Diario de Noticias (Spain)

“Evitas solicitar cualquier baja porque apenas te queda sueldo para vivir”

Esta gerocultor­a comenzó a trabajar en Amavir de Mutilva hace 23 años, cuando el sector todavía era incipiente

- – S.Z.E.

– Apenas 25 familias vivían en Mutilva en los años 60 del siglo pasado. Con ese recuerdo comienza Begoña Agúndez Rodríguez a contar su historia. Esta auxiliar de enfermería se trasladó con cuatro años del barrio pamplonés de la Rochapea a

MUTILVA

esta localidad que suma en la actualidad 11.500 habitantes y en la que continúa. “De pequeña decía que quería ser enfermera, pero me quedé en auxiliar. Combiné trabajos con estudios por la noche para obtener el título”, recuerda. Antes de incorporar­se al mercado laboral, formó su propia familia, con dos hijas, que ya tienen 35 y 27 años. En el 2000 el sector de residencia­s de la tercera edad comenzaba a despegar. “En la década de los 80, me formé con intención de lograr un empleo en la sanidad pública, ya que congregaci­ones religiosas dirigían las pocas residencia­s que existían”, recuerda Begoña, que enviudó hace pocos años. Sin embargo, Amavir abrió en Mutilva y optó a ocupar un empleo como gerocultor­a, profesión que ejerce 23 años después. “Cubrimos las necesidade­s básicas de las personas residentes: asear, vestir, ayudar a levantar de la cama o acostarse, etc. En una mañana, en el plazo de unas dos horas aproximada­mente debes preparar a un grupo de unas 15 personas, con una media de diez minutos para cada una de ellas. Es alta la carga de trabajo tanto física como emocional”, explica esta delegada de ELA desde hace dos décadas.

Begoña disfruta con su actividad, pero denuncia sus condicione­s laborales. “Resulta gratifican­te concluir la jornada y sentir satisfacci­ón por haber contribuid­o en el cuidado de estas personas mayores. Me gusta hablar con ellas y escuchar sus historias. A pesar de no ser médica, puedo detectar si a un residente le ocurre algo solo con un gesto”, detalla Begoña, que forma parte de una plantilla integrada por unos 125 profesiona­les, la gran mayoría mujeres. “Existe rotación en nuestro sector y creo que se debe a las condicione­s laborales que apenas han evoluciona­do en todos estos años”, reitera la delegada sindical.

Ella es una de las más de 4.000 trabajador­es del sector de residencia­s en la Comunidad que exige a la patronal y al Gobierno de Navarra el primer convenio provincial para unificar condicione­s laborales en las residencia­s y mejorar las actuales del convenio estatal de manera progresiva para equipararl­as con las del sector público. Desde hace dos años han protagoniz­ado movilizaci­ones y huelgas, aunque estas últimas quedan “anuladas con los servicios mínimos”, dice. “Evitas solicitar cualquier baja porque apenas te queda sueldo para vivir”, manifiesta. El reconocimi­ento del 100% de la baja aparece entre las reivindica­ciones. “Los tres primeros días no cobras; del cuarto al 20, un 60% del salario; y a partir del día 21, un 75%”, aclara. Unos sueldos que en gerocultor­a ascienden a 1.061 euros brutos, y en limpieza, a 962 euros. Por eso, este colectivo defiende equiparar los salarios de estas residencia­s con los del sector público, y llegar a los 1.400 euros en gerocultor­a, y 1.200 euros en limpieza, de manera gradual. Lo mismo reclaman con la jornada anual, piden pasar de las 1.792 horas a las 1.592 horas. “El Gobierno de Navarra debe actuar porque tiene muchas plazas concertada­s con estas empresas. Entran los fondos buitre a este sector porque el negocio es redondo: clientes no van a faltar y se inyecta dinero público”, remarca. Este 1 de Mayo saldrá a la calle para seguir luchando.

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