HAALAND SE QUEDA EN BLANCO EN EL BERNABÉU
EMPATE EL DELANTERO NORUEGO NO MARCA Y SÍ LO HACEN VINICIUS Y DE BRUYNE EN UN ENCUENTRO MUY IGUALADO
Real Madrid 1 Manchester City 1
REAL MADRID Courtois; Carvajal, Rüdiger, Alaba, Camavinga; Kroos (Tchouaméni, m.84), Modric (Nacho, m.87), Fede Valverde; Rodrygo (Marco Asensio, m.81), Vinícius, Benzema. MANCHESTER CITY Ederson; Walker, Rubén Días, Akanji; Stones, Rodri, Gündogan; De Bruyne, Bernardo Silva, Grealish; y Haaland.
Goles 1-0, m.36: Vinícius. 1-1, m.67: De Bruyne. Árbitro Artur Días (Portugal). Amonestó a Kroos (45+2), Camavinga (79) y al técnico Carlo Ancelotti (68) por el Real Madrid; y a Gündogan (71) y Bernardo Silva (86) por el City
Estadio Santiago Bernabéu, lleno, con 63.485 espectadores en la grada.
– Dos bellos goles a la altura del partido más vistoso del planeta fútbol, marcados por Vinícius en el primer acto y De Bruyne en el segundo, dejaron para el Etihad la resolución de una semifinal en la que Real Madrid reaccionó con poderío a sus momentos de sufrimiento y el Manchester City alejó fantasmas que reaparecieron tras un ejercicio de brillantez.
Solo desde el dominio de la competición, el carácter competitivo, la resilencia y la capacidad de sufrimiento única del Real Madrid en la Champions se puede explicar su triunfo al descanso tras ser sometido y sobrevivir a 25 minutos de exhibición futbolística del City en el Santiago Bernabéu. Lo acabó teniendo en la mano, con el tanto de Vini, pero acabó pagando caro el error puntual en un pequeño detalle que pasa factura en los días grandes.
La pizarra de Guardiola abrumó de inicio. La presencia de Stones en el centro del campo en fase ofensiva, generó superioridad en el centro del campo del City y le dio el balón. Una posesión de hasta un 70% de visitante ante un Real Madrid empujado a meterse atrás, añorando el físico de futbolistas como Camavinga, presente en el lateral izquierdo, o Tchouméni donde aparecía Kroos sufriendo sin la pelota.
El gran factor diferencial respecto al último recuerdo era Haaland. En su estreno en el Bernabéu encontró igualado su físico con la presencia de Rüdiger y un sistema de ayudas de los centrales madridistas. Cuatro remates del City en 16 minutos.
De la potencia y la zancada de Camavinga, un león enjaulado en el lateral, nació el ataque veloz que convirtió en letal Vinícius. Sobrado de confianza, sintiendo el liderazgo y respondiendo como los más grandes, inventó un gol poco visto en su historial. Recularon los centrales rivales ante su carrera y desde fuera del área armó un derechazo imparable para una explosión de alivio del Bernabéu.
El Real Madrid había sobrevivido a una buena dosis de sufrimiento para voltear el rumbo de un partido que entraba en su terreno.
Los papeles interpretados en el primer acto se cambiaron. Cuando mejor estaba el Real Madrid, que encontró la forma de hacer daño a la presión a la primera línea del rival. Cuando Ederson había sacado un disparo arriba de Benzema, Vinícius y Rodrygo rondaban el gol con acciones de peligro, Alaba defendía de forma magistral una acción típica de gol de Haaland.
De una anticipación de Rodri a Rodrygo a un innecesario pase al centro en inicio de jugada de Camavinga, nació el empate. De Bruyne emulando a Vinícius, enganchó un disparo seco imposible hasta para Courtois.
Sobrevoló el Etihad y el partido de vuelta. Cualquier golpe final habría condicionado la vuelta. Y la tuvo de Benzema, de cabeza abajo para toparse de nuevo con Ederson que se lució al disparo potente de Tchouaméni.
Ya no hubo más noticias de Haaland, que rebajó su poderío en un día clave, ni del City sin cambios de Guardiola. Los recuerdos del pasado se impusieron al hambre del presente.