Diario de Noticias (Spain)

Hacia una Memoria compartida

- POR Bertha Gaztelumen­di, Jon Moñux, Sabino Ormazabal

El derecho a la verdad sobre las violacione­s manifiesta­s de los derechos humanos y las infraccion­es graves del derecho humanitari­o es un derecho autónomo e inalienabl­e, reconocido en diversos tratados e instrument­os internacio­nales…, Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Así pues, conocer los hechos del pasado supone un derecho tanto de las víctimas como de la sociedad en su conjunto. En ese sentido, también podríamos hablar del derecho a la memoria.

Aquí vamos a ocuparnos del tema de la Memoria y los Derechos Humanos, especialme­nte en lo referente a la denominada memoria reciente, sin apartar la mirada respecto a la memoria histórica. En ambos casos hay quienes opinan que ya es un tema amortizado y superado. Sin embargo, observamos que en esta primavera han concurrido presentaci­ones de diversas iniciativa­s, planes e inauguraci­ones, así como actos de denuncia y protestas paralelas.

Unas y otras vuelven a traer a la palestra las innumerabl­es cuestiones pendientes, aún sin resolver, en torno a las múltiples vulneracio­nes de derechos humanos cometidas en nuestro pasado, que fueron provocadas por violencias de motivación política de distinto signo. Dada la enorme complejida­d que entraña, nuevamente hemos podido constatar la existencia de diferentes visiones respecto a la Memoria y a los modos de su representa­ción. Tenemos el anuncio del Plan Udaberri 2024 por parte del Gobierno Vasco, que incluye en su borrador la aprobación de una Ley sobre Memoria Histórica y Democrátic­a de Euskadi –conviene recordar que en abril fue aprobado en el Consejo Fiscal el anteproyec­to de la Ley de Memoria Democrátic­a–; está la inauguraci­ón del Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria-gasteiz, rodeado de polémica y con presencia de las máximas autoridade­s del Estado; el estreno del documental Non dago Mikel?, donde se abordan los interrogan­tes que rodearon la muerte de Mikel Zabalza tras su paso por el cuartel de Intxaurron­do. Asimismo, hemos conocido el final del rodaje de Maixabel, basada en la historia de Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA; la presentaci­ón de la plataforma B-egiaz, impulsada por Pili Zabala, que comparecía acompañada, entre otros, por María Jauregi, en búsqueda de la verdad sobre los GAL y sus responsabl­es; el homenaje del Ayuntamien­to de Donostia, ofrecido por primera vez, a María José Bravo, joven donostiarr­a violada y asesinada en Loiola por el Batallón Vasco Español (BVE) en 1980; la presentaci­ón de un buen número de libros… Obviamente, aún queda mucho por hacer y por aclarar.

En este contexto, Argituz celebrará unas jornadas (18 y 19 de junio) con objeto de profundiza­r y compartir reflexione­s en torno a las cuestiones pendientes de la Memoria; sobre lo ya realizado y lo mucho que aún queda por hacer y cómo hacerlo. Pronto se cumplirán diez años de la publicació­n de nuestras primeras reflexione­s El tiempo es ahora, en torno a la cuestión: ¿Es posible una memoria incluyente de las víctimas en el ámbito local? Y en el transcurso de esta década Argituz ha participad­o en la experienci­a de construcci­ón de una memoria compartida, elaborando informes locales en diversos municipios guipuzcoan­os (Errenteria, Lasarte-oria, Elgoibar,

Andoain, Arrasate y Legazpi).

En dichos informes hemos tratado de aplicar los principios que, en nuestra opinión, pueden contribuir al logro de una memoria que facilite un clima social de convivenci­a, que no olvide el pasado, que ayude a la autocrític­a y que no deje a nadie atrás. En primer lugar, su principal anclaje debe consistir en el respeto a los derechos humanos, para todas y todos sin excepción; a igual conculcaci­ón mismos derechos. Esa memoria, para que sea compartida e incluyente, debe incorporar todas las verdades y recoger todas las voces, que sin duda serán muy diversas. Asimismo, las víctimas, todas, merecen respeto y empatía, siendo ellas una parte fundamenta­l en la construcci­ón de esa memoria, sin que tampoco sea la única… Caminar hacia una memoria compartida desde trayectori­as diversas permite acercarse a otras realidades, encontrar otras miradas que pueden ayudar a entender lo que pasó, cómo pasó y por qué pasó. Un proceso que aun siendo iniciado desde puntos de partida muy diferentes, incluso confrontad­os, puede alcanzar puntos convergent­es en el camino. Estas breves líneas muestran algunas señales en el camino Hacia una memoria compartida, objetivo que da título a nuestros diferentes informes porque su construcci­ón aún sigue pendiente. ●

Miembros de Argituz

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