Una disputa entre dos vecinos en Irun acaba con la muerte de ambos por disparos de escopeta
Una fuerte discusión por la gestión de un negocio en común en una zona rural del barrio de Olaberria habría causado el trágico desenlace
IRUN – El tranquilo barrio de Olaberria de Irun rompió ayer su paz tras conocerse el fatal desenlace de dos de sus vecinos. Los cuerpos sin vida de Josu Rekalde, de 53 años, y de Ignacio Ábrego, de 47, fueron hallados a media mañana cerca del caserío Aranburu, propiedad de la familia Rekalde, con signos de violencia como consecuencia de disparos de escopeta. Al parecer, ambos gestionaban parte de los terrenos de los antiguos cebaderos de Matadero Montero, cercanos al mencionado caserío Aranburu y una discusión sobre esa gestión podría estar detrás del grave suceso, que acabó con la muerte de ambos. La principal hipotesis es que el autor del crimen disparó mortalmente a su vecino antes de dispararse a él mismo y acabar con su vida.
El trágico suceso ocurrió sobre las 11.30 horas, cuando los dos hombres se habrían reunido en el caserío Aranburu, a tan solo unos metros del caserío Zamora, propiedad de la familia Ábrego, para hablar sobre el negocio compartido. Según ha podido saber NOTICIAS DE GIPUZKOA, en los últimos días las discrepancias sobre la forma de gestionarlo este negocio habrían ido en aumento, con graves amenazas.
Los terrenos cercanos al caserío servían desde hace un tiempo como parking de autocaravanas y, aunque todo parecía ser el origen de las desavenencias, algunos testigos señalaban como causa de la disputa a los pabellones en desuso del antiguo Matadero Montero que ahora se alquilaban como almacén y en los que, incluso, habría un taller mecánico. Según ha podido saber este diario de fuentes municipales, en estos terrenos, en ocasiones se han celebrado fiestas que atraían a decenas de personas con sus vehículos. La policía municipal de Irun se ha visto obligada intervenir en más de una ocasión.
La pugna desembocó ayer con el peor de los escenarios posibles cuando uno de los dos, cuya identidad no ha transcendido, disparó con un escopeta de caza al otro para, posteriormente, suicidarse con la misma arma. Los dos hombres habrían muerto en el acto, por lo que, minutos después, cuando los cuerpos fueron hallados por un familiar, estos ya se encontraban sin vida.
La noticias causó una gran conmoción en Irun, no solo por la gravedad de la tragedia. Ambas familias son conocidas en la localidad.
El alcalde de Irun, José Antonio Santano expresó a través de las redes sociales su consternación por la muerte violenta de los dos vecinos y aseguró que sus pensamientos están con las “dos familias destrozadas”. “A la espera de la investigación policial sólo pienso en dos familias destrozadas. ¡Muy triste!”, indicó.
INVESTIGACIÓN ABIERTA Los servicios de emergencia desplazados al lugar –entre los que había agentes de Protección Ciudadana y de reacción inmediata, Bizkor– no pudieron hacer nada por salvar la vida de los dos hombres . Los efectivos de la Ertzaintza, por su parte, acordonaron la zona cortando la vía de acceso al caserío –únicamente se permitió el paso a los vecinos residentes en las viviendas posteriores al lugar del suceso– y procedieron a recabar toda la información posible en el marco de la investigación. El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, no quiso precisar las causas de lo ocurrido y afirmó, en declaraciones a los medios de comunicación en el Parlamento Vasco, que todas las hipótesis estaban abiertas. “No se puede asegurar al cien por cien que sean muertes cruzadas. La procedencia del disparo en ambos casos está por confirmar. Podría ser cruzada o podríamos encontrarnos ante un asesinato y un suicidio”, apuntó.●