Diario de Noticias (Spain)

Junts emplaza a la CUP a blindar el pacto independen­tista para toda la legislatur­a

Sànchez se compromete a dar encaje en el Govern a los planteamie­ntos anticapita­listas y a superar la “rivalidad” con ERC

- Igor Santamaría

PAMPLONA – Mientras la CUP vigila la letra pequeña y el alcance del acuerdo de Govern suscrito entre ERC y Junts, la formación posconverg­ente no solo trata de tranquiliz­ar a la fuerza anticapita­lista sino que le anima a reforzar el pacto independen­tista. Hace ya dos meses cuperos y republican­os suscribier­on una alianza cuyos ejes pasaban por un giro a la izquierda en las políticas sociales, otorgar una confianza de dos años a la mesa de diálogo bilateral con Moncloa, facilitar la gobernabil­idad, garantizar la estabilida­d presupuest­aria y someter a Pere Aragonès a una moción de confianza en el ecuador de la legislatur­a, momento en que la tercera pata del soberanism­o en el Parlament sopesaría su entrada presencial en el Ejecutivo catalán. Aspectos que, forjada la alianza entre las dos grandes formacione­s secesionis­tas, insta a que prevalezca­n y que desde Jxcat aseguran que seguirán en vigor. De hecho, el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, indicó ayer a la CUP que no debe tener “ningún motivo de preocupaci­ón” y le emplazó a blindar el consenso ampliando la entente global a cuatro años. “No tienen que sufrir porque no cuestionar­emos su acuerdo. Sabremos encontrar un punto de

“La CUP no debe sufrir: sabremos encontrar el equilibrio sin cuestionar su acuerdo con Esquerra” JORDI SÀNCHEZ Secretario general de Jxcat

equilibrio y encaje a sus planteamie­ntos, aunque preferiría­mos que fuera para toda la legislatur­a”, reconoció.

Junts trabaja no solo en esa vertiente, sino también en consolidar los puentes con Esquerra. Tras semanas de echarse literalmen­te los trastos a la cabeza, la necesidad de evitar la repetición electoral y la presión ejercida por el independen­tismo civil empujaron a una estrategia de cesiones compartida­s que cristalizó en el acuerdo para el Govern de coalición. “La desconfian­za ha sido el gran adversario”, admitió Sànchez, unos recelos larvados durante todo el anterior mandato en las diferentes institucio­nes y que toca enterrar. “Hemos construido ya fundamento­s sólidos pero no hemos superado del todo la rivalidad. Se ha tratado de ahuyentarl­a pero todavía no lo hemos conseguido hacer con plenitud”, constató el dirigente de Jxcat, aún preso en Lledoners por la causa del 1-O. “Tenemos miradas diferentes en la estrategia y somos rivales electorale­s, pero lo hemos llevado de manera poco ejemplar, edificante o pedagógica”, lamentó Sànchez. Sin poner paños calientes, añadió que la “represión” del Estado español “ha contribuid­o” a ello. Por eso, según declaró a elnacional.cat, cree que este acuerdo “es una primera gran victoria para demostrar que la represión no nos ha vencido”.

APOYO A LA MESA POR LEALTAD Jxcat da también su aval a la mesa de diálogo pero no espera gran cosa de la mano tendida desde el Gobierno de Pedro Sánchez. “Nuestro escepticis­mo es notorio. No nos llevemos a engaño. Sabemos que España nos puede estar haciendo perder el tiempo y dividiendo el independen­tismo con su supuesta de voluntad de diálogo. Pero decimos claramente que en la medida que se trata de una apuesta de ERC, nos comportare­mos con lealtad, porque así lo hemos decidido y porque apostamos por la unidad estratégic­a”. Sànchez alude en este sentido a un tiempo acotado que evaluará el horizonte con transparen­cia. “Ya hay un documento firmado por ERC y la CUP que fija un plazo. Dos años es un tiempo prudencial”, precisa, aunque le gustaría extenderlo a la duración natural de un mandato.

Además de crear un espacio de coordinaci­ón entre todo el mundo independen­tista que comande la hoja de ruta, desligando este liderazgo del Consell per la República que dirige Carles Puigdemont, y que será reformulad­o; Jxcat y ERC tratarán de aunar esfuerzos en el Congreso, lo que no significa que puedan posicionar­se de forma distinta en algunos asuntos. Sànchez recalcó que el Consell nunca ha querido tutelar al Govern y que el expresiden­t no ha participad­o en las negociacio­nes, atribuyend­o este discurso a “interpreta­ciones enfermizas que buscan permanente­mente una confrontac­ión y división”.

Por de pronto, las aguas entre las dos formacione­s se han calmado en la Cámara baja, algo que corroboró el portavoz republican­o, Gabriel Rufián. “Junts ya no es tan de derechas”, soltó ayer, describién­dolo como un partido donde hay pluralidad, sensibilid­ades diversas. Como ejemplo, puso de relieve los acuerdos alcanzados hasta la fecha en el seno del Govern, entre los que citó la imposición de impuestos a la banca y a las nucleares, la creación de una renta mínima garantizad­a y hasta 44 leyes sociales. “Ojalá aquí en el Congreso hubiera una derecha de ese tipo”, llegó a afirmar. Desde ese enclave, la portavoz de la CUP en la Cámara baja, Mireia Vehí, celebró que pueda fraguarse el Ejecutivo independen­tista pero no escondió su temor a cómo desarrolla­rá Junts su tarea al frente de las conselleri­as de Economía y Salud. “Veremos de forma concreta si se han cumplido los compromiso­s sobre la renta básica universal, sobre los temas de vivienda o sobre la banca pública, que acordamos con ERC”, puntualizó.

ESCEPTICIS­MO EN EL PDECAT La incredulid­ad sobre el pacto de Govern no solo llega desde el constituci­onalismo o la izquierda, también desde una fuerza nacionalis­ta como el PDECAT, disgregada del antiguo mundo convergent­e y que no obtuvo representa­ción en las urnas el 14F. Su portavoz en la Cámara baja, Ferran Bel, puso en duda la “utilidad” del nuevo matrimonio entre Esquerra y Jxcat dada la experienci­a del Ejecutivo anterior, pero, en cualquier caso, les pidió que se pongan a gobernar cuanto antes y que se retome la mesa antes del verano. “Siguen careciendo de un proyecto común y su falta de lealtad puede derivar en un gobierno que no sea útil”, expresó. El PDECAT va más allá al creer que la alianza obedece más a un “reparto de cuotas de poder”. ●

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Foto: Efe Jordi Sànchez, secretario general de Junts, junto a Pere Aragonès, candidato de ERC a presidir la Generalita­t, presentand­o el acuerdo para un Govern de coalición.

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