El ‘milagro’ del cirujano Gil Jaurena ya está en casa
Trasplantó un corazón en parada y grupo sanguíneo incompatible a una bebé
La pequeña Naiara ya ha abandonado el hospital Gregorio Marañón, en el que ha permanecido desde su nacimiento debido a sus problemas de corazón, los cuales fueron detectados durante su gestación y obligaron a adelantar su parto. Esta bebé, que fue la primera del mundo en recibir –con tan solo dos meses de vida– un trasplante de corazón infantil en parada y con incompatibilidad sanguínea con su donante, puede por fin conocer su hogar, así como al resto de su familia, aunque tendrá que acudir a revisiones periódicas y tomar inmunosupresores. “Su evolución es muy buena. No ha tenido episodio de rechazo de su nuevo corazón y ha superado un problema de alteración del ritmo con medicación antiarrítmica. Come muy bien por boca y ha ganado peso”, valoró la doctora Manuela Camino, jefa de la Unidad de Trasplante Cardíaco Infantil del citado hospital público madrileño.
El caso de Naiara se ha convertido en “un hito en medicina” al tratarse “donante y receptor de niños de muy pequeño tamaño”; un trasplante pionero que dirigió el cirujano navarro Juan Miguel Gil Jaurena, jefe del servicio de Cirugía Cardíaca Infantil. El corazón injertado, obtenido en asistolia, se implantó tras “varias horas de isquemia fría en un centro alejado del hospital donante, algo excepcionalmente descrito”, y además había incompatibilidad sanguínea, lo que aumentaba aún más la complejidad.
El Gregorio Marañón comenzó en el año 2018 un programa para hacer trasplantes cardíacos con grupos de sangre incompatibles y, ahora, con la donación en asistolia para los niños tan pequeños se incrementa la posibilidad de un trasplante “por encima del 10%”. De hecho, el hospital apuntó que la donación en parada procedente de un donante en distinto centro para un bebé de pocos meses, como Naiara, puede convertirse en “la única posibilidad de sobrevivir, ya que para estos niños tan pequeños no hay máquinas de asistencia ventricular que puedan servir de soporte hasta la llegada del trasplante”, como sí ocurre en niños más mayores y en adultos, quienes tienen, además, mayor probabilidad de conseguir órganos.
Si a esto se añade la posibilidad de un donante de cualquier grupo sanguíneo, se “abre una gran ventana de oportunidad” para estos bebés que necesitan un corazón, expusieron desde el centro hospitalario.
Como explicó recientemente el doctor Gil Jaurena, en un trasplante convencional el corazón “va a estar parado desde que se extrae en el donante hasta que comienza a latir en el receptor”, pero en este caso “el corazón estuvo parado dos veces: una, antes de que lo pusiéramos en marcha y lo extrajéramos, y dos, en el traslado del donante al receptor”. Una vez superados esos dos momentos de incertidumbre, “el corazón –ya implantado en el cuerpo de Naiara– comenzó a latir fuerte y estable”. Ahora, la niña tendrá que tomar inmunosupresores para evitar el rechazo al nuevo órgano. “El resto de medicación se irá retirando paulatinamente y podrá hacer una vida normal, con este tipo de tratamiento y revisiones periódicas”, explicó la doctora Camino.
Como concluyó la especialista, “estamos emocionados. El día del alta siempre es una alegría enorme porque son pequeños que han estado muy malitos y se pueden ir a casa”. No obstante, consideró este caso “muy especial, ya que ha supuesto abrir una puerta a nuevas posibilidades para estos bebés tan pequeños”. Un nuevo hito que, como ya destacó el cirujano de Elizondo, no sería posible sin los donantes: “Se les muere un familiar, en este caso un hijo recién nacido, y en mitad de ese dolor indescriptible tienen la generosidad tan grande de donar para salvar otras vidas”. ●
MANUELA CAMINO
“Su evolución es muy buena; no ha tenido episodio de rechazo y ha ganado peso”
Jefa de Trasplante Cardíaco Infantil HGM