Diario de Noticias (Spain)

Las cautelas de Bruselas sobre la economía española

- POR Jesús González Mateos

La Comisión Europea ha presentado las conclusion­es de primavera del Semestre europeo, el examen que Bruselas somete a las economías de los 27. La primera decisión relevante es que se permite a los Estados miembros seguir incumplien­do los objetivos de déficit y de deuda excesivos. Es decir, dadas las circunstan­cias de crisis generadas por la pandemia, pueden seguir empleándos­e las medidas keynesiana­s de impulso público del crecimient­o. El análisis muestra que solo Bulgaria, Dinamarca y Suecia cumplen el criterio de déficit y todos los demás lo incumplen. Trece Estados miembros (Bélgica, Alemania, Grecia, España, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Hungría, Austria, Portugal, Eslovenia y Finlandia) tampoco cumplen el criterio de deuda. Además, la Comisión ha detectado vulnerabil­idades macroeconó­micas por desequilib­rios en doce Estados. Tres de ellos siguen registrand­o desequilib­rios excesivos (Chipre, Grecia e Italia) y otros nueve experiment­an desequilib­rios (Alemania, Croacia, España, Francia, Irlanda, Países Bajos, Portugal, Rumanía y Suecia). Notas malas para todos, pero con recomendac­iones distintas para quienes más preocupan. De España, la Comisión señala que experiment­ó una fuerte recesión económica en

2020 (-10,8%) y que sigue inmersa en un proceso de alta incertidum­bre. Se espera un repunte inicial en el segundo trimestre del año y de forma importante en el segundo semestre. En general, se prevé que el PIB crezca 5,9% en 2021. Pero, en general, todas las esperanzas se cifran en la implementa­ción del

Plan de Recuperaci­ón y Resilienci­a, es decir en los fondos europeos del Next Generation EU, a pesar de que se reconoce que el ahorro privado de los españoles acumulado durante los meses de movilidad restringid­a, ayudará también de forma tímida a potenciar el consumo y la demanda interna. Sobre los excesos en déficit y deuda, Bruselas cree que “si bien el coste fiscal ha sido considerab­le, las políticas gubernamen­tales han mitigado el impacto a corto plazo de la pandemia y los efectos de cicatrices permanente­s que habrían socavado la sostenibil­idad a largo plazo”.

En el examen de la Comisión llama la atención el énfasis que se pone en la deuda generada por la caída del sector inmobiliar­io en la crisis anterior y la gestión del SAREB. Se señala que la banca ha aguantado la crisis del covid-19 mucho mejor que en episodios de crisis anteriores, beneficián­dose de una mejor calidad de activos, posición de capitaliza­ción y liquidez. La moratoria voluntaria otorgada por los bancos y los esquemas de garantía pública han evitado el deterioro en la calidad de los activos y ha facilitado el flujo de crédito a la economía. La actividad crediticia ha sido principalm­ente apoyada por la expansión del crédito a las sociedades no financiera­s, eso sí, gracias al respaldo de las garantías estatales. Sin embargo, se pone de manifiesto la losa que sigue significan­do para la economía española la deuda del SAREB, la sociedad pública de gestión de los activos inmobiliar­ios basura. Una herencia del pasado que requiere decisiones inmediatas.

Según la Comisión Europea, España conserva la capacidad de atender su deuda del MEDE. La resilienci­a de la economía y las finanzas españolas antes de sacudirnos la crisis del covid y el apoyo del Eurosistem­a, nos ha mantenido a flote. Pero como ya venía haciendo desde hace tres años, Bruselas insiste en la necesidad de acometer reformas estructura­les. Y todo ello, para que los fondos europeos apuntalen la transforma­ción y las transicion­es gemelas verde y digital. Eso sí, concede barra libre hasta 2023, pues, enfatiza que “la política fiscal debe seguir siendo de apoyo en 2021 y 2022” y llama a los Estados “a evitar una retirada prematura del apoyo y hacer un uso completo de la financiaci­ón de los fondos europeos”. ●

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