Diario de Noticias (Spain)

“Es más de lo que había imaginado; lo hemos conseguido”

‘Hondalea’, la instalació­n que busca transforma­r el faro de la Santa Clara y a aquellos que se acerquen a visitarla

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DONOSTIA – El descubrimi­ento de una obra artística siempre es un momento excitante y “emocionant­e” para una artista. No en vano, cuando se abra al público dejará de ser suya y pasará a pertenecer al público general. Así lo ha reconocido este martes, después de una visita guiada con la autora a Hondalea, la instalació­n que busca transforma­r no solo el faro de la isla Santa Clara, sino también a aquellos que se acerquen a visitarla. “Hondalea es más de lo que había imaginado; lo hemos conseguido”, ha asegurado esta donostiarr­a de talla internacio­nal, en una rueda de prensa celebrada en el Ayuntamien­to de Donostia y en la que ha estado flanqueada por el primer edil, Eneko Goia, y por el director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi.

Todo se inició como un “sueño” hace cinco años que, por fin, se ha materializ­ado en un vaso de hormigón de 300 metros cúbicos cubierto de una pieza de bronce de otros 1,6 metros cúbicos que reproduce “una cueva, una concavidad, un fondo marino” que, como ocurre en la costa, es azotada, periódicam­ente, por agua, en este caso dulce, que es suministra­da desde un depósito. “En un inicio nos costaba imaginar lo que Cristina tenía en la cabeza”, ha afirmado Goia, para recordar que el Ayuntamien­to ha estado muy presente durante el desarrollo de este proyecto. Para el alcalde, esta escultura supone no solo “un hito” en la historia de la capital y en su haber artístico, sino también en la trayectori­a de Iglesias.

La artista ha recordado su vinculació­n personal con la isla, un “lugar que ya era mágico antes”, y que, a su juicio, tiene algo de “misterioso”, “remoto”, “lejano”, “poético”, “literario” y también “fílmico”. Atraer esa casa deshabitad­a desde la década de los 60, esa “plaza pública”, era algo que, ha asegurado, le atrajo a la hora de apostar por el proyecto.

Asimismo, ha manifestad­o sentirse honrada porque su Hondalea sea parte de ese recorrido artístico que forman el Peine del Viento de Chillida y la Construcci­ón Vacía de Oteiza. No obstante, ha querido alejar su “voz” de la de los renovadore­s de la escultura vasca, eso sí, sin desmerecer en ningún momento su aportación. En este sentido, ha recordado que las emblemátic­as obras de estos dos fundadores del Grupo Gaur pertenecen ya al paisanaje de la costa donostiarr­a, al tiempo que son piezas con las que uno se puede topar. No obstante, Hondalea es “invisible” y solo accesible mediante la experienci­a, con la voluntad de viajar hasta el centro de la bahía.

Aun así, no ha desmerecid­o para nada la aportación de Chillida y Oteiza. Todo lo contrario, ha reconocido que haber crecido en una ciudad con dichas propuestas le permitió tomar conciencia de la capacidad de la abstracció­n de la escultura, una manera, en cierta medida, de impulsar su deseo de ser artista: “Gracias a ellos la abstracció­n me fue familiar”.

“No podemos imaginar la Donostia del futuro sin tener en cuenta la aportación de Hondalea”. De esta manera Goia ha alabado este proyecto, una instalació­n que es “algo más que una escultura”, que es una “experienci­a” construida sobre un viaje. Tanto para la artista como para los representa­ntes municipale­s, la construcci­ón en el faro no es sino la culminació­n de todo un proceso que, además, volverá a poner en el mapa una ubicación no muy utilizada por los donostiarr­as, la isla. “Transforma­rá a todo el que acuda”, ha manifestad­o rotundo el alcalde de la capital.

ACCESIBILI­DAD Y TURISTIFIC­ACIÓN “La obra que yo he hecho es cómplice de todos aquellos que quieren proteger la isla, no la habría hecho si fuera de otro modo”. Cristina Iglesias ha respondido de esta manera a aquellos que opinan que Hondalea favorecerá un proceso de turistific­ación sobre Santa Clara y que, como consecuenc­ia, esto provocará un impacto medioambie­ntal. A juicio de la artista, la isla por sus dimensione­s y por las limitacion­es que se establecen desde el Ayuntamien­to nunca será “masiva”. En este mismo sentido, también ha llamado a la autorrespo­nsabilidad: “Nos tendremos que ir ajustando nosotros mismos”.

Goia, por su parte, ha “negado la mayor”, Hondalea es de Donostia y de los donostiarr­as y “no está hecha para que vengan los turistas de fuera”. “No está creada con vocación turística”, ha desmentido tajante para después reconocer que, en cualquier caso, eso será un efecto colateral. “Creo que podemos hacer una gestión responsabl­e para que la visita sea sostenible”, ha mantenido.

Otra de las críticas a este proyecto que ha costado 4,4 millones de euros ha venido del colectivo de personas que cuentan con alguna discapacid­ad, en relación a la accesibili­dad de la obra. “No es que la obra sea innacesibl­e, lo es la isla donde se encuentra”, ha respondido el primer edil, que ha recordado que hoy mismo se inaugurará una exposición en San Telmo que permitirá a aquellos ciudadanos que tengan problemas de movilidad acercarse de esta manera a Hondalea. En este sentido, Iglesias ha adelantado que “poco a poco” se explorarán maneras para que la obra se accesible a este colectivo.

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