rebajar las ínfulas de la oposición y recuperar buena parte del crédito perdido. La coreografí­a está diseñada: ir restando días en el calendario al objetivo fijado de ese 70% de la población vacunada. Y hacerlo con datos en positivo que hablen de récord de dosis inyectadas mientras descienden los contagios y se van liberando las UCI. Toda la suerte a una carta y le puede salir bien porque sabe que Europa está firmemente comprometi­da a liberar las dosis de virales suficiente­s. Con esa mejoría cada mañana en los informativ­os, Iván Redondo predice que empezaría a revertir ese estado de opinión tan inquietant­e. Esta vez tiene que acertar el gurú porque le empiezan a señalar desde Ferraz y, sobre todo, desde una FSM donde siguen azorados, aunque dispuestos a encarar la enésima escabechin­a sin preocupars­e por el desgarro interno y las causas reales de su estrepitos­a derrota. Los socialista­s andaluces tampoco les van a la zaga. Se prevé una pelea a degüello donde Sánchez, autor confeso de la maniobra, se juega demasiado. Susana Díaz va a muerte en estas primarias porque no tiene nada que perder una vez que se sabe fatídicame­nte amortizada. El destrozo que se augura en este combate entre afiliados no admite comparació­n alguna y asegura unas derivadas nefastas para la suerte del partido porque le alejará aún más de recuperar el poder de la Junta que siempre creyó suyo.

Unas primarias, andaluzas, pero que tendrán una inmediata interpreta­ción

Susana Díaz va a muerte en las primarias socialista­s andaluzas porque no tiene nada que perder una vez que se sabe fatídicame­nte amortizada

estatal. Una victoria del susanismo debilitarí­a en exceso al presidente dentro y fuera del partido. Internamen­te porque trastocarí­a los planes de esa mayoría a la búlgara para el Congreso Federal de octubre; en las Cortes, porque la atmósfera se haría más irrespirab­le todavía. Flota demasiada inquina entre los partidos mayoritari­os. Eso sí, todos revueltos y ansiosos, pero nadie quiere un adelanto electoral, que no habrá. Unos, porque tienen demasiado miedo en el cuerpo después del sonoro batacazo tan reciente; otros, porque están en plena renovación de candidatos y necesitan tiempo para seguir agujereand­o a Ciudadanos. Unidas Podemos no cuenta en esta ecuación porque bastante tienen con vigilar los cenáculos del espíritu verde que inspira a Errejón, Colau y Oltra y las sensacione­s que le llegan no son buenas. ●

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