V Subida a Ibardin
El 5 de junio se celebró en Bera la competición automovilística V. Subida a Ibardin. Es habitual ya el hecho de que varias semanas antes del rally circulen coches a gran velocidad por esa carretera, con el peligro que ello conlleva para el resto de vehículos, ciclistas y vecinas y vecinas de los alrededores. La situación se agrava la víspera de la carrera. Desde el atardecer y hasta altas horas de la noche el número de coches que pasan a toda velocidad se multiplica.
Nuestra casa está al pie de esa carretera. La víspera de la II. Subida a Ibardin un coche se estampó contra la casa. Este año, otra vez. Un vehículo pegó contra la barandilla de la casa el día de la carrera. Esto no es casualidad, sino consecuencia del ambiente que se genera en torno a la prueba. Ese ambiente genera peligros que ponen en riesgo la seguridad de las personas.
De momento, le han dado a la casa. Ya van dos de cuatro (una de las ediciones se suspendió). Es evidente que el peligro y el riesgo están ahí y seguirán estando mientras se celebre el rally. ¿Qué será lo siguiente? Es cuestión de probabilidades. ¿Debería serlo?
¿Acaso tiene que ocurrir una desgracia para que la seguridad de las personas sea prioritaria? ¿Acaso será necesario llegar a eso para que quienes organizan y/o autorizan la prueba dejen de exponernos a esos riesgos innecesarios? Son preguntas que me rondan en la cabeza. Ahí las dejo, para la reflexión.
Jaione Iraola Rozas