Diario de Noticias (Spain)

Dos halcones para combatir las palomas en Ansoáin

ALUMNOS DEL COLEGIO PÚBLICO EZKABA CONOCIERON AYER A SUS NUEVOS VECINOS, INSTALADOS YA EN UNA DE LAS TORRES MÁS ALTAS

- Un reportaje de Virginia Urieta Fotografía Oskar Montero

nsoáin cuenta desde ayer con dos nuevos vecinos que se encargarán, desde las alturas, de vigilar y mantener a raya la población de palomas en el municipio. Porque ni las trampas, ni el pienso anticoncep­tivo ni las redes han resultado ser, hasta ahora, métodos eficaces para lidiar con ellas pero, como en casi todo, las mejores soluciones son las que se basan –y de las que dispone– la propia madre naturaleza. Los alumnos y alumnas de tercero de Primaria del Colegio Público Ezkaba conocieron ayer de primera mano a estos visitantes con plumas, expertos cazadores capaces de superar los 200 kilómetros por hora cuando van a por sus presas. Se han instalado ya en lo alto de una de las torres junto al Ayuntamien­to, por encima del décimo tercer piso, hasta que sean capaces de valerse por si mismas y reconocer Ansoáin como el mejor entorno en el que criar para, a futuro, disuadir a una sobrepobla­ción de palomas que, si no deciden marcharse, les servirán de alimento. Es lo que tiene la cadena alimentici­a.

A“A mí me da mucha pena que se coman a las palomas, también son seres vivos”, reconocía Irati Arribas, de 9 años, en un patio revolucion­ado en el que los alumnos y alumnas, separados por grupos burbuja de veinte estudiante­s, pudieron conocer de cerca a las aves. Sus compañeros Aimar Gostiri y Oier García se quedaron con ganas de acariciarl­as, pero todo no puede ser. Tal y como explicó la directora, Izaskun Gómez Urdánoz, en el centro han trabajado esta iniciativa mediante un vídeo e incluso les han puesto nombre a las crías, de tres semanas: Ezkabatxo, el macho; y Lumatxo, la hembra, de mayor tamaño.

Tal y como explicaron ayer Diego Villanua, veterinari­o del centro de recuperaci­ón Ilundáin, y Joseba Oroz, auxiliar, se encargarán de asegurar el correcto crecimient­o de las aves hasta que sean capaces de cazar por ellas mismas. Es la técnica conocida como Hacking, que se ha empleado ya en otras ciudades –como Barcelona, Londres o Nueva York– y que se ha desarrolla­do también en Pamplona con dos ejemplares que se establecie­ron en los aledaños de la Catedral.

En la Comarca podrían instalarse a futuro hasta cuatro parejas de halcones, ya que se reparten los territorio­s en un radio de unos dos kilómetros, según avanzó Alfredo Garcíafalc­es, coordinado­r de la Agenda 2030 del Ayuntamien­to de Ansoáin. “En el momento en el que empiecen a volar ya producen un efecto de intimidaci­ón sobre la población de palomas. Aunque en los primeros vuelos volverán a dormir o a comer, enseguida tienden a explorar, pero es algo muy a largo plazo porque hasta que no se establezca el nido o la pareja no se verán los efectos”, explicó el experto, indicando que además de disuadir y conseguir que se vayan, la presencia de los halcones –que pueden liquidar hasta 500 palomas al año, aunque también se alimentan de otras aves más pequeñas– consigue ser dañina para las que deciden quedarse, “ya que crían menos porque están más estresadas”.

UN PROCESO EN FASES La Sociedad Pública GAN (Gestión Ambiental de Navarra SA) es la encargada de realizar el trabajo con estos dos ejemplares, conretamen­te de la subespecie de halcón peregrino autóctono de la Península Ibérica, que vienen de Tudela y han sido criados en condicione­s naturales por lo que el contacto que han tenido con las personas es mínimo. “Permanecer­án en el nido unos 15 días hasta que terminen el desarrollo, las controlamo­s con una cámara y llevan un emisor a modo de gps que se les caerá a los seis meses. Cuando aleteen, vayan perdiendo el plumón y estiren las alas, les abriremos la jaula para que exploren, para que puedan reconocer el entorno y echen a volar. Si cazan, no volverán al nido hasta el año que viene, cuando críen, si está libre porque es un espacio diseñado para que estén cómodas, un sitio a buena altura que les permite adaptarse a lo que por instinto buscan para criar”.

Igual para cuando vuelvan ya está ocupado, quién sabe. Porque con vistas a Ezkaba, el Cabezón de Etxauri, el Txurregi y el Gaztelu a lo lejos, el skyline que asociarán como su territorio es poco menos que inmejorabl­e. ●

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Alumnos y alumnas de Tercero de Primaria del Colegio Público Ezkaba, durante la visita de los halcones a cargo de Diego Villanua y Joseba Oroz.
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