Bruselas pide a Sánchez un ajuste de 9.300 millones para cumplir con el déficit
El Ejecutivo comunitario reclama que el IVA del gas y la electricidad regrese del actual 5% al 21% anterior
– El fin a la barra libre de endeudamiento y déficit trae una nueva ronda de ajuste. Bruselas pidió ayer a España que se apriete el cinturón y controle su gasto el próximo año. El objetivo fijado por la Comisión Europea supone un ahorro de 9.300 millones de euros. Para ello recomienda el Ejecutivo de Pedro Sánchez que limite el aumento del gasto público primario al 2,6% como máximo en 2024 para lograr el recorte del déficit estructural del 0,7%. Y en esa línea considera que hay que poner fin al paquete de ayudas energéticas como muy tarde en diciembre y destinar ese dinero a reducir el gasto.
El informe del Ejecutivo comunitario anticipa ya que España cumplirá con esta recomendación puesto que calcula que el aumento del gasto primario será del 1,4 % el año que viene, según sus previsiones macroeconómicas de primavera, publicadas a principios de este mes. Pero Bruselas escenificó de esta forma la vuelta de la política de austeridad y, sobre todo, señaló de nuevo al Estado como uno de los últimos de la clase en cuanto al control del gasto público. “Teniendo en cuenta las consideraciones de sostenibilidad fiscal y la necesidad de reducir el déficit por debajo del valor de referencia del 3% del PIB, sería adecuada una mejora del déficit estructural de al menos el 0,7 % del PIB para 2024”, señala el Ejecutivo comunitario en sus recomendaciones de política fiscal para España de cara a la elaboración del presupuesto del año próximo.
Para asegurar esa mejora, añade la Comisión, el crecimiento del gasto primario neto financiado nacionalmente –sin tener en cuenta el pago de intereses, prestaciones por desempleo, fondos europeos y medidas discrecionales de ingresos– “no debería exceder el 2,6%” en 2024.
El Ejecutivo comunitario recuerda que el Programa de Estabilidad que le remitió el Gobierno en abril prevé que en 2024 el déficit público se reduzca al 3% del PIB, “en línea” con sus propias proyecciones, que lo sitúan en el 3,3%, y la deuda pública baje al 109,1%, la misma cota que prevé Bruselas. Al mismo tiempo, la Comisión Europea sugiere a España que mantenga los niveles de inversión pública y que garantice la “absorción” de las ayudas procedentes del fondo de recuperación y de los fondos de otros programas de la Unión Europea.
De hecho, insta al Gobierno a “mantener el impulso” para una “rápida” ejecución del plan español de recuperación y también a presentar pronto la actualización del mismo para tener acceso a otros 10.000 millones en ayudas directas y a los 84.000 millones de euros en créditos que el país tiene asignados.
A pesar de la necesidad de ajustar las Cuentas del próximo año, el ministerio de Asuntos Económicos celebró que la Comisión Europea “confirma que la senda fiscal presentada por España cumplirá con los requisitos fiscales exigidos para 2024” y consideró que “la responsabilidad fiscal del Gobierno y las previsiones de crecimiento de la economía española garantizan la sostenibilidad de las cuentas públicas en los próximos años”.
FIN DE LAS AYUDAS ENERGÉTICAS
Dentro de este capítulo de recomendaciones fiscales, el Ejecutivo comunitario pide a España que retire como muy tarde al cierre de 2023 las ayudas desplegadas al calor de la crisis energética, que estima actualmente en un 0,6 % del PIB, empezando por las más universales. Bruselas se refiere, por ejemplo, a las reducciones del IVA del gas y de la electricidad, que han sido prorrogadas precisamente hasta final de año, y propone a las autoridades españolas que utilicen los “ahorros” derivados para “reducir el déficit público”.
El texto añade que, en caso de que los precios energéticos se disparen de nuevo y sean necesarias nuevas medidas, éstas deben estar orientadas a proteger a los hogares y las empresas “vulnerables”, así como que deben ser “asumibles” desde el punto de vista fiscal y deben “preservar los incentivos para conseguir ahorros energéticos”.●