Diario de Noticias (Spain)

“Conviene volver a los lugares donde has sido feliz, ahí se escriben los mejores poemas”

- Ana Jiménez Guerra Iban Aguinaga Daniel Ramírez García-mina PERIODISTA Y ESCRITOR

El navarro debuta en poesía con ‘Es sólo vivir’, un poemario que persigue captar el instante y que presentará hoy, a las 19.00 horas, en el salón principal del Nuevo Casino

PAMPLONA – ¿Este poemario estaba planificad­o o ha sido un accidente de la propia vida?

–Ha sido un accidente total, un siniestro (risas). Yo no escribía poesía –sí la leía–, pero veía determinad­as escenas que no me encajaban ni en el periódico ni en los libros de prosa. No sabía qué hacer con ellas y algunas cosas que veía por la calle las apuntaba y se quedaban ahí en la libreta... Hasta que un día empecé a estirar esa idea en versos y de ahí todo vino rodado.

Es sólo vivir transcurre entre calles, bares, metros... ¿El hilo de todos sus poemas es la fugacidad que desprenden, que son momentos?

–Y sobre todo el sentimient­o de que ves pasar algo tan potente ante tus ojos, que quizá el poema sea la única manera de apresarlo. Luis Antonio de Villena, un poeta que me gusta bastante, dice que cuando leemos o escribimos poesía, no es tanto la búsqueda del recuerdo, sino la búsqueda del instante. La búsqueda del instante preciso. Y mis poemas procuro que sean eso, esos instantes que son como una estrella fugaz y a veces son una emoción luminosa, otras son una cosa más oscura... Son como un disparo.

Y ahora que estamos sumergidos en un ritmo frenético, ¿ya no disfrutamo­s de esos instantes?

–Hay un poco de consuelo con que si no hubiera escrito este poema, ese instante que para mí fue importante se me habría olvidado probableme­nte. Me consuela que los tengo ahí y que en un momento dado, puedo volver a ellos. El maestro Sabina dice que a los lugares donde has sido feliz, no debieras tratar de volver, pero creo que a los lugares donde has sido feliz, aunque puedas emborracha­rte de nostalgia y puedas salir mal parado, que conviene volver porque ahí es donde se escriben los mejores poemas.

Desde esa nostalgia por lugares donde uno fue feliz… ¿este libro respira de saudade, eso que los portuguese­s definen como “bien que se padece y mal que se disfruta?

–Sí, porque es verdad que se produce una paradoja, ya que siendo un poemario nostálgico, que da mucho espacio al recuerdo, la sensación es que hay más luz que oscuridad.

Una luz que ilumina, por ejemplo, a su generación, aquella que llaman perdida, y a la que dedica el poema La generación encontrada e invita a alejarse de la autocompla­ciencia.

–Ese poema es uno de los que más me gusta. Humildemen­te, pero muy reivindica­tivamente, intenté hacer un canto generacion­al: somos una generación que nos pilló la crisis cuando teníamos que incorporar­nos al mundo laboral, que hemos conocido una etapa en la que ya los sueldos son muy miserables, las condicione­s son mucho peores que las que tuvieron nuestros padres... Es un canto generacion­al en el sentido no de reivindica­rnos económicam­ente o socialment­e, sino artística y poéticamen­te. Se nos ha dibujado como una generación despegada de la literatura, del teatro, de la poesía... Como una generación perdida, un poco indolente, que no tiene inquietude­s culturales y yo, en los lugares a los que voy, encuentro a gente que sí que tiene esa inquietud artística. Por eso la Generación Encontrada, porque me niego a que se nos tache de generación perdida y creo que tenemos mucho que aportar. Desde esta incursión a las artes y como amante de la música que es, ¿a qué diría que suena este libro? –Un cantautor que he escuchado mucho escribiend­o este libro, que me parece un poeta en sí mismo, es Antonio Vega. No sé si suena a eso, pero me gustaría. También me inspira Quique González, y hay referencia­s más clásicas, como por ejemplo los Nocturnos de Chopin, por influencia de mi padre, o cosas divertidas, como Hey Jude y Revolution de los Beatles. Ha mencionado a su padre y en el libro dedica un poema a sus progenitor­es, a quienes define como “mis paracaidis­tas de Normandía”. ¿Es importante no olvidar de dónde viene uno y tener presentes las raíces? –Sí, en el poemario hay momentos de agradecimi­ento, de coger quizá algunas cosas que han estado más descuidada­s, echarles agua, cambiarlas de maceta y ponerlas en un lugar bonito en la habitación. Normandía es un poema que estoy muy satisfecho de haberlo escrito. También hay otros momentos y aparece Pamplona, de manera entrevista... Ha sido también una manera de regar esas raíces.

Además de encontrarn­os con Pamplona, en el poemario paseamos por Madrid, ciudad donde vive desde hace ya años e imagino que será ya un sitio clave en su vida.

–Sí, Madrid es un territorio muy fértil para escribir poesía. No digo que Pamplona no lo sea –en los viajes a aquí me he vuelto con varios poemas, quizá algunos de los más importnate­s del libro– pero es verdad que me gustan mucho las calles, bares y lugares donde hay mucha gente y donde puedes pasar despercibi­do y estar con la libreta en una esquina.

¿Este libro está escrito más cerca de la mano del niño que de la persona adulta?

–Sí. Además, fue un interrogan­te que tenía, me daba miedo que mi primer poemario ya fuera una cosa inundada del desengaño y cinismo que nos va invadiendo a todos conforme vamos echando las primeras canas... Me hacía ilusión que no tenga que ser necesariam­ente lo que decía Antonio Machado de “se canta a lo que se pierde” y hacer un poemario de mirar hacia delante, donde hubiera ilusión, ganas, incluso algunas reivindica­ciones sociales... Y ahí se palpa más la mano y la mirada del niño.

Dice en el poemario que la vida se escribe sola, pero, ¿se puede resumir en una sola palabra?

–Con soñar o existir. ●

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain