Diario de Noticias (Spain)

Dedicado al pueblo palestino

- María Carmen POR Echarri Yábar

iempre he oído que los ojos son el reflejo interno del corazón de cada persona, por eso me gusta fijarme en los ojos, en su brillo especial e intentar adivinar los sentimient­os que surgen del interior del alma.

Cuando vi la foto de una pequeña niña palestina, me impactó mucho la mirada de esa niña pequeña. Apenas conoce lo que está ocurriendo en el mundo, en su propia tierra. Pero con su mirada expresa miedo, insegurida­d, temor por ella y su padre. Mira al soldado israelí fijamente, ve que lleva un arma y ella en su mente de niña desgraciad­amente ya sabe que significad­o tienen las armas: dolor, sufrimient­o y muerte.

Dejo constancia de esto en este escrito, y en la memoria histórica, para que las personas reflexione­n sobre lo que están viviendo los niños en éste, nuestro mundo caótico de hoy, un mundo cruel de guerras y sufrimient­os vanos. Quizás esta mirada ingenua sepa incluso qué es la muerte, porque la ha visto de cerca en alguna ocasión.

SSi pudiera niña te daría un fuerte abrazo y un besito en tu mejilla, en este preciso instante, para quitarte ese temor y miedo que reflejas en tu mirada inocente de niña. Besitos para ti, desde la distancia, espero que te lleguen con el viento hasta rozar tu preciosa carita, de mariposa preciosa, frágil y asustada por el caos que ven tus ojos inocentes de niña.

Te preguntará­s quién soy, tú no me conoces a mí. Me considero ciudadana del mundo y defiendo a ultranza, como muchísimas personas que incluso han dado sus propias vidas, los derechos humanos. Cada día lucho contra las injusticia­s de la sociedad y del mundo en el que vivimos. Ambas compartimo­s vivir en este planeta Tierra, que es de todos, aunque como tú bien sabes, ya que tus ojos de niña van descubrien­do la realidad, algunos se creen dueños en establecer fronteras divisorias.

Puedo imaginar la grave situación de tu pueblo palestino privado de libertad, viviendo un infierno de horror, viviendo realidades de un mundo caótico que los ojos de una niña jamás deberían mirar, ni tan siquiera conocer. Millones de personas en el mundo no te olvidamos y estamos luchando de manera pacífica para que en tus ojos se ilumine la esperanza.

Sólo te pido niña que cuando tú abras los ojos y despiertes de ese maldito sueño, veas la pureza, la belleza del mundo y del universo. Despierta con tus ojos y contempla el azul celeste del inmenso cielo, las constelaci­ones de estrellas, y el intenso brillo del alma del universo. Sólo te pido que olvides esos caóticos sueños.

Cuando tu mente de niña despierte a la auténtica realidad dirige tu mirada hacia la inmensidad del cielo. Mira los rayos del padre sol, esa luz y energía que irradia somos todas las personas que queremos ayudarte a ti y a tu pueblo. Y si en alguna ocasión, desde tu habitación puedes observar las infinitas estrellas plateadas que existen, cada una de esas estrellas es una persona que piensa en ti.

Si no tienes la posibilida­d de contemplar el cielo porque no te lo permiten aquellos que se consideran los amos del mundo, tú misma tienes el poder inmenso de libertad para imaginarlo en tu mente. Recuérdalo siempre, tú misma tienes poder para crear el alma del universo, ese cielo en la inmensidad del cosmos con su sol, luna y estrellas infinitas. Recuerda la mente es muy, muy poderosa. Quizás hasta compartimo­s los mismos sueños, a pesar de que nuestras culturas son distintas. Soñar con un mundo feliz, sin guerras, sin miedos ni odios, donde se respeten todas las creencias, a pesar de la diversidad racial, religiosa y cultural.

Mi sueño es que llegue el día que, sin barrotes, ni carceleros, ni armamentos, por fin junto a tu familia puedas ver ese sol radiante y esa luz del universo, impregnand­o vuestras almas de esperanza, esperanza en un mundo de unión entre pueblos al alba. Deseo ante todo que tanto tú como tu pueblo podáis sentir la inefable y sutil luz del universo. Ese plasma que irradia el universo lleno de energía y de amor hacia todas las almas, alumbrando nuestras existencia­s en el intenso camino de la búsqueda de la sabiduría interna.

Deseo que un día puedas sentir la luz del inefable universo, iluminando el camino de tu vida, ya libre como un pájaro desplegand­o sus alas al viento, disfrutand­o de esos instantes perdidos de tu infancia cautiva por el miedo. Ante todo niña de mis ojos profundos, jamás pierdas la esperanza, ni la fe en la bondad de muchas almas de éste, nuestro mundo. Mi corazón y mi pensamient­o están siempre contigo, y vuelan con el sonido de la brisa del viento hacia la memoria colectiva del alma universal. Piensa en esto, tu vida merece dignidad, respeto, tolerancia y libertad.

Sólo soy una persona más. Puedo asegurarte que somos millones de personas las que estamos intentando ayudarte, a ti y a muchísimos niños de este mundo. Exigido

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