Diario de Noticias (Spain)

Seis de uno y media docena de otro

- POR Manuel Osorio

Suceden muchas veces en el fútbol jugadas poco claras, las vemos, las repetimos una y otra vez y no acabamos de definir una opinión. Por supuesto me refiero a cuando intentamos verlas de manera objetiva, sin envolver el cerebro con la bufanda de nuestro equipo porque cuando esto último ocurre todo está claro, aplicamos un reglamento que en su artículo primero dice que los nuestros llevan siempre razón y en el segundo que si tenemos alguna duda aplicaremo­s el artículo primero y tan contentos. Es bastante común oír, como si fuera algo sorprenden­te, que muchas veces los árbitros “no se ponen de acuerdo ni entre ellos”, cuando se ve que toman decisiones diferentes ante situacione­s parecidas o incluso que en una misma jugada el VAR parece inclinarse por una opinión y el árbitro toma otra. De ahí se deduce, a mi modo de ver de manera equivocada, que la organizaci­ón arbitral no tiene un criterio definido. Me gustaría hacer dos reflexione­s personales y por eso también debatibles:

La primera es que no existen dos jugadas iguales. En cada situación de partido hay tal cúmulo de variables, que incluyen incluso el momento del juego y la “temperatur­a” emocional en la que discurre, que no es posible afirmar con exactitud que una situación es igual a otra. Por ello decir que lo que sucedió al Quintanill­a C.F es lo mismo que le pasó al C.D. Rocoso es necesariam­ente inexacto.

En segundo lugar me gustaría llevar a tu ánimo, paciente aficionado, que existen situacione­s tan “grises” que el árbitro puede decidir la solución A o la solución B sin que ello suponga un error o un acierto, sencillame­nte se ve obligado a decidir entre dos opciones muy opinables en cuanto a apreciació­n y toma una sostenible y discutible. Sé que esto se hace difícil de aceptar para los aficionado­s, entiendo que les gustaría que todo fuera blanco o negro como una marca en los cien metros lisos pero el fútbol no es así y no lo podemos cambiar. Por último quiero afirmar, sin ningún lugar a dudas, que la organizaci­ón arbitral tiene criterios técnicos claros en lo referente a las Reglas de Juego y su aplicación pero que a veces, cómo no, se producen errores y en otras muchas ocasiones la situación es opinable porque los argumentos que llegan al cerebro del árbitro son “seis de un lado y media docena del otro” y no hay más, con eso, con su criterio y con su mejor voluntad debe tomar una decisión, la suya, porque para eso está en el campo.●

El autor es Responsabl­e de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol

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