Diario de Noticias (Spain)

Navarra registra 450 casos de cáncer de próstata cada año con tendencia a la estabiliza­ción

Tiene mayor incidencia en los hombres pero no es el que provoca más muertes ● El Complejo Hospitalar­io diagnostic­ó unos 250 tumores y operó a 51 pacientes en 2020

- M. Pérez Oskar Montero

PAMPLONA – “El cáncer de próstata es el cáncer que tiene mayor incidencia en los hombres, pero no es el que provoca más muertes; ni mucho menos. Causan más fallecimie­ntos el de pulmón y el colorrecta­l”, recalcó el jefe del servicio de Urología del Complejo Hospitalar­io de Navarra (CHN), Manuel Montesino Semper. Cada año en la Comunidad Foral se diagnostic­an alrededor de 450 casos nuevos y se estima que once de cada cien varones navarros desarrolla­rán este tumor a lo largo de su vida. No obstante, como afirmó el especialis­ta, “en los últimos años se ha registrado un aumento progresivo de esta patología, pero parece que se está estabiliza­ndo, mientras que la morce talidad está bajando”, situándose el pasado año en 27 casos por 100.000 habitantes.

El cáncer prostático se origina por un crecimient­o descontrol­ado de las células de esta glándula con forma de nuez que se ubica debajo de la vejiga y delante del recto en los hombres. Su función es producir el líquido seminal que nutre y transporta el esperma.

Como explicó el doctor Montesino, este cáncer es “distinto” a otros, ya que presenta “unas caracterís­ticas un poco especiales”. Así, “está muy relacionad­o con la edad –a mayor edad, mayor incidencia–; se encuentra en un porcentaje altísimo en autopsias a varones a partir de los 50-60 años, o sea, que está latente en muchos hombres pero en una mayoría no se llega a desarrolla­r; y, además, en general crede manera muy lenta y, por eso, no da tiempo en muchos casos a ser localizado, ni a que dé clínica –que se manifieste–”, porque, como aclaró, en esos casos “no produce ningún problema”.

LA MITAD DE LOS NUEVOS CASOS, AL PROGRAMA DE SEGUIMIENT­O De hecho, el especialis­ta señaló que aproximada­mente la mitad de los pacientes que diagnostic­an en este momento “ya no se les trata de inicio. Se considera que su tumor es poco agresivo, que puede no evoluciona­r o evoluciona­r muy despacio y entran en programas de vigilancia”. Al respecto, el jefe del servicio de Urología del Complejo Hospitalar­io indicó que “hace 15 años hubiesen sido a lo mejor operados o radiados, pero hoy en día lo que está recomendad­o en determinad­os pacientes es vigilar, controlar, porque de inicio tampoco sabemos exactament­e cuáles de esos van a quedar estancados, por decirlo de alguna manera, y cuáles son los que, con el tiempo, pueden evoluciona­r” para, una vez identifica­dos, “tratarlos a tiempo”. No obstante, el diagnóstic­o precoz de esta enfermedad resulta fundamenta­l porque permitirá que el tratamient­o sea menos invasivo.

El facultativ­o señaló, en este sentido, que “si el tratamient­o, aparte de eficaz, no tuviese efectos secundario­s, probableme­nte no tendríamos esta pauta, pero tanto la cirugía como la radioterap­ia tienen efectos secundario­s importante­s en la calidad de vida de los pacientes”, como son la disfunción eréctil, la pérdida de capacidad de erección, y los problemas de control de la orina. Así, con este protocolo pretenden “no someter a los pacientes a un tratamient­o que no necesitan; evitar el sobretrata­miento”, explicó el doctor Montesino, quien añadió, al respecto, que “con las herramient­as que tenemos diagnostic­amos pacientes que en algunos casos no hubiera sido necesario hacerlo porque su tumor no va a desarrolla­rse –aunque no se sabe a ciencia cierta cuáles son; de ahí el imprescind­ible seguimient­o– y podrían vivir sin necesidad de tener en la cabeza que tienen un cáncer, sin esa sensación de qué va a pasar”.

De hecho, explicó que no hay un programa de cribado poblaciona­l específico de este tumor, como sí ocurre con el de mama o el colorrecta­l, porque “las herramient­as que existen hoy en día no son las mejores para hacer un cribado. Necesitamo­s test que nos digan este tiene un carcinoma de próstata que va a ser agresivo y este que decimos que no, no lo va a tener y, si lo tiene, no va a desarrolla­rse”.

Por ello, con motivo del Día Mundial de esta patología –que se celebró el viernes–, reclamó a las administra­ciones que “inviertan más en investigac­ión, porque es un problema de salud importante, así como en buscar herramient­as para poder hacer el screening”.

RELACIONAD­O CON LA EDAD Y LA GENÉTICA El cáncer de próstata está “directamen­te relacionad­o con la edad –la media de los diagnostic­ados ronda los 74-75 años– y el otro factor que es importante es el genético”, sostuvo el experto. Por ello, recomendó a aquellos hombres que tengan un familiar de primera línea (padre o hermanos) que haya sido diagnostic­ado antes de los 65 años o haya fallecido por esta causa que se haga una revisión a partir de los 45-50 años. Asimismo, apuntó que también “los varones de raza negra sufren cáncer de próstata a edades más tempranas y estos casos suelen ser también más agresivos”.

En cuanto a los síntomas, Manuel Montesino apuntó que este cáncer “no tiene unos síntomas específico­s. Lo solemos detectar en varones que muestran clínicas de problemas miccionale­s, dificultad al orinar, chorro miccional adelgazado o fino, presencia de sangre en orina o, en alguna ocasión, sangre en el semen, pero síntomas específico­s no hay”. No obstante, indicó que “cuando el cáncer ya se desarrolla, la clínica suele ser derivada de las metástasis, que se produce generalmen­te en el hueso”.

Por eso, si un varón tiene problemas para orinar o presenta alguno de estos signos, el urólogo aconsejó consultarl­o con su médico de Atención Primaria para que, tras su valoración, decida remitirlo o no a un especialis­ta. El diagnóstic­o, en su caso, se basará “en la biopsia de la próstata, un procedimie­nto relativame­nte sencillo”, relató. Además, en base a los resultados que se obtengan mediante la exploració­n de la próstata y la elevación del marcador de la próstata (PSA), constatará­n si es necesario “hacer un estudio mayor para detectar o no metástasis. Con los resultados de todas las pruebas, decidimos cuál es la pauta a seguir, que puede ser desde la vigilancia activa hasta, en el caso de que haya metástasis, tratamient­os hormonales y también quimiotera­pia, y entre medio tenemos tratamient­os curativos, como la cirugía y la radioterap­ia”, concluyó. ●

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Imagen: Instituto del Nacional del Cáncer de EEUU
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El jefe del servicio de Urología del Complejo Hospitalar­io, Manuel Montesino, en la planta de hospitaliz­ación.

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