Navarra protegerá sus suelos agrarios más productivos para que no alberguen renovables
Desarrollo Rural elabora un protocolo que busca preservar los campos de cereal más fértiles ● Los suelos de regadío útiles también contarán con protección
PAMPLONA – Navarra protegerá sus tierras de cultivo de alto valor productivo para evitar que sean ocupadas de forma masiva por parques solares y eólicos. Así se lo comunicó ayer Itziar Gómez, consejera de Desarrollo Rural, a los representantes de las principales organizaciones agrarias de la Comunidad Foral (UAGN, EHNE y UCAN) que habían advertido en fechas recientes del riesgo que suponía para su actividad el nuevo boom de proyectos renovables.
Según explicó el Gobierno de Navarra en un comunicado, para proteger estos suelos se ha elaborado un protocolo que diferencia las tierras de secano de las de regadío. En el caso del secano, el primer paso es la caracterización agrológica del suelo, así como el potencial productivo de la superficie afectada. En este sentido, las clases I, II y III cuyo potencial productivo esté por encima de las 2,2 Tn/ha de rendimiento tendrán la condición automática de suelos de alto valor productivo. Es decir, sólo los secanos poco productivos o con índices por debajo de ese rendimiento se considerarían aptos para la implantación de energías renovables.
En la reunión los responsables del Departamento también recordaron la prohibición de la instalación de parques fotovoltaicos en suelos de alto valor para el cultivo, tal y como recoge la Orden Foral 64/2006, que precisa, además, la prohibición de ubicar instalaciones solares en espacios naturales protegidos, en suelo no urbanizable de protección, en vías pecuarias, Camino de Santiago, yacimientos arqueológicos y demás terrenos de valor cultural, e infraestructuras de interés general existente o previstas. Además, tampoco se pueden ubicar en áreas cuya vegetación incluya zonas de hábitats prioritarios y según la Directiva 92/43/CEE de alto valor para la conservación, y enclaves con flora protegida incluida en el Catálogo de Flora Amenazada de Navarra,
Esta Orden Foral, sin embargo, no concreta exactamente cuáles son esos suelos de alto valor, una ambigüedad que deja espacio a la interpretación y permite que se esté planteando el desarrollo de parques renovables, por ejemplo, en actuales cultivos de cereal de la Comarca de Pamplona. Tampoco el protocolo ayer tendrá un carácter vinculante decisivo, pero sí fija el criterio del Gobierno a la hora de emitir sus informes.
En regadío, la principal herramienta de protección es el Plan Foral de Regadíos, de tal manera que cualquier superficie incluida en el mismo tendrá el carácter de suelo protegido, a excepción de los suelos de clase agrológica IV (suelos con fuertes limitaciones para el cultivo) que sí podrían acoger este tipo de instalaciones.
Además, otras dos leyes protegen este tipo de suelos. Por un lado, la ley foral 1/2002, de 7 de marzo, de Infraestructuras