Una residencia itinerante pone en diálogo los territorios rurales de Ezprogui con el arte
El Centro Huarte y el colectivo a(e) se alían para dar continuidad al proyecto
PAMPLONA – Ezprogui es el nombre de un pueblo, del municipio que lo contiene y del primer proyecto de a(e), un colectivo que parte del medio rural como lugar desde el que observar las problemáticas de nuestro tiempo. Como la emergencia climática, la despoblación del medio rural o la importancia de la comunidad ante el individualismo imperante.
En estas y otras muchas cuestiones bucea y explora el proyecto Ezprogui, poniendo en diálogo los territorios rurales del municipio homónimo con la creación artística. Gracias a las ayudas para ampliar y diversificar la oferta cultural en áreas no urbanas impulsadas por Unión Europea – Next Generation UE y adjudicadas por el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra, el Centro Huarte se ha aliado con el colectivo a(e), cuyos miembros actúan como mediadores pertenecientes al tejido local, en este proyecto que inició su recorrido en 2021.
Ezprogui es un proyecto artístico y de investigación que se articula en torno a una residencia artística itinerante que recorrerá 12 términos de este municipio, tomando el valle de La Bizkaia como caso paradigmático de las realidades rurales contemporáneas. El proyecto pretende hacer una lectura de temas de gran relevancia desde su traducción local y concreta.
El proyecto se presentó ayer en el Centro Huarte, en un acto que contó con la directora de dicho espacio,
Oskia Ugarte Abarzuza, y el coordinador del proyecto, Iñigo Villafranca Apezteguia, vinculado al pueblo de Ayesa por su abuelo, que era de allí.
Ambos celebraron esta alianza que permite dar continuidad a una iniciativa “que surge por iniciativa de la comunidad local”, y que posibilita al Centro Huarte “mirar y actuar más allá, extendiendo el arte contemporáneo al ámbito rural, y a localidades de Navarra donde no tiene presencia”.
Entre los meses de mayo a septiembre, en los que se va a desarrollar este proyecto, se invitará a artistas de diferentes disciplinas a establecer un diálogo con el valle de La Bizkaia a través de la creación artística y discursiva, con el objetivo de buscar nuevas imágenes con las que abordar otras lecturas de lo rural. Cada residencia propone una metodología diferente, adaptada al pueblo en el que se lleva a cabo y a los recursos disponibles, de forma que el contexto y las condiciones materiales juegan un papel esencial en el planteamiento y el desarrollo de las mismas. Así, “la propia investigación se ve afectada por el lugar y el momento en el que se lleva a cabo”, destaca el coordinador de Ezprogui.
El proyecto a(e) tiene ya un recorrido de dos años. Desde 2021, ha acogido tres residencias artísticas –en Ayesa, Julio y Guetadar, gracias a las ayudas del programa Buzón Abierto del Centro Huarte y de los Presupuestos Participativos del Instituto Navarro de Juventud–, y una exposición colectiva en las calles de Ayesa con el apoyo del Ayuntamiento de Ezprogui y el Concejo de Ayesa.
TRES RESIDENCIAS ESTE AÑO Este año, el proyecto se materializará en torno a tres residencias artísticas que tendrán lugar alrededor de los pueblos de Irangoiti, Ezprogui y Sabaiza, la exposición de los procesos artísticos y los trabajos iniciados durantes las residencias en 2022 en Julio y Guetadar, así como diferentes encuentros y propuestas destinados a la activación del Museo de La Bizkaia en Ayesa.
Las solicitudes para participar en las residencias de Irangoiti y Ezprogui se pueden realizar a través de la web del Centro Huarte.
Además, se llevará a cabo una presentación de los trabajos iniciados por las artistas residentes de Ezprogui en 2022. Todoterreno reúne obra de Adrián Campos Irisarri, Andrea Muniáin, Esther Merinero, Imanol Exposito Delgado, Ines Miño, Lorenzo Galgó, Javier Ozcoidi, Katixa Goldarazena Azpirotz y Patricia Etxegarai. La exposición, que recoge temas abordados durante las residencias en Julio, Guetadar y Usunbeltz, tendrá lugar en los jardines del Refugio Juvenil de Guetadar los días 12 y 13 de mayo, y concluirá con una excursión a las ruinas de Julio.
Por último, el proyecto propone una serie de encuentros y propuestas destinadas a impulsar el Museo de La Bizkaia en Ayesa, “un lugar para la memoria de sus habitantes”, destaca Iñigo Villafranca, que se quiere conservar mediante la creación de una galería virtual, vitrin.as, creada por el colectivo Desmusea.