Pamplona, epicentro de la música de viento y metal con el NB Fest
El festival de brass bands y txarangas se celebrará del 2 al 26 de junio y ‘viajará’ a Ribaforada
PAMPLONA – La música de viento, con aires internacionales, será protagonista de la segunda edición del Navarra Brass (NB Fest), el festival de bandas de música, txarangas y brass bands que se celebrará del 2 al 26 de junio en Pamplona y Ribaforada. La programación de este año, que combina citas gratuitas en la calle con actuaciones de pago en recintos, combinará propuestas internacionales y locales de variado estilo para, eso sí, reafirmar su propuesta por las músicas de vientos.
El festival, cuyo presupuesto rondará los 120.000 euros, presenta ese año un ecléctico cartel encabezado por artistas como Muchachito Bombo Infierno, Akatz, Broken Brothers Brass Band, Cimafunk o Mnozil Brass. “Creemos que la música de viento es un estilo que vertebra la cultura navarra y prácticamente hay txarangas y bandas de música por todas las esquinas y que, además, es multiintergeneracional”, defendió Mikel Artxanko, uno de los codirectores del festival.
Este carácter abierto se extiende en esta edición a una colaboración del festival con el Conservatorio Superior de Música de Navarra (CSMN): “Queremos poner en valor la importante formación que existe en Navarra en la música de viento”, expuso Artxanko sobre una relación artística que se materializará el próximo 2 de junio, con la actuación de la Big Band del conservatorio en la Ciudad de la Música. En ese sentido, Nuria Morales, estudiante de jazz del CSMN y miembro de la Big Band de la misma institución, avanzó que ofrecerán una actuación “de estilos variados”, poniendo música a poemas de Federico García Lorca y también acercándose al jazz-flamenco y a Paco de Lucía.
LA PROGRAMACIÓN Tras el pistoletazo de salida a cargo de los músicos del Conservatorio, la segunda edición del festival continuará el 3 de junio en Zentral con Akatz, cuya propuesta combina el ska y el rocksteady; y The Titanians, banda pamplonesa de roots reggae.
El 11 de junio, como novedad de este año, el festival viajará a Ribaforada y habrá una kalejira por las calles de la localidad a cargo de la banda municipal y posteriormente el septeto austriaco Mnozil Brass, también conocido como “los Monthy Python de la música”, y que actuará en el Ribaforada Arena, como parada de su gira europea. El folk, el jazz o el tango son algunos de los estilos que fusionan.
El cubano Cimafunk tomará el testigo del NB Fest 2022 y unirá el funk y la salas en el concierto que ofrecerá el 22 de junio en Zentral. En el mismo escenario y un día después, el 23 de junio, habrá una doble cita con los navarros Muxutrock y Muchachito Bombo Infierno, uno de los platos fuertes de esta edición del festival y que estará acompañado de una banda al estilo New Orleans compuesta por instrumentos de viento. Además, avanzan, su espectáculo contará con la particularidad de unir artes y tener a un pintor sobre el escenario.
El viernes 24 de junio será el turno de la Broken Brothers Brass Band, banda navarra que ha hecho suyo el sonido de los grupos callejeros de New Orleans de ayer y de hoy. Por último, echarán el cierre de la segunda edición del NB Fest la txaranga Incansables, que tras varios años actuando en San Fermín, este año no lo harán y por ello se merecían “un homenaje”. La agrupación ofrecerá un concierto en la plaza de los Burgos.
Las entradas para las citas en Zentral, con aforo de alrededor 900 personas, y el Ribaforada Arena, con 1.200 localidades disponibles, ya están a la venta y desde la organización avanzaron ayer que la venta va a buen ritmo y que hay las previsiones para estos nuevos recintos son buenas: “Esta es una música que contagia a la fiesta, al buen rollo y al bailar y por eso tiene tanto éxito en nuestras calles”, concluyó Artxanko. Porque como recuerdan desde la organización, NB Fest nace “con la intención de dar un paso más allá y ensanchar los caminos de la música de vientos por estilos que abarcan el jazz, las brass bands, el funk o la música balkan, como ya se pudo ver en la primera edición”. Y el objetivo, concluyen, no es otro que convertir Pamplona y Ribaforada en “el centro neurálgico de la música bandística”.