La sociedad clama en las calles contra los últimos crímenes machistas
La violencia vicaria es violencia de género ya que el agresor hace uso de sus hijos
PAMPLONA – Multitud de ciudadanos asistieron ayer a las concentraciones convocadas por diversas organizaciones para evidenciar el rechazo social a la violencia machista y a una de sus manifestaciones más crueles: la violencia vicaria o contra los menores como forma de castigo a las mujeres. El hallazgo de los cuerpos sin vida de Olivia, en Tenerife, y de la joven Rocío Caíz, recientemente asesinada por su exnovio en la provincia de Sevilla, tiñeron de luto una jornada que combinó dolor, solidaridad y reivindicación.
Además de estas protestas en calles y plazas, ayer se sucedieron las declaraciones de condena y apoyo hacia las mujeres que sufren cualquier tipo de violencia. Desde representantes de gobiernos y partidos políticos hasta fiscales y expertos en la lucha contra el machismo, numerosas voces dejaron constancia de que toda la sociedad debe actuar para prevenir, denunciar y combatir estos crímenes.
En lo que va de 2021 son 19 las mujeres asesinadas por violencia machista y 1.097 desde 2003, año en el que comenzaron a contabilizarse estos datos. Los menores asesinados este año se elevan a tres. La mayoría de los 39 asesinatos de menores por sus padres o las parejas o exparejas de sus madres desde 2013 se produjeron tras la separación, el divorcio o el inicio de la mujer de una nueva relación sentimental. También es el caso de las niñas Anna y Olivia, que aún no figuran en las estadísticas oficiales.
La delegada de Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, se refirió ayer a la violencia vicaria y dijo que se trata de una violencia “por sustitución” que se practica cuando el agresor “ya no tiene relación directa” con la mujer, porque ha puesto fin a la relación, y “utiliza a sus hijos como herramientas”.
“CONTROL Y DOMINIO” Uno de sus predecesores en el cargo, Miguel Lorente, advirtió de que la violencia vicaria no se produce solo con el asesinato de los menores, sino que durante el periodo anterior al crimen, el agresor utiliza a los niños para tener el “control y dominio”, en este caso de la mujer. Lorente recordó que, desde que se tienen datos, hay una media de cinco niños al año que son asesinados por violencia vicaria y cree que la sociedad necesita “tomar conciencia” de esta situación para conseguir ser “coherentes” con esta violencia.
La nueva fiscal contra Violencia sobre la Mujer, Teresa Peramato, destacó que la violencia vicaria no es una enfermedad mental, es “simplemente maldad” y su origen está en el ánimo de dominación, control y posesión del maltratador sobre la mujer que también es madre.
La vicepresidenta primera del Gobierno español, Carmen Calvo, quiso dejar claro que hay una violencia contra las mujeres por el hecho de serlo y que además se les ataca a través de lo que mas quieren, sus hijos. Y pidió combatir a quienes lo niegan porque “debilitan la conciencia común de una sociedad que tiene que plantar cara de manera unánime y firme frente a esto”.
DOLOR IRREPARABLE Por su parte, la ministra de Igualdad, Irene Montero, apeló a la justicia feminista: “Todas esas mujeres y niñas necesitan hoy nuestro abrazo, el apoyo del conjunto de la sociedad y necesitan justicia feminista”. Montero reconoció que hay “una parte muy importante del dolor y de la violencia ejercida contra esas mujeres y esas niñas que es irreparable”, algo que le pesa, especialmente como ministra de Igualdad, al no haber llegado a tiempo.
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, tildó también lo ocurrido en Tenerife como la “muestra de la violencia más cruel y retorcida a la que ejerce un hombre sobre la mujer arrebatándole lo que más quiere, a sus hijos e hijas”.
También la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Pamplona adoptó ayer un acuerdo en el que muestra su “más enérgica condena” ante el “cruel asesinato” de la pequeña Olivia, localizada en el fondo del mar en Tenerife. En el acuerdo, el consistorio muestra además su “apoyo y solidaridad” con la madre y la familia de la niña. ●