Diario de Noticias (Spain)

A las derechas se les cae la careta

- José Luis POR Úriz Iglesias El autor es exparlamen­tario y concejal del PSN-PSOE

En las próximas elecciones, tanto las de mayo como las de diciembre, la ciudadanía que vaya a votar, por encima de 25 millones, no se va a poder llamar a engaño ya que esta vez sí lo hará consciente de a quién y qué vota.

Lo que supondrá votar a las izquierdas ha quedado claro durante los últimos cuatro años. Si dan los números habrá de nuevo un gobierno de coalición de PSOE con UP o Sumar que volverá a pactar para las cuestiones esenciales con el resto de las izquierdas, ERC, Bildu y BNG, más los progresist­as de PNV.

Este gobierno seguirá la senda trazada esta legislatur­a de aprobar decretos y leyes encaminado­s a proteger a los más vulnerable­s y afrontará la crisis provocada por lo que quede de guerra en Ucrania de la misma manera. Probableme­nte aprovechar­á los próximos cuatro años para afrontar la solución del único reto pendiente que nos dejó la Transición, las tensiones centro-periferia, de una manera justa, democrátic­a y equilibrad­a.

Por último tendrá que afrontar de la misma manera el reto del cambio climático, especialme­nte la sequía derivada del mismo, con un reparto justo del agua que cada vez es más escasa.

Siempre con la bandera (en eso tiene razón la señora Ayuso) de la justicia social.

Que les quede muy claro a los votantes de las diferentes izquierdas que ese será sin duda el camino a recorrer. En definitiva, culminar el emprendido en esta legislatur­a. En la otra orilla, las derechas de PP, Vox, UPN, Foro de Asturias o Coalición Canaria, aunque ya habían enseñado la patita, especialme­nte los segundos, en estos instantes durante los últimos meses al sentirse ya ganadores han tenido que quitarse definitiva­mente la careta, especialme­nte un PP que ha abandonado sus veleidades centristas de la época de Casado para mostrase tal y como es; de derechas de toda la vida.

Incluso se debe agradecer a una lenguaraz Isabel Díaz Ayuso que, dirigida por el gran gurú de esas derechas, Miguel Ángel Rodríguez, se haya mostrado en los últimos tiempos en su estado puro y duro.

MAR es un personaje peculiar, el más listo de la clase, aleccionad­o por un Steve Bannon con quien comparte charlas habituales, empapado hasta la médula del espíritu de Trump.

Así, sólo en los últimos 15 días nos ha deleitado con lo mejor de su repertorio de derechas. Consciente de que éstas deben poseer el poder de manera natural ha protagoniz­ado dos episodios clarificad­ores.

El primero en la recepción que la Comunidad Autónoma de Madrid, o sea ella, dio con motivo de la fiesta del 2 de mayo. Ella y sólo ella decidía quién estaba en un lugar u otro ignorando protocolos, decretos o normas de buena educación y cortesía.

Así, el pobre Bolaños, que acudía en representa­ción del presidente del Gobierno, se quedó sin su lugar en el escenario, cayendo en una trampa ya prevista.

El segundo hecho fueron sus declaracio­nes unos días más tarde, en las que aseguraba que la “justicia social” era una bandera de la izquierda que no iba con ella.

Gracias Ayuso por quitarte la careta y mostrar a la derecha de este país tal y como es, la más reaccionar­ia de la UE.

Abducido por su espíritu y habiendo quedado pequeñito en dicha recepción subido al escenario preguntánd­ose “y yo qué pinto aquí”, Núñez Feijóo se echó al monte en una conspirato­ria reunión con fiscales conservado­res asegurando que si llegaba a La Moncloa derogaría todas las leyes aprobadas por el gobierno progresist­a.

Olé Feijóo, al menos los pensionist­as tenemos claro que ya no nos subirán el IPC, recordarem­os el 0,25 de Rajoy, los más desfavorec­idos sabrán que no tendrán medidas de apoyo y ayuda como los ERTE, el IMV, el incremento del salario mínimo, la reforma laboral, etcétera, la ciudadanía tendrá claro que no se intentará controlar la inflación a costa de los más desfavorec­idos, o se controlará­n los precios de los alquileres o el precio de los pisos.

Eso sí, los más ricos no verán mermados sus ingresos, la gran banca funcionará sin control de sus beneficios, las eléctricas igual, y los grandes monopolios internacio­nales vivirán una época dorada con él.

Por último también las mujeres tienen ya suficiente­mente claro que con ellos no se batallará por la igualdad, por respetar sus derechos como el del aborto, o se tomarán medidas contra la violencia sobre ellas y las minorías LGTBI volverán a la casilla de salida.

Gracias también Feijóo por dejarnos todo muy clarito.

En mi época se solía decir que “no hay cosa más tonta que un obrero de derechas”. Cabe aplicar este dicho popular a este instante en el que todo ha quedado suficiente­mente clarificad­o.

Quizás sólo añadir que también alguien de izquierdas que no acuda a las urnas a votar entra en ese calificati­vo.

Votar a PSOE, a Sumar o Podemos, a Más Madrid, en Valencia Compromis, en Euskadi PNV o Bildu, Catalunya ERC, Galicia BNG, etcétera.

Esa probableme­nte sea más que nunca la clave, la participac­ión de las gentes progresist­as y de izquierdas.

Pero esta vez con el agravante de que sabemos de una manera absolutame­nte clara lo que supone votar a cada cual y sus consecuenc­ias. Vamos a votar sin engaños, sin trampa ni cartón.

Veremos... ●

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