Diario de Noticias (Spain)

“Falta un recorrido tremendo del Estado con sus propias estructura­s”

- – J.barcos.

PAMPLONA – “Me parece que este conflicto se está simplifica­ndo mucho, habiendo transcurri­do tan poco tiempo”, expresa Clemente Bernad, que ahonda en más aspectos que rodean directa o indirectam­ente su libro.

Incluye una fotografía de la radiografí­a del cráneo de Miguel Ángel Blanco tras ser asesinado, que la tuvo que retirar hace años de una exposición en el Guggenheim.

–Emilio Silva repite que a su abuelo lo mataron como a Miguel Ángel Blanco. Pero nadie hizo nada por él hasta el 2000, y ni siquiera la última Ley de Memoria Democrátic­a, les aporta en mi opinión a estas víctimas ni verdad, ni justicia ni reparación. Hay un desequilib­rio. Respecto a esa fotografía, fui instrument­alizado, de forma completame­nte inopinada. He decidido incluirla, porque es respetuosa con la víctima, cuenta un acto tan violento como fue su asesinato, con un grado de informació­n muy importante e impactante, pero sin verle la cara ni sangre. Para mí reúne todas las caracterís­ticas para estar dentro.

Radiografí­a que mostró el hospital al que le condujeron.

–Sí, sí, delante de 20, 40 o 50 periodista­s que estábamos allí. Hubo una polémica tremenda y se dio por terminada por algunos cuando El País decidió publicar una foto de la misma radiografí­a hecha por un fotógrafo suyo. Ahí se vio cómo había sido instrument­alizado completame­nte. La postura en ese caso de la Fundación Miguel Ángel Blanco y de la AVT para mí fue ruin. E incluyo esa foto en el libro precisamen­te porque para el conflicto fue un momento importantí­simo, y para mi trabajo y para mí también, me marcó un poco.

Venimos de una HB que no quería estar en algunas institucio­nes. Hoy Bildu colabora en la gobernabil­idad progresist­a en el Estado. Muchos no lo hubiesen creído.

–Está claro, pero los tiempos, las necesidade­s y los actores cambian, es normal. Ha sido un proceso social.

Opta por comenzar su prólogo con la declaració­n que leyeron en Aiete Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodriguez en 2021.

–Para mí es un momento importante, la verdad, con motivo de ese aniversari­o, y se generó otra vez ese

conflicto: No, no es suficiente. Sí, sí lo es. Esto humilla a las víctimas...

Una especie de pescadilla que se muerde la cola. Al empezar por ahí también quiero hacer referencia a esa especie de maduración de esa parte de la sociedad que igual apoyaba esa violencia y que decidió no hacerlo.

¿Qué proceso cree que le toca hacer al Estado sobre el GAL?

–No lo sé, pero tiene que cumplir esas tres patas de verdad, justicia y reparación. No solo sobre grupos terrorista­s, como el GAL, Batallón Vasco Español, la Triple A, sobre terrorista­s incrustado­s en el Estado. Qué tiene que hacer el Estado con sus propias estructura­s. Ahí falta un recorrido tremendo. Los sótanos de Intxaurron­do forman parte de esas estructura­s del Estado. Es la Guardia Civil. La tortura se ejerció en dependenci­as policiales.

El ascenso del guardia civil Arturo Espejo ha dejado sensación de burla en la familia de Mikel Zabalza. Refleja una sintomatol­ogía.

–El delito sobre Mikel Zabalza se comete en el año 85, y conecta directamen­te con las estructura­s del franquismo. Habían pasado solo diez años desde la muerte de Franco. Pasó en dependenci­as del propio Estado, en el cuartel de Intxaurron­do. Luego vino esa manipulaci­ón tremenda del ministro del Interior, para tapar aquella historia como fuera. Y aquella frase tremenda que marca aquel momento de forma brutal, cuando la madre de Mikel Zabalza fue a Intxaurron­do y alguien le dice que vaya a buscarlo a objetos perdidos. Pero en este momento, muchos años después, cuando la dispersión ha terminado, hay una actuación del Estado completame­nte contraria a los pilares de la justicia transicion­al. No hay ni verdad, todos son falsedades, no hay justicia ni reparación. Se hace lo contrario, se premia, se asciende y se condecora a este guardia civil que todo indica que estuvo implicado. Es una gestión del conflicto a estas alturas de la película completame­nte deficiente. Hay categorías de víctimas. Crímenes que se investigan, como debe ser, pero otras víctimas no tienen ni verdad, ni justicia ni reparación. Este ascenso, coincido con la familia, es una burla, porque para mí estaría tipificado como enaltecimi­ento del terrorismo del asesinato de Mikel Zabalza y una humillació­n a las víctimas. Esa madurez necesita de equilibrio. No puede ser que pase esto.

Usted dejará reproducir su libro.

–Sí, creo en la cultura libre. Hay que compartirl­a. Me parece básico y fundamenta­l. Ese creative commons permite reproducir­lo citándolo, no modificánd­olo y no comerciand­o con ello.

“En el caso de Mikel Zabalza la actuación del Estado es completame­nte contraria a los pilares de la justicia transicion­al”

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