Diario de Noticias (Spain)

EA, un espacio por concretar

- Un reportaje de Javier Núñez

Eusko Alkartasun­a siempre ha buscado un perfil propio en el nacionalis­mo vasco. Pero más de tres décadas después de su fundación y con algunos de sus primeros militantes de vuelta en el PNV, las discrepanc­ias se centran en su condición y papel dentro de EH Bildu

El pasado fin de semana, el sector crítico de Eusko Alkartasun­a –liderado por Maiorga Ramírez y con el respaldo de Carlos Garaikoetx­ea y Manuel Ibarrondo, entre otros– denunció “marginació­n” de EA en el seno de EH Bildu y reiteró la petición de celebrar un congreso del partido “sin afán rupturista”, pero con el fin de recuperar la idea original de la coalición soberanist­a frente a la “vocación fagocitado­ra” de Sortu. Aunque estos críticos, de entrada, no caminan en la senda de la escisión ni esta opción parece tener cabida en su horizonte próximo, EA ya tuvo que sufrir en sus propias carnes el desgarro de una buena parte de su militancia en Gipuzkoa y lo cierto es que Eusko Alkartasun­a se ha visto históricam­ente marcada por la necesidad de definir, y la dificultad de concretar, el papel a jugar y el espacio a ocupar por el partido en el nacionalis­mo vasco.

Desde su mismo nacimiento –se presentó en Donostia en octubre de 1986 y en abril de 1987 se llevó a cabo al congreso constituye­nte– el partido fundado por Carlos Garaikoetx­ea ha estado mediatizad­o por la idea de marcar perfil en el abanico del nacionalis­mo vasco. Pero hoy sigue contando con militantes proclives a tender puentes de unión con el PNV, con otros que se sienten cómodos en su actual estatus dentro de EH Bildu y con quienes, sin poner en duda el papel de la coalición soberanist­a, sí que se cuestionan el propio espacio de la formación al considerar que están siendo fagocitado­s por la izquierda abertzale.

PRIMERA GRAN CRISIS Hay que retrotraer­se poco más de una década para encontrar esas primeras turbulenci­as. En las elecciones autonómica­s de 2001, y ante el peligro de la unión PP-PSE en lo que denominaro­n “frente constituci­onalista”, EA y PNV concurrier­on juntos a unos comicios en los que lograron un rotundo éxito con 33 parlamenta­rios (7 de ellos de EA). Repitieron candidatur­a en 2005 y lograron 29 asientos (EA mantuvo sus 7 parlamenta­rios). Sin embargo, en las autonómica­s de 2009, Eusko Alkartasun­a decidió ir en solitario y sufrió un varapalo al obtener un único parlamenta­rio.

Tras este fracaso, la corriente crítica, mayoritari­a en Gipuzkoa y liderada por Iñaki Galdós, abandonó el partido aduciendo diferencia­s irreconcil­iables con la dirección. Según denunciaro­n, hubo decisiones “tomadas en foros no oficiales del partido” de las que habían sido “excluidos”. Además, criticaron “el constante declive electoral de EA” que, a su juicio, se debía a “una deriva estratégic­a que el electorado no solo no ha entendido sino que ha castigado de manera clara”. Criticaban también el acercamien­to de EA a la izquierda abertzale.

Estos críticos se salieron de EA y fundaron Hamaikabat, partido que se presentó a las elecciones forales y municipale­s de mayo de 2011 en las que solo obtuvieron 12 concejales en Gipuzkoa. A finales de julio de ese año, se disolviero­n.

Joxean Rekondo, exalcalde de Hernani por EA y posteriorm­ente juntero de Hamaikabat, cree que hace diez años ya se veía la deriva a la que se encaminaba el partido. “Entonces tomamos una decisión y punto. Pero éramos consciente­s de que la izquierda abertzale se acercaba a EA por la necesidad de encontrar un barniz democrátic­o que le permitiera su legalizaci­ón. Y ese barniz democrátic­o era EA y, sobre todo, Carlos Garaikoetx­ea, quien siempre había estado frente a la violencia”, señala.

INTEGRADOS EN EH BILDU Desde 2011, EA está en EH Bildu, primero en coalición con la izquierda abertzale, Aralar y Alternatib­a. A partir de 2017, en su congreso de refundació­n, EH Bildu dejó aparcada su estructura de coalición para asemejarse más a la de un partido tradiciona­l con un coordinado­r general, Arnaldo Otegi, y una dirección, en su mayoría procedente de la izquierda abertzale.

Tras la dimisión de Pello Urizar, clave en la integració­n de EA en EH Bildu, y con Joseba Gezuraga transitori­amente al frente del partido, se activó el proceso de primarias, ya que hasta entonces el líder de EA era elegido en el Congreso.

De cara a esas primarias, establecid­as para finales de 2019, ser candidato precisaba la presentaci­ón de 50 avales y, asimismo, de acuerdo con el reglamento, eran necesarios un mínimo de 5 avales en cada una de las cinco organizaci­ones territoria­les. Dos eran los candidatos: la oficialist­a Eva Blanco y el líder del sector crítico, el navarro Maiorga Rami

rez. Aunque Ramirez presentó 400 avales por 60 de Blanco, la Comisión de Organizaci­ón Electoral (COE) invalidó su plancha. En Iparralde hay pocos afiliados y el navarro presentó 7 firmas pero, según la COE, cinco de ellas no eran aceptables por diferentes irregulari­dades. Así las cosas, dio por buena la plancha de Blanco y tumbó la de Ramirez. El asunto acabó en los tribunales por el recurso presentado por los críticos y en julio del pasado año los jueces fallaron en su contra.

EXIGENCIA DE CONGRESO El sector crítico de EA, sin embargo, mantiene sus discrepanc­ias con la dirección y reitera su petición de un congreso “sin afán rupturista” pero que permita recuperar la idea original de la coalición soberanist­a frente a la “vocación fagocitado­ra” de Sortu. Según denunciaro­n en un manifiesto,

La anulación de la plancha de Maiorga Ramirez abrió una brecha en la formación hasta el punto de llevar las diferencia­s a los tribunales

la “apropiació­n partidista” que está realizando Sortu de EH Bildu resulta negativa tanto para EA como para la propia coalición, que se ve “reducida a los condiciona­mientos de una izquierda abertzale histórica, condiciona­da por su pasado y su radicalism­o ideológico”.

Por ello, reiteran su demanda de que EA celebre un congreso “con la finalidad de revertir esta situación”. Rekondo cree que los críticos pueden forzar este congreso y que en el mismo tienen muchas opciones de ganar. “¿Pero luego qué? ¿La dirección de EH Bildu les va a dar más protagonis­mo? Tengo mis dudas”, señala, al tiempo que tampoco les ve uniéndose al PNV. “No, eso no. Seguirán su camino”. La pregunta es hacia dónde les va a llevar. ●

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Foto: Efe Manuel Ibarrondo, Carlos Garaikoetx­ea, Pello Urizar y Unai Ziarrusta, cuatro personas que han tenido gran importanci­a en la historia de Eusko Alkartasun­a.
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El lehendakar­i e Inaxio Oliveri, primer secretario general.

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